Intervención arqueológica puntual de apoyo a la restauración en la calle Calderería Nueva nº 15, en 2006
Los resultados planteados en nuestras dos anteriores intervenciones arqueológicas en este edificio han sido corroborados con el control de movimiento de tierras. Nuestra hipótesis a cerca de que la estructura original de la vivienda no se remontaba a una época anterior al siglo XVII-XVIII ha sido confirmada, sobre todo por los resultados de las catas 2 y 3 relativas al control de las remociones de tierra. Es más, posiblemente sea algo posterior, es decir, siglo XVIII-XIX. Resulta evidente, tras este estudio arqueológico integral del edificio consistente en la realización de un estudio estructuras emergentes, excavación mediante sondeos y control de movimiento de tierras, que el edificio es el resultado de la agregación de varias parcelas, a una primera
construcción inicial a lo largo del tiempo y que ha sido objeto de múltiples remodelaciones a lo largo de los siglos. La superposición de estructuras y, la consecuente, anulación de las inferiores es un buen ejemplo de ello.
Persistimos en la idea de que la parte más antigua, la estructura originaria del actual inmueble, es el ala SO y NO16. Los muros perimetrales, realizados en su totalidad en ladrillo con cajones de mampostería y/o tapial, son de consistencia muy sólida sin apenas alteraciones y patologías importantes. Este tipo de técnica constructiva ha sido identificada también en todas las plantas
del edificio17, a excepción del ático, que se trata de un cuerpo añadido de mediados del siglo XX en el que las técnicas constructivas difieren mucho de las tradicionales.
El momento de construcción de la estructura principal de edificio no es anterior al siglo XVII-XVIII. Fue evidente por las catas que se realizaron tanto en el interior como en el exterior, que los muros perimetrales de ambas parcelas formaron un cuerpo único en el pasado, construido mediante ladrillo y cajones de tapial y/ mampostería, con sillares en algunos puntos en la base
del muro18. La cronología ofrecida por la técnica constructiva de los muros se ha constatado, una vez que en el control de movimiento de tierras, concretamente en la cata 1, se ha llegado a la cimentación de estos paramentos que se apoyaba sobre la matriz geológica y que estaba colmatada por rellenos que contenían cerámica de época moderna. Estos muros de ladrillo y cajones de mampuestos se localizan principalmente en la planta de acceso y baja, es decir, en las inferiores porque daban más consistencia al muro y porque cumplían la función de soporte de la estructura del edificio. En el resto, predominan los paramentos de ladrillo y cajones de tapial. El empleo de muros más consistentes y sólidos en la planta baja, aparte de soportar el
peso de la construcción, preserva de la acción de la humedad al resto de las plantas. También hemos comprobado, tanto al interior como al exterior en la planta de acceso, que el mortero utilizado en las zonas más bajas de estos muros perimetrales es más consistente (cal y arena) que el utilizado unos metros más arriba (tierra y cal). Esto puede deberse a que la cal protege de
la humedad más que la tierra, de ahí elegir esa opción.
Hay más datos que avalan nuestra hipótesis sobre la cronología del inmueble. El edificio, en sus inicios, constaba de habitaciones en torno a un patio, situado en la planta baja, sobre el cual se alzaban galerías realizadas en madera, con solana. Esta tipología de vivienda es típica en la arquitectura cristiana entre los siglos XVI-principios del XIX. Además, la presencia de canecillos con forma de trapecio invertido incrustados en machones refuerza la idea de que la principal fase constructiva del edificio se desarrolló en el siglo XVIII. El edificio, posteriormente, se convertiría en casa de vecinos, lo que conllevó el alzamiento del cuerpo paralelo a la calle Calderería, que anulaba la función de la solana. Luego, posiblemente a comienzos del siglo XX, se instaló en esa fachada un transformador eléctrico, que continua presente en la actualidad. La cata 219, realizada al interior de la fachada S del inmueble, ha puesto al descubierto su potente cimentación, que se apoyaba sobre la matriz geológica y que se encontraba colmatada por un relleno que contenía cerámica contemporánea, es decir, confirma lo misma idea.
Tras el estudio, se ha deducido que el ala E del inmueble, que se engalaberna con Cuesta de las Marañas nº 3, es un añadido de época posterior al cuerpo inicial del edificio. Su estructura se ha realizado principalmente en ladrillo20. Al igual, consideramos que Calderería Nueva 15 bis es un inmueble que se incorpora con posterioridad al edificio, aunque esta parcela ha sido objeto
de nuestro estudio de forma sutil, ya que casi no tiene estructuras que vayan a ser demolidas ni zonas de grandes rebajes21. A pesar de que se encuentra muy transformado, podríamos decir que se trata de un edificio del siglo XIX

