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PRENSA: El hospital a los pies de la Alhambra

Las obras del Maristán comenzarán antes de que acabe el año con un presupuesto de 1,2 millones | La Alhambra publicará en los próximos días la licitación de la dirección de obras para la restauración de este espacio en el Albaicín

Ideal, 09-10-2019

Si usted pasea por la calle Concepción, entre el Monasterio de la Concepción y la Carrera del Darro, observará una ventanita en el tapial. ¿Qué ve si se asoma? Básicamente un descampado con una especie de foso en el centro y unas vigas que sujetan un tejado de uralita. Detrás, eso sí, el maravilloso espectáculo de la Alhambra. Pues bien, en esa parcela, situada en el mismo corazón del Albaicín, estaba en el siglo XIV el único hospital de Al-Andalus del que se tiene suficiente información: el Maristán. El Colegio de Arquitectos de Granada organizó ayer una visita guiada, con motivo de la Semana Internacional de la Arquitectura, a unas ruinas sobre las que se ‘cimentará’ la reconstrucción del Maristán, uno de los proyectos más ambiciosos emprendido por el Patronato de la Alhambra y el Generalife, propietario de este ‘solar’ desde el año 2016. La primera fase de las obras, con un presupuesto de 1,2 millones, consistirán en la consolidación y restauración de los pocos elementos que se mantienen en pie.

Dentro de un par de semanas, el 21 de octubre, finaliza el plazo para que las empresas interesadas realicen sus propuestas económicas. Los técnicos ya han terminado la ronda de visitas y han ‘echado’ sus números. Ahora sólo falta que los plasmen en el concurso convocado por la Alhambra. También está previsto que en los próximos días se licite la dirección de obra. Si no hay mayores contratiempos, los trabajos comenzarán este mismo año, con un periodo de ejecución de dieciocho meses. Acabarán de esta forma treinta y tres años de abandono total.

Simulación de la reconstrucción del Maristán. / IDEAL

La propuesta arquitectónica ha salido del estudio de Pedro Salmerón, que este martes actuó como guía de las treinta personas, la mayoría arquitectos, que recorrieron los vestigios del antiguo Maristán. Salmerón explicó que uno de los principales objetivos es la preservación de los hallazgos originales con el mayor rigor posible.

También se procederá a la eliminación de la (horrible) sobrecubierta instalada en 1988 y la estructura de acero, una vez protegidos los elementos que hay bajo la misma –unos cubículos y un pasillo que los conecta–. Esta parte construida es la que se conoce como ‘pabellón sur’ y está conformado por muros, pilares, alfarjes, pinturas murales, pavimentos y todo lo que pueda aflorar, integrándolo en un cuerpo capaz y diferenciado que permita una lectura inteligible de los espacios que definían este edificio, formado por una planta rectangular de 26,20 por 38 metros, orientado en dirección norte-sur y articulado en cuatro lados de dos plantas dispuestas alrededor de un patio central ocupado por una alberca rectangular.

Según las fuentes documentales, sus lados menores estaban flanqueados por dos leones, hoy piezas estrella de la colección permanente del Museo de la Alhambra. Las alas del Maristán, fundado en 1367 por Muhammad V, presentan una distribución muy particular al dividirse en pequeñas estancias simétricas precedidas por una galería porticada. Dichas estancias estaban articuladas por un pasillo interior.

Musealización

También está prevista la musealización de los restos arqueológicos y la recuperación del estanque, eliminando los recrecidos modernos e implementando una superficie acristalada hasta que, en una segunda fase, el cubículo se llene de agua. Además, se dotará al conjunto de las instalaciones básicas que permitan en el futuro un uso y tutela adecuados, así como su contemplación nocturna en el marco del Albaicín. Además se habilitará una entrada alternativa por la calle Bañuelo que permita el ingreso de la visita cultural. En otra parte de la finca, la que da a la calle Concepción, se seguirá avanzando en las excavaciones arqueológicas. Se ofrecerá al ciudadano un punto de observación, a modo de mirador, desde la placeta de la Concepción. Para todo ello, se emplearán las técnicas constructivas más modernas, aunque compatibles con las tradicionales.

El Maristán tuvo gran protagonismo como institución civil de la ciudad hispano musulmana. El terreno es propiedad de la Junta, aunque es el Patronato de la Alhambra el encargado de tutelar este bien. Según las investigaciones históricas, el emplazamiento correspondiente al Maristán formaba parte de la Alcazaba Qadima. Más concretamente al barrio de la ‘qawraya’ o coracha, un término utilizado para designar el paso abovedado que existía entre la Alcazaba y el Darro. Con la construcción de la acequia de Aynadamar, el siglo XI, la referida ‘qawraya’ perdió su sentido original, transformándose debido a la edificación de la Puerta de los Tableros o Bab al-Difaf, que cerraba el acceso a Granada por el cauce del Darro, quedando integrada en el barrio de Ajsaris.

Pedro Salmerón hizo de guía en la visita organizada por el Colegio de Arquitectos de Granada.
Pedro Salmerón hizo de guía en la visita organizada por el Colegio de Arquitectos de Granada. / JORGE PASTOR

En la Edad Moderna el Maristán funcionó como Casa de la Moneda. Algunos historiadores sitúan este nuevo uso tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos, mientras que otros sostienen que fue ceca árabe antes de esa fecha porque se hizo un nuevo hospital en la plaza de Bibalbonud a mediados del siglo XV. En 1637 el Maristán era propiedad de la heredera de Andrés Horacio de Lepanto. A mediados del siglo XVIII se convirtió en un almacén de vinos.

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