[PRENSA] La historia tras el aljibe de Santa Isabel de los Abades
Una señora lava la ropa en el aljibe de San Isabel de los Abades Torres Molina/Archivo de IDEAL
Es un placer encontrar estos aljibes, casi por casualidad, dejándose llevar por las calles del barrio
En una vieja fotografía del archivo de IDEAL, una señora vestida de luto lava la ropa junto a un aljibe del Albaicín. La imagen, tomada en los años setenta, aproximadamente (otro caso más para los ‘Detectives del tiempo‘), parece mucho más antigua: la calle aún sin asfaltar, el paso cansino de un burro con las alforjas cargadas y la vida del barrio girando en torno al agua.
La vecina se afana en dejar la ropa limpia con el líquido que salía del aljibe a través de un grifo, como el de una fuente. Es una fotografía que evoca la vida sencilla y comunitaria del barrio, donde las calles eran punto de encuentro y las labores cotidianas se compartían en los espacios públicos.

Este rincón está en calle San Luis. Hoy el aljibe está cegado, pero bajo su piedra duerme una historia que se remonta al siglo XIII. Según los estudios, perteneció a la antigua mezquita Yami Susuna, derribada en el siglo XVI para levantar una iglesia la de Santa Isabel de los Abades que, a su vez, se vino abajo a mediados del XVII, al parecer por una riada. En los Anales de Granada de Henríquez de Jorquera aparece una referencia a este templo: «En lo más remoto del Albaicín desta ciudad de Granada, a la parte del norte, faldas del Aceituno, está la iglesia parroquial de Santa Ysabel, que es Real Monasterio de monjas franciscanas; fue pobladísima en tiempos de los moriscos, y por haberles expelido, está casi despoblada».
Granada conserva una red de 28 aljibes, de los cuales 26 se encuentran en el Albaicín. El más grande es el Aljibe del Rey, hoy sede de la Fundación AguaGranada. Estos depósitos no solo abastecían de agua a los vecinos: también cumplían una función religiosa, pues solían estar vinculados a las mezquitas para las abluciones previas a la oración.
Los aljibes dejaron de almacenar agua a comienzos de los años ochenta, algunos resistieron hasta la década de los noventa, cuando se cortó el suministro procedente de la acequia de Aynadamar, la misma que descendía desde la Fuente Grande de Alfacar y regaba los cármenes del barrio. De ella bebía también el aljibe de Santa Isabel de los Abades.

Su boca está formada por un arco apuntado de ladrillo, ligeramente descentrado respecto a la bóveda interior, y cuenta con un brocal de piedra de Sierra Elvira reforzado con ladrillo. Tiene capacidad para unos 30.000 litros. En 2004 se restauraron 21 de los aljibes públicos del Albaicín, devolviéndoles parte de su antiguo esplendor.
Hoy, aunque el agua ya no corre por sus entrañas, sigue siendo un placer encontrar estos aljibes, casi por casualidad, dejándose llevar por las calles del barrio.
*Más información más sobre los aljibes de Granada en el libro, ‘Aljibes, Pilares y Patios’, de Merche S. de la Calle y Juan Enríque Gómez. Entorno Gráfico ediciones

