PRENSA: Adiós a la uralita que estropeaba las postales de la Alhambra: el Maristán de Granada, rehabilitado 33 años después
Maristán de Granada, a los pies de la Alhambra – Antonio L. Juárez
El Patronato de la Alhambra da por terminada la primera fase de rehabilitación de este hospital del siglo XIV, patrimonio del legado nazarí, y abrirá al público tras los trámites administrativos tras tres décadas desde su adquisición por la Junta.
La Alhambra tiene tantas panorámicas desde Granada que es difícil que salga mal en una fotografía. Adentrándonos en el Albaicín bajo, existía desde tiempos inmemoriales un elemento disruptor de esas imágenes. Un edificio en ruinas, abandonado y cuyos restos, encima, recubría nada menos que uralita.
Bajo el manto de este material cuanto menos peligroso, se escondía lo que en su momento fue un hospital nazarí. Fundado en el siglo XIV por Muhammad VI, el mismo que mandó construir el patio de los leones, y abandonado por los Reyes Católicos a su llegada a Granada. Una joya patrimonial, a todas luces, que, como muchas otras, quedaba relegada al olvido de las instituciones.
Fue así hasta el 2020, cuando el Patronato de la Alhambra inició las obras para recuperarla en el paisaje de la capital granadina.
La pandemia y más tarde la falta de materiales han provocado el retraso de este proyecto que debía estar terminado hace ahora casi un año. 1,38 millones es el presupuesto que adjudicó la Junta 33 años después de su adquisición para quitar esa dichosa uralita que cubría los restos del edificio y dar vida de nuevo a lo que solo eran escombros.
Lo que ahora acaba es el proceso de rehabilitación del pabellón sur del hospital, con materiales, eso sí, nuevos. Lo que queda, en lo que respecta a la madera original del edificio es apenas un diez por ciento del mismo. Tal y como explicaba el arquitecto del proyecto, Pedro Salmerón, «pese a su situación ruinosa», el Maristán presenta ya de por sí «un valor en sí mismo». La madera que ha quedado tiene siglos a sus espaldas.
La escasa estructura, además, ha permitido determinar paso a paso cada material, consiguiendo envolver lo que fue y dando una restauración integral de este espacio patrimonial que se suma, cuando muchos lo daban por perdido, al amplio catálogo granadino.
El proyecto, de hecho, es muy parecido al original, con algunas pequeñas aportaciones, sobre todo para cumplir la normativa en cuanto a la prevención contra terremotos. El ejemplo, según señalan desde el equipo de encargado de los trabajos, ha sido siempre el del Corral del Carbón, la única alhóndiga nazarí conservada en su integridad en la península ibérica. El Maristán, al igual que aquella, queda de aquí en adelante «muy parecida» a la imagen que se tenía de ella hace casi 700 años.
«Una deuda pagada»
Desde las instituciones granadinas celebraban este martes que al fin se haya conseguido lo que significa un nuevo hito para el patrimonio de la capital. «Una deuda pagada», tal y como señalaba el delegado de Cultura de la Junta en la provincia, Antonio Granados.
Las peticiones por parte de los vecinos del barrio albaicinero y la estupefacción de algún que otro turista habían sido constantes en los últimos tiempos. Por su parte, Rocío Díaz, directora del Patronato de la Alhambra, indicaba el proyecto del Maristán como la muestra de que «es posible sacar proyectos en Granada».
El trabajo, además, ha tenido premio a lo largo de estos dos años, tras un seguimiento arqueológico de la parcela que ha descubierto nada menos que un nuevo acceso en esta zona de la antigua ciudad nazarí. Concretamente por la calle Bañuelo, también de época medieval.
A esto, se une el descubrimiento de unas escaleras en la esquina suroeste del edificio, hasta el momento desconocidas, así como conocer, al fin, el perfil de la alberca que preside el patio central. Este último hallazgo, inimaginable desde las zonas por las que todavía se podía vislumbrar lo que fue este espacio.
Como detalle y nueva presentación en sociedad para los granadinos, este jueves santo, la hermandad de la Concha, cuyo lugar de salida está justo enfrente de este espacio nazarí, podrá ver iluminado el antiguo hospital nazarí, único en toda España. Todo con la esperanza de que tras su apertura se convierta, aunque hayan pasado casi más de siete siglos, en un nuevo lugar de referencia para la ciudad.
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