Asomadas a las tapias del barrio, estas rosas sobreviven al frío invierno, gracias al cuidado de nuestros vecinos.
Cuando paseamos todos las disfrutamos.
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1 comentario
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14 enero, 2015
menos mal que las rosas no son comestibles. Yo tenía también en mi tapia bonitas mandarinas y algunos pomelos …. el jueves pasado un desaprensivo vecinito decidió comérselos (posibles daños colaterales de la crisis) Vivir para ver, Señor .