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La ciudad empezará a rehabilitar su red de murallas con un plan director

Las primeras intervenciones serán en los tramos la Ermita de San Cecilio al Convento de las Tomasas y del Arco de las Pesas al Aljibe del Rey.

Leer a Belén Rico en Granada Hoy, 02-03-2015

El Ministerio de Cultura tiene previsto licitar la obra del tramo de muralla que une la ermita de San Cecilio con el Convento de las Tomasas. Una obra que puede arrancar en seis meses y que tiene previsto un periodo de ejecución de un año. Será la primera medida que ejecutará el Ministerio de Cultura dentro del marco del Plan Director de la Murallas, según los cálculos de la arquitecta que firma la intervención de rehabilitación y autora también del plan, Isabel Bestué.

«El Plan Director estaba listo para 2013», comenta la autora sobre la propuesta del Ministerio de Cultura, titular de la mayoría de las murallas de la ciudad de Granada. «No es un tema que se le haya dado publicidad porque es una asunto ministerial», aclara sobre la poca trascendencia  que tuvo su aprobación entre los que no son especialistas en la materia, a pesar de la importancia de las medidas que contempla. «El Ministerio de Cultura lo distribuyó entre los organismos competentes, que son el Ayuntamiento de Granada y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía», señala Bestué, quien matiza que no se trata de un documento vinculante pero que detalla las acciones que hay que acometer para la conservación de este importante apartado del patrimonio granadino.

«El Ministerio de Cultura, a través del Instituto de Patrimonio Cultural, ya ha empezado a mover ficha sobre las actuaciones que hay que emprender. Lo primero que hizo fue sacar el proyecto para restaurar un determinado tramo de muralla por la zona del Carril de San Cecilio. Ahora mismo ya se está revisando el proyecto», comenta la arquitecta, quien destaca que se está realizando otra intervención en un solar de titularidad municipal.

El arquitecto Antonio Martín es el responsable de la rehabilitación de un tramo de muralla de lo que en otro tiempo era un proyecto más ambicioso de Parque Lineal que transcurría de Puerta Monaita a Arco de las Pesas. Por ahora se está trabajando en el primer tramo, del Arco de las Pesas al Aljibe del Rey. «Ya se ha presentado el proyecto, está aprobado por Cultura y a la espera de la adjudicación a la empresa», cuenta Martín, sobre esta obra que se ejecutará con fondos del Ayuntamiento y la Junta.

Isabel Bestué va a cometer el tramo que va del Arco de las Pesas al Convento de las Tomasas, «específicamente de la Ermita de San Cecilio, en el callejón de San Cecilio, hasta la Puerta de las Tomasas». Este tramo no se había intervenido, sólo un trozo por una obra de emergencia porque se estaba cayendo una especie de pretil de ladrillo que había en una de las torres y se desprendían ladrillos a los jardines colindantes».

Ahora se abarcará este tramo. «El proyecto se licitará dentro de tres o cuatro meses, cuando saldrá a concurso la obra, y dentro de seis meses estará empezando a realizarse», explica la arquitecta sobre el proyecto, del que se proclamó ganadora en un concurso que se realizó hace un año.
El planteamiento es que la ejecución dure como un año, aproximadamente. «El problema de las obras en tapial es que no puedes trabajar durante todo el año porque, como se trabaja con cal, no se puede operar cuando hace frío. Los meses más duros tienes que parar», cuenta Bestué sobre esta intervención en la que se tendrá que hacer «un seguimiento arqueológico, trabajar sobre los paños, acondicionamiento de los solares del entorno.» En este tramo no hay previsto realizar un paseo arquelógico como en otros proyectos de restauración de murallas en Granada. «Se hará por la zona que baja por la Cuesta de la Alhacaba, porque por este lado casi todo el tramo está en propiedades privadas», aclara la arquitecta sobre la intervención.

Sobre las actuaciones inmediatas y futuras de conservación, para la responsable del plan director, lo más urgente de las intervenciones que se tienen que realizar en las murallas granadinas es el desbroce de los entornos, «que está totalmente abandonados y eso daña mucho la muralla». «En toda la parte del paseo lineal hay una especie de árboles que no son autóctonos y que se están comiendo la muralla». «Con el Plan Director pasa como con los planes generales urbanísticos, que se dan unas pautas y algunas se ejecutan y otras no. Si no se llevan a término, en el siguiente Plan Director se dan otras indicaciones».

Un detallado itinerario de rehabilitación y revalorización

La arquitecta Isabel Bestué trabajó en la elaboración del Plan Director de las Murallas de Granada durante un año por encargo directo del Ministerio. La autora explica que entre las principales líneas que contempla destacan la conservación del monumento, «para que todos los tramos se puedan ir restaurando y se conserven en las mismas condiciones». Pero ese no es el único aspecto inventariado en este extenso documento que dirigirá las intervenciones en las murallas en los próximos diez años.

Otro de los aspectos fundamentales del Plan Director es el del mantenimiento de aquellas partes que están en mejor estado, porque hay que realizar labores de limpieza y consolidación de forma permanente.

Otra línea muy importante es el de los estudios arqueológicos y a partir de ahí las directrices de lo que hacer en el entorno de las murallas: cómo hay que proteger los solares adyacentes para no perder información arqueológica. Otro apartado complementario a este punto, y fundamental, es determinar en qué espacios se puede construir y en cuales no.

Hay una parte legal muy importante que depura a quién pertenece la titularidad de las muralla o su entorno, así como a quién compete su mantenimiento.

También se contempla los estudios para el aprovechamiento turístico de las murallas en relación con la ciudad. Otros apartados que se contemplan son el del estudio medioambiental y el de la difusión cultural.

«El desarrollo del Plan no lo sigo, pero no sé si han hecho más cosas», puntualiza la arquitecta sobre el estado de ejecución del inventario de medidas del Plan Director porque «está planteado en un periodo máximo de diez años, pero hay medidas para desarrollarse a distintos plazos: en un año, en cinco…». «El objetivo fundamental es conseguir un estado bueno de conservación y se pongan en valor, porque yo creo que hay mucha gente que no sabe ni que Granada tiene murallas, sólo las de la Alhambra. Se recuperarían no sólo para el turismo, también para la ciudad», declara Bestué.

Unos restos de gran valor pero en «escandaloso» estado de conservación

El crecimiento y la historia de la ciudad puede leerse en las murallas de la ciudad, pero su situación impide este disfrute

La murallas de Granada dan cuenta en la actualidad de la historia de la ciudad, los primeros núcleos urbanos, el crecimiento de los mismos, de las modificaciones que ha sufrido la urbe y de cómo era la vida en ella. Sin embargo, poco puede descubrir el ojo no experto dado su estado de conservación y la poca información que hay sobre ellas en guías, oficinas de turismo o entre las propuestas culturales de la ciudad.

Antonio Malpica, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Granada, explica que había un núcleo urbano original en San Nicolás con un castillo del siglo IX. Este espacio, estaba rodeado por una muralla que data del siglo XI. El profesor destaca que «la ciudad del XI nunca superó los límites del Bib-Rambla». Para el catedrático, esa zona quedó asignada a los Reyes. En este espacio debió erigirse una mezquita al lado de la Madraza. «Los Reyes Nazaríes generaron allí una alhóndiga que contaría con el Corral del Carbón, la Madraza y la Alcaicería».

Malpica explica que a ese núcleo se trajo agua del Darro para regar la Mezquita y eso fue el origen también de que se situara en este espacio el barrio de curtidores.

Posteriormente surgieron los barrios del Realejo, a principios del XIV, y el Albaicín, a mediados del XIV. En estos dos nuevos enclaves que fueron amurallados hay dos espacios sin urbanizar que pueden verse ya desde el plano de la Plataforma de Vico y que estaban destinados a uso agrícola (el del Realejo) y ganadero (en el barrio del Albaicín). «El del Realejo se realizó aprovechando el ramal de la Acequia Gorda para agricultura», cuenta el catedrático, que destaca que en este entorno de uso rural se levantó el Cuarto Real de Santo Domingo. «Había una torre y un palacio, lo que es una muestra de cómo el poder se había ido apoderando de otros espacios anexos de la ciudad», cuenta.

Del espacio vacío dedicado a la ganadería también menciona Malpica los vestigios que han llegado hasta nuestros días: las cuevas en las que se guardaba el ganado, y que luego siempre han estado ocupadas por pobladores marginales, primero moriscos y luego gitanos.

Las otras murallas de la ciudad, las más conocidas -o casi las únicas conocidas por el gran público dado el estado fragmentario en el que se encuentran muchas- son las de la Alhambra, que datan de principios del XIV. Para el catedrático de Arqueología, el estado de conservación de las murallas en la actualidad «es un escándalo», pues aunque han sido objeto de diferentes intervenciones, la mayoría se han visto paralizadas en mitad del proceso.

Entre los últimos proyectos, destacan el que se planteó de Puerta de Monaita al Arco de las Pesas, un paseo lineal que firmaba Eduardo Zurita. También el que realizó Antonio Jiménez Torrecillas en San Miguel Alto y el ejecutado en sus primeras fases por Javier Gallego Roca en la Muralla Alberzana.

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