Las dos Colinas de Granada, correr por la Alhambra y el Albaicín disimula toda dureza (mayo de 2014)
El barrio visto por los ojos de un corredor, del blog: El país que nunca se acaba
Nos vamos hacia la salida. Aunque antes hacemos una parada que calificaríamos de obligatoria por la belleza de las vistas: La Alhambra de Granada, con la Torre de Comares al frente, contemplada desde el paseo Padre Manjón, también conocido como Paseo de los Tristes (porque por aquí se movían las comitivas de los entierros). Esta plazuela junto al cauce del Darro es un magnífico lugar para comprobar el carácter geoestratégico de la fortaleza y la compleja accesibilidad al cerro/colina en cuestión. Una vista que nos acompañará corriendo, ahí es nada.
Bajamos por la Carrera del Darro, una calle turísticamente muy transitada por motivos diversos: acceso a monumentos; existencia de restaurantes y locales de restauración; ubicación de hoteles, hostales y demás; un paseo fantástico lleno de encanto… Aquí proclaman que, probablemente, sea «la calle más bella del mundo». Quedémonos con que es muy bella. Y que las clasificaciones se queden para el deporte…
Hermosa fachada de un antiguo palacete: la Casa de Castril. La actual sede del Museo Arqueológico de Granada, que en su día fue el palacio de todo un secretario de los Reyes Católicos (Hernando de Zafra) tras la caída del Reino Nazarí, se encuentra en la Carrera del Darro, enfrente de la iglesia de San Pedro y San Pablo.
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