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Hablemos del Albayzín y el Sacromonte. Propuesta de decálogo

debate electoral Albayzin 2015

El pasado 19 de mayo de 2015 las asociaciones de vecinos Bajo Albayzín y Sacromonte-Valparaíso organizamos un debate acerca del estado de los dos barrios con representantes de los principales partidos políticos que se presentaron a las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015.

Asistieron representantes del PP, PSOE, IU, UPyD, Vamos Granada, Cs y VOX, aunque el representante del PP sólo estuvo en los cinco primeros minutos, ausentándose en el resto del debate. El debate se celebró en el salón de actos del Carmen de la Victoria y tuvo una duración de aproximadamente dos horas, el aforo de la sala quedó completo con una amplia asistencia de vecinos. Todo el debate fue grabado en vídeo y se puede visualizar en el canal de YOUTUBE de la Asociación de Vecinos Bajo Albayzín

En un primer turno, a cada representante se le concedieron 5 minutos para exponer su diagnóstico sobre la situación de ambos barrios y sus propuestas. Tras esa ronda de intervenciones, se cedió la palabra a los vecinos presentes en la sala. Estos tuvieron 2 minutos para exponer sus respectivos diagnósticos y sus preguntas a los representantes de los partidos. En total hubo unas 25 intervenciones vecinales. Finalmente la palabra se volvió a ceder a los miembros de la mesa de debate para contestar a las preguntas planteadas y aclarar sus propuestas.

De este intercambio se constató la existencia de un consenso entre representantes políticos y vecinos de la situación de los barrios: ambos requieren de una atención urgente por parte de la corporación municipal entrante y del nuevo gobierno autonómico, atención que va desde los detalles de la vida cotidiana hasta aspectos más globales como su planificación general, la conservación del patrimonio arquitectónico, urbano y natural con los que cuentan y que aportan a Granada en general una singularidad única.

La degradación ambiental producida precisamente por una falta de planificación adecuada al barrio, por una ineficaz limpieza y recogida de basuras y por el abandono de los espacios públicos y calles; los problemas de movilidad derivados de criterios cambiantes en los que el transporte público ha sido supeditado al transporte comercial o la saturación del transporte turístico en ciertas zonas; la inexistencia o insuficiencia de servicios y equipamientos públicos; la desaparición del tejido comercial de barrio y la precaria situación del tejido productivo artesanal; el estancamiento económico, la alta tasa de paro y el riesgo de exclusión social que existe entre amplias capas de de la población; la excesiva turistización y los conflictos de convivencia entre visitantes y vecinos que ello conlleva; el abandono de bienes patrimoniales o su pésimo estado de conservación y el deterioro del tejido residencial, ya sea por falta de intervención, por actuaciones indebidas o por cambios de uso con criterios exclusivamente comerciales que no han atendido a las necesidades reales de familias y vecinos son algunas de las problemáticas más acuciantes que presentan el Albaicín y el Sacromonte. Todo ello, junto con otros factores, ha llevado a una pérdida de población de 1000 vecinos en los últimos 10 años, que sobre un censo de 8000, supone un 12,5% de pérdida poblacional, toda una tragedia para una barrio y para una ciudad, pues ya no solo hablamos de la degradación de valores materiales de estos barrios patrimoniales , sino de la pérdida de su valor más importante: sus vecinos.

Es por todo ello que tras la celebración de dicho debate y tras haber recogido los contenidos allí tratados, que la AV Bajo Albayzin conminan a todas las administraciones a cumplir con las obligaciones que les confiere la ley y a que se adhieran a cumplir con el siguiente decálogo de necesidades para el conjunto Albaicín-Sacromonte:

1-Modelo de barrio: Es imperante establecer un modelo de barrio sostenible para la recuperación y desarrollo del Albaicín-Sacromonte . Este modelo debe basarse en la idea de que ambos son barrios patrimoniales vivos y habitables. Esto quiere decir que la conservación, restauración y puesta en valor del patrimonio arquitectónico, urbano y paisajístico va indisolublemente unido al mantenimiento de una población de vecinos estable, una unión, patrimonio físico-patrimonio ciudadano, que es la única manera de preservar las características de ambos barrios que tanto valoramos quienes aquí vivimos y valoran quienes nos visitan. Un barrio vivo y poblado con una pluralidad de vecinos (de todas las generaciones, naturales del barrio y procedentes de varias partes de la ciudad, del país y del mundo, en una variedad de modelos familiares, de diversas culturas) aporta la parte más importante del capital humano y económico para el mantenimiento y conservación tanto de los bienes patrimoniales en particular como de todo el conjunto urbano y edificado en general.

2- Participación: Los barrios los construyen sus vecinos. Son éstos quienes mejor lo conocen, y en el caso del Albaicín-Sacromonte esto es aún más cierto dadas sus peculiares características y las diferencias con respecto al resto de la ciudad. Por ello hay que articular nuevas formas de participación real, directa y efectiva, en la que nuevas propuestas se articulen de manera transparente y consensuada y las soluciones a problemas se den con prontitud y eficacia. La participación tiene que acompañar a todos los procesos y decisiones, estar presente desde los inicios de cualquier actuación y durante todas las fases, para que vecinos, técnicos y representantes políticos formen parte coordinada de cualquier proceso, propuesta o proyecto. La participación se debe potenciar de manera honesta, generosa y transparente, apostando, con todos los medios posibles, presenciales y virtuales, por un modelo renovado democrático de gobernanza.

3- Planificación: Es imperante, tal y como exige la ley, la elaboración y aprobación del plan de protección para estos barrios, Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Albaicín-Sacromonte, pues es el marco normativo imprescindible para la regulación, control y potenciación de la actividad urbanística y edificatoria. La redacción y contenidos de este plan debe de hacerse de manera transparente y participada en todas sus fases, de modo que la participación sea eje director del propio plan, puesto que la experiencia de los vecinos lo enriquecerá y aproximará el plan la realidad y complejidad de ambos barrios. Este plan, además de ajustarse a criterios patrimoniales rigurosos que abarquen todas las escalas (desde el paisaje al detalle), deberá redactarse contemplando como prioridad la conservación del patrimonio y  el mantenimiento de la población y la atracción de nuevos vecinos que habiten estos barrios de manera estable y atendiendo a sus potencialidades para albergar a un amplio espectro poblacional. El plan, en ningún caso, deberá validar actuaciones que se han llevado a cabo al margen de la legalidad y a lo establecido en la norma de 1990. Es decir, debe priorizar el entendimiento del Albaicín-Sacromonte como barrios residenciales de especiales características sobre los usos hosteleros o procesos especulativos. Igualmente debe contemplar la inclusión de nuevos equipamientos de uso público cotidiano, la creación de más espacio público urbano y la mejora del existente.

4- Gestión: El Albaicín-Sacromonte, como barrios patrimoniales vivos, necesitan de un órgano de gestión propio, directo y cercano que sea capaz de responder adecuadamente tanto a las necesidades vecinales como a las exigencias de su conservación. Este órgano deberá tener competencias y atribuciones claramente establecidas, además de capacidad ejecutiva, con unos estatutos, funciones y competencias tales que ejerza una función transversal capaz de incorporar la participación vecinal y coordinar las propias áreas municipales con competencias en estos barrios (Urbanismo, Cultura, Patrimonio, Participación, Movilidad, Medio Ambiente, Servicios Sociales, Seguridad, Turismo,…), entre instituciones públicas y privadas (Ayuntamiento, Patronato de la Alhambra, Consejería de Cultura, Ministerio de Cultura, Universidad, centros de enseñanza), las asociaciones vecinales y otros colectivos sociales, comerciales, culturales, etc. con intereses y responsabilidades dentro del ámbito del Albaicín-Sacromonte. Incluyendo una oficina técnica con atribuciones y conocimiento específico del barrio, con capacidad de supervisar y hacer el seguimiento de proyectos y obra particulares así como de redactar y/o gestionar proyectos específicos de actuación. Este órgano gestor del barrio deberá compaginar y atender las cuestiones cotidianas de un barrio habitado con aquellas cuestiones patrimoniales que son exclusivas de la singularidad del Albaicín-Sacromonte.

5-Servicios básicos: La mejora en la calidad y eficacia de los servicios públicos cotidianos ofrecidos en el Albaicín-Sacromonte debe ser una prioridad. Unos barrios de trazado singular y complejo requieren una atención especial en cuanto a su limpieza y mantenimiento, más si cabe porque además se produce por ellos un intenso tránsito de visitantes. Se debe incrementar la frecuencia de barrido y baldeo, y extender esta frecuencia no sólo a las rutas turísticas, sino a las zonas más desconocidas, pero igualmente habitadas, de los barrios. Hay que reformular el servicio de recogida de basuras, en lo concerniente a la generación y recogida de residuos procedentes de la hostelería y el comercio, con unas necesidades muy distintas a los usuarios privados por las meras cantidades y frecuencia de generación. Igualmente hay que seguir corrigiendo malos hábitos en cuanto a incumplimiento de horarios, depósito incontrolado de todo tipo de residuos o los excrementos de perro,  todo ello acompañado por la ocultación de contenedores o búsqueda de soluciones de mínimo impacto visual y de ocupación de la vía pública. Y finalmente hay que comprometerse a que el Albaicín-Sacromonte sean barrios limpios de pintadas vandálicas, para lo cual, deben articularse mecanismos para su inmediata eliminación en cuanto aparezcan, sean sobre el bien que sean e indiferentemente de quién sea el responsable de dicho bien, y perseguir a quienes realizan estos actos vandálicos.

6-Movilidad: La movilidad en el Albaicín- Sacromonte se debe entender de manera integral, es decir, ambos barrios en su conjunto y en su conexión con el resto de la ciudad y del territorio.  La carencia de un estudio de movilidad específico ha llevado a situaciones de saturación y caos circulatorio. La eficacia del transporte público y la accesibilidad del vehículo privado del vecino deben prevalecer sobre cualquier otro medio comercial, para la adecuada conservación del barrio, por la seguridad del peatón (vecino y visitante) y por razones de sostenibilidad medioambiental (polución, contaminación acústica y visual). Cualquier actuación deberá asumir esta integralidad y estas prioridades,  y partir de un análisis y un diagnóstico riguroso y pormenorizado.  Las autoridades deberán hacer cumplir las normas de circulación con eficacia y rigurosidad (velocidad, aparcamiento, dimensiones de vehículos, horarios de acceso), implementar medidas estratégicas que ayuden los vecinos a encontrar espacios en los que aparcar y a los comerciantes a disponer de zonas de carga y descarga fácil y compatible con las necesidades de residentes y establecer unos espacios adecuados que generen una red de aparcamientos eficaz. Todo ello para hacer del Albaicín-Sacromonte barrios más habitables para sus vecinos y más amables tanto para ellos como para quienes los visitan.

7-Equipamientos y espacios públicos: Unos barrios vivos y habitables necesitan de equipamientos públicos dignos que den soporte a esa vida. Debe ser una prioridad potenciar los que escasamente existen y buscar y encontrar nuevos espacios culturales, lúdicos y deportivos para su uso por parte de los vecinos. Estos se pueden ubicar en espacios de titularidad pública o se pueden encontrar fórmulas para su generación compartida en ámbitos de gestión privada. El Albaicín-Sacromonte requieren de espacios públicos de calidad para su uso y disfrute por parte de todos, vecinos y visitantes. La desmedida ocupación de vía pública con fines comerciales, ya sea de manera reglada o informal, debe acabar, pues es una usurpación de espacios que pertenecen a todos. Debe ser una prioridad imperante la ejecución y apertura del Paseo de la Muralla Zirí (Arco de las Pesas-Puerta Monaita), la consolidación y adecuación del Cerro de San Miguel como gran parque público integrado en el tejido residencial existente, o la puesta en valor de las riberas de Darro, entre otros. Deberá prestarse especial atención además a los pavimentos de ambos barrios, definir un catálogo claro y coherente de intervenciones, una carta de pavimentación, desde el nivel general, hasta el detalle, encaminado a la restauración de los empedrados existentes así como a establecer criterios técnicos, estéticos y normativos —con la debida participación vecinal en todas las fases para garantizar su éxito y aceptación— para las sustituciones o nuevas actuaciones. Todo ello encaminado a la incorporación de técnicas que garantizan grados aceptables de comodidad, y la mejora de rutas accesibles, para vecinos y visitantes a la vez que se preservan los valores patrimoniales de los espacios en su conjunto.

8-Economía Productiva: Para que el Albaicín-Sacromonte sigan siendo barrios vivos y habitables necesitan tener una economía dinámica, justa y adecuada a su entorno físico y a sus realidades patrimoniales. La industria turística es importante, pero no es la única y ni siquiera se está desarrollando de una manera equilibrada. Para que sus beneficios se distribuyan por el barrio es necesario mejorar la calidad de los servicios prestados y las condiciones laborales de los trabajadores. Igualmente se debe incentivar la industria artesana creativa y de calidad y su comercio estable, y potenciar las nuevas industrias creativas, culturales, de conocimiento y de tecnologías avanzadas para diversificar las economías de ambos barrios. Todo ello acompañado del apoyo a los oficios tradicionales de la construcción (carpintería, forja, empedrado…) para que formen parte activa en la conservación de los bienes patrimoniales y edificatorios de los barrios.

9-Paisaje urbano y Patrimonio: El Albaicín-Sacromonte dotan a Granada de un patrimonio paisajístico de enorme valor. Sin embargo, se producen constantes agresiones a este paisaje, impactos y contaminación visual, desde la escala general a la escala del detalle (cableado aéreo, toldos , cerramientos plásticos, construcciones ilegales sobre cubiertas, luminosos, etc..) deben ser eliminados urgentemente porque además incumplen todas las normas urbanísticas establecidas. Además, existen numerosos bienes patrimoniales abandonados, mal mantenidos, con usos indebidos, con obras a medio hacer o infrautilizados. En todos los casos hay que hacer cumplir las leyes de patrimonio. Estos bienes pertenecen a todas las administraciones públicas o es de su responsabilidad velar por su adecuada conservación.  Todos requieren de una intervención, la mayoría de máxima urgencia, por lo que las administraciones deben comprometerse, en unos plazos aceptables, a coordinarse e intervenir en ellos. En el Anexo 1 de este documento presentamos una lista de estos bienes.

10-Convivencia: En el Albaicín-Sacromonte conviven diversas realidades, pero los principales conflictos se producen entre la vida cotidiana de los vecinos y el impacto del turismo y del ocio nocturno. Hay zonas del barrio que están ya saturadas de usos que afectan a la convivencia, por lo que exigimos una regulación urgente para des-saturar estas zonas y evitar la saturación de otras. Estos barrios son únicos, y los vecinos estamos encantados de compartirlos con quienes los visitan para que todos disfruten de estos enclaves. Pero este disfrute se debe de hacer desde el respeto a sus habitantes. Es por ello que las autoridades competentes deben comprometerse a velar por el comportamiento cívico de todos aquellos que pasean por nuestros barrios, garantizando la limpieza, el uso respetuoso de los espacios públicos y el derecho al descanso.

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