El centro de referencia nacional de artesanía del Albaicín cambia de modelo de gestión para garantizar la oferta formativa y evitar los retrasos en el pago a los trabajadores, a los que se les adeuda las nóminas desde mayo.
GranadaiMedia, 05-11-2014 Álvaro Calleja
En el Centro Albayzín, situado en la Placeta de la Concepción, la música no ha sonado del todo afinada de un tiempo a esta parte. Las notas disonantes no guardan relación con los cursos que allí se imparten, entre ellos el de afinación y armonización de pianos o el de mantenimiento y reparación de instrumentos de viento. Su oferta formativa tampoco ha chirriado, a tenor del interés que despiertan las distintas disciplinas entre desempleados -más de 200 alumnos por año- y el nivel medio de inserción en el mercado laboral de aquellos que quieren aprender un oficio: por encima del 70% antes de la crisis y en torno al 50% a partir de la recesión, según explica el director Antonio Suárez Martín.
Tanto es así que en los últimos años se le ha añadido la coletilla de “centro de referencia nacional de artesanía” por la importancia que le concede a la enseñanza en materias tan variopintas como el vidrio, la cerámica, fabricación y reparación de instrumentos musicales, restauración de tapices y alfombras, recuperación de madera en mobiliario antiguo, o la reforma de bienes inmuebles con valor artístico y cultural. Precisamente, entre los últimos trabajos del alumnado figuran las intervenciones en las iglesias de Íllora y la Zubia.
Sin embargo, la nota discordante se difundió con estrépito hace ahora un mes cuando los trabajadores denunciaron que no percibían sus nóminas desde mayo por las demoras en el cobro de las subvenciones, además de retrasos en el pago de las becas al alumnado.
La situación se mantiene pero ya hay un compromiso del Gobierno andaluz de abonar antes de que finalice el año una parte de la deuda pendiente, además de incluir en los Presupuestos de 2015 una partida de algo más de un millón de euros para normalizar la situación de los 16 trabajadores del Centro Albayzín y garantizar su oferta formativa. El anuncio lo realizó el viernes pasado la delegada del Gobierno andaluz en Granada, Sandra García.
“Por lo menos hemos visto algo de luz, esperamos que no se distorsione. Ya no es la incertidumbre que teníamos hace un mes pero es cierto que muchos compañeros necesitan cobrar después de seis meses sin nómima y con muchos pagos a los que hacer frente”, señala Francisco Tejero, delegado de UGT en el Centro Albayzín y responsable de impartir cursos en materia de restauración.
El director del Centro Albayzín, Antonio Suárez, atribuye la sucedido a los cambios normativos en el modelo de gestión, circunstancia que ha paralizado también el inicio del curso que, en lugar de septiembre, arrancará a principios de año. “Tampoco supone un trastorno porque lo que nosotros expedimos es un certificado profesional”, puntualiza su director, convencido de que en la actualidad “se trabaja por garantizar la estabilidad” de la escuela.
La semana pasada los representantes de los trabajadores se reunieron en Sevilla con dirigentes de la Junta de Andalucía para conocer los detalles del nuevo modelo de gestión de los Consorcios Escuela de Formación Profesional. El plan del gobierno andaluz pasa por disolver los consorcios y que las escuelas se gestionen desde la Agencia Pública Andaluza para la Educación y la Formación (antes Ente Público Andaluz de Infraestructuras y Servicios Educativos). La idea es que no dependan de la línea de subvenciones que se repartían desde las administraciones sino que sea la Consejería de Educación la que asuma su financiación, con acuerdos de colaboración con empresas y las entidades locales.
Suárez también apunta que el Ayuntamiento de Granada abandonará en breve el Consorcio del Centro Albayzín, un requisito que impone la Junta de Andalucía para evitar duplicidades con otros organismos municipales cuyos fines se asemejan a los del centro albaicinero.
En estos días se lleva a cabo un seguimiento de los alumnos que acabaron los cursos el pasado mes de julio y que se incorporan al mundo laboral como trabajadores en prácticas en distintas empresas. También se atienden las preinscripciones de los alumnos que se han animado a formarse en alguna de las áreas que se impartirán el próximo año. De momento, alrededor de 200 personas se han interesado por aprender un oficio. Suena bien pero hay que tocar las teclas precisas.
