El portavoz municipal, Jorge Saavedra, y la edil de Economía, Rosario Pallarés, este viernes.
La junta de gobierno local aprueba una nueva ordenanza de la convivencia que endurece las sanciones por dañar el patrimonio y obliga a ciudadanos y a empresas a reciclar
Las pintadas vandálicas saldrán caras en Granada. Hasta 3.000 euros tendrán que abonar aquellos que sean sancionados por pintar las paredes sin permiso. Es la principal novedad de la nueva ordenanza de la convivencia aprobada por la junta de gobierno local este domingo.
Según ha explicado el portavoz municipal, Jorge Saavedra, la normativa quiere atajar el «problema» que tiene la ciudad con las pintadas vandálicas. Se trata, como ha recordado, de un «compromiso adquirido» por la alcaldesa, Marifrán Carazo, durante la campaña electoral, cuando avanzó que pondría en marcha diferentes medidas para mejorar la imagen que ofrece el municipio.
En los últimos meses, el equipo de gobierno ha estado trabajando en un borrador que actualiza la ordenanza, cuyo texto actual es de 2006, e incorpora aspectos ya reglados en normativas tanto de rango estatal como autonómico aprobadas en los últimos años. Así, recoge medidas para que la ciudad dé «nuevos pasos» en dirección a la economía circular -los procesos para dar una segunda vida a los residuos- y a hacer posible una Granada «más verde».
El texto incorpora como novedad el endurecimiento de las multas contra las pintadas vandálicas. Según ha señalado Saavedra, la ciudad va a ir a la máxima sanción que permite la ley calificando estos actos como «muy graves». Así, aquellos que sean identificados por pintar paredes sin permiso tendrán que hacer frente a penalidades de entre 1.500 y 3.000 euros. También tendrán la misma categoría aquellas pintadas hechas en lugares protegidos y todas las que conlleven un proceso de limpieza con un coste superior a los 200 euros.
Por otra parte, las pintadas de edificios municipales se castigarán con multas que pueden ir desde los 1.900 euros si son consideradas leves y 30.000 euros si son consideradas muy graves. Además, el Ayuntamiento dará traslado a la Junta de aquellas que se produzcan en bienes patrimoniales inscritos, una práctica que podría comportar sanciones de hasta 100.000 euros.
Los sancionados podrán hacer cursos de acción cívica para «compensar» estas multas, pero el portavoz ha advertido de que el Ayuntamiento «quiere ser duro y lo va a ser persiguiendo esta práctica sabiendo la diferencia que existe entre una pintada artística y autorizada y una vandálica».
Orines y reciclaje
La ordenanza conlleva también otras novedades que afectan a las personas que tengan animales domésticos a su cargo. Establece la obligación de los dueños de usar recipientes de al menos medio litro con agua mezclada con algún tipo de desinfectante, como puede ser el vinagre, sobre los orines de los perros. Se pretende, como ha recalcado Saavedra, reducir el «impacto» que causan los excrementos de las mascotas.
Asimismo, por primera vez la ciudad va a obligar a vecinos y empresas a separar los residuos en origen. Se trata de una indicación que procede de la normativa estatal y que va un paso más allá de lo señalado hasta ahora, que era la recomendación del reciclaje. Ahora todos los granadinos deberán separar el cartón, el plástico, los biorresiduos y otros desechos para su tratamiento diferenciado. Habrá, no obstante, cierta «flexibilidad» con los grandes productores, como centros comerciales, grandes superficies u hospitales, que podrán gestionar por su cuenta los residuos. El Consistorio, sin embargo, tendrá que supervisar esa operación.
Saavedra ha remarcado que el texto persigue acabar con los «problemas» de la ciudad y ha explicado que su tramitación se verá ahora seguida de un plazo en el que todos los interesados podrán hacer aportaciones a la ordenanza. El portavoz ha avanzado que el equipo de gobierno hará una «escucha activa» de las alegaciones al considerar que «pueden enriquecer aún más el texto».
