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El Albaicín Granadino se convierte en la meca de la nueva burguesía postmaterialista

Placeta Toro

Fue declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1994, pero el barrio granadino del Albaycin -donde conviven poco menos de 10.000 personas- es mucho más que un conjunto urbanístico y monumental que rememora el pasado nazarí de una ciudad que fue reino musulmán. Ahora, el Albaicín se ha convertido en el lugar de residencia de los postmaterialistas.

Leer a Gema Castellano en Informativos, 23-03-2015

Situado en una colina a 700 metros de altura sobre el nivel del mar, frente a la Alhambra, el Albaicín -que significa “arrabal de los halconeros” según algunos historiadores o asentamiento de emigrantes de la ciudad de Baeza, para otros ilustrados sobre la historia de Granada- conserva y fomenta la diversidad y heterogeneidad que durante siglos ha caracterizado a sus pobladores, cuya idiosincrasia -sin embargo- cambia con los tiempos.

Porque a pesar del estabilismo y la parsimonia del estilo de vida de los albaicineros de tradición, de esos cuyos padres y abuelos ya nacieron y vivieron entre sus murallas árabes, las numerosas iglesias que presiden sus plazas, los emblemáticos aljibes, las magníficas casas señoriales construidas ente los siglos XVI y XVIII, los elegantísimos ‘cármenes’ -espectaculares casas con jardín- y sus leyendas -un impagable patrimonio intangible- un nuevo ‘lifestile’ ha llegado al Albaicín personalizado en esa nueva burguesía postmaterialista, profesional, innovadora, culta y amante de lo exclusivo, que está imprimiendo en este barrio marcado por el casticismo pinceladas de modernidad, diseño, interiorismo, nuevas costumbres, sibaritismo e incluso extravagancia.

Pero no es fácil conseguir una vivienda para restaurar, rehacer o moldear en este selecto enclave. Su metro cuadrado ya iguala en valor al del centro de Granada y los albaicineros de pura cepa no son gentes que quieran desprenderse de sus hogares para vivir en otros lares. Así, encontrar una oportunidad de inversión requiere paciencia, contactos y un buen nivel económico. A cambio, el barrio ofrece la calidad de vida excepcional que proporciona un entorno privilegiado a nivel cultural y patrimonial pero también en lo que a servicios e infraestructuras de ocio se refiere.

Regresar a casa después de una frenética actividad profesional, recibir amigos u organizar fiestas sociales en los jardines con vistas a Granada son actividades altamente gratificantes para esos nuevos y sofisticados pobladores del Albaicín con intereses y forma de vida muy diferente a la de los auténticos albaicineros, familias de clase obrera con la sola pretensión de gozar de la calma del barrio y mantener sus tradiciones.

Sin embargo, la convivencia es armoniosa aun cuando las nuevas generaciones sucumben cada vez más a las generosas ofertas económicas de esos nuevos vecinos que pretenden conquistar el Albaicín. Sea como fuere, todos tienen un objetivo común: que las autoridades se impliquen en la rehabilitación de un barrio emblemático y con 2.700 años de historia, que ahora interesa a todos por diferentes motivos.

En este sentido, la Junta de Andalucía -a través de su Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA)- dio luz verde en el año 2002 el proyecto de Rehabilitación Integral del Albaicín, cuyo objetivo es “mejorar las condiciones de vida de los vecinos de este emblemático barrio y contribuir a la revalorización de su riquísimo patrimonio histórico y arquitectónico” con una inversión inicial de 41 millones de euros que han servido para mejorar la calidad de vida de sus habitantes; pero sobretodo, para revalorizar un barrio que ya es selectivo.

Ahora y durante casi dos décadas más, será el programa Medinas 2030 organizado por el Banco Europeo de Inversiones el que desarrolle las ayudas públicas para rehabilitar el patrimonio cultural del Albaicín, pero seguro que es la iniciativa privada la que lo convierte en uno de los encalves urbanísticos más anhelados por las nuevas generaciones de sibaritas, marcados por el buen gusto, la sostenibilidad y la calidad de vida.

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