Un valor que no se puede medir
La Alhambra y el Generalife cumplen en noviembre treinta años como Patrimonio Mundial, diez más que el Albaicín
En Buenos Aires, hace casi treinta años, el 2 de noviembre de 1984, el Comité del Patrimonio Mundial accedió a incluir en su selecta lista un nuevo conjunto monumental: La Alhambra y el Generalife daban un paso decisivo en el contexto de su repercusión a nivel internacional al entrar en el grupo de bienes de mayor rango patrimonial del planeta. El logro supuso un hito muy relevante para el desarrollo turístico de la ciudad, pero aún faltaba algo. Y tardó diez años en llegar.
El 17 de diciembre de 1994, en Phuket (Tailandia), la Unesco incluyó un adjunto al expediente de la Alhambra y del Generalife. Más de una década después, el barrio del Albaicín adquirió el mismo rango que los monumentos vecinos y le dio una nueva dimensión al conjunto turístico de Granada, que logró situarse a la cabeza de España en el plano del reconocimiento internacional.
Apenas un año antes de la declaración como Patrimonio Mundial del Albaicín, Granada entró a formar parte de la Organización de Ciudades del Patrimonio Mundial (OCPM). El 8 de septiembre, en Fez (Marruecos), se fundó esta asociación internacional no gubernamental y sin ánimo de lucro, que estableció su sede en Quebec.
El objetivo de la Organización es ayudar a las ciudades a adaptar y perfeccionar su modo de gestión, teniendo en cuenta sus particularidades. A cambio, cada municipio abona una cuota anual para el mantenimiento de los gastos de la asociación. Además, los alcaldes entran a formar parte de una asamblea general que participa en la toma de decisiones.
Esta asamblea, que se reúne cada dos años en alguna de las ciudades que forman parte de la Organización, tiene un presidente que fluctúa. Actualmente, el responsable es el alcalde de la localidad portuguesa de Sintra, Basílio Horta, que ostentará el cargo hasta la próxima reunión que se celebrará en Perú en el 2015.
SECRETARÍAS REGIONALES
La amplitud de la organización, que cuenta con 250 ciudades de todos los continentes bajo su influencia, provocó la creación de ocho secretarías regionales para optimizar el funcionamiento de todos los procesos. Granada quedó encuadrada en la parte de Europa del Sur-Mediterráneo, cuya sede se encuentra en la capital vecina de Córdoba.
Precisamente, esta Secretaría Regional es la que ha organizado la reunión que se celebra durante esta semana en Granada. De ella saldrán las directrices a seguir de aquí a los próximos meses en los distintos aspectos que se debatan. Todo con el objetivo de proteger y cuidar un valor que no se puede medir.
LA POLÉMICA CON EL ALBAICÍN
En las últimas semanas, varios grupos políticos han advertido de la posibilidad de que el Albaicín pierda su catalogación ante la aparente decadencia del barrio. Para que eso sucediera, la Unesco debería incluir a la zona, en primer lugar, en un listado de lugares en riesgo de perder este estatus. En ese momento, Granada se vería obligada a tomar las medidas pertinentes para tratar de reconducir la situación y, en caso de que no lograra los objetivos, podría ver cómo el barrio deja de ser Patrimonio Mundial.
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