Durante el periodo de consulta pública la confluencia Granada se Encuentra (Podemos + Alianza Verde + Independientes) ha formulado una serie de propuestas destinadas a hacer posible la mejor protección del paisaje y el patrimonio del Cerro de San Miguel, indisolublemente unido a la Alhambra, el Albaicín-Sacromonte, el Valle del Darro y a toda la ciudad.
En su escrito demandan ampliar la consulta ciudadana, convertir el espacio para disfrute de los vecinos del barrio, evitar la turistificación masiva, respetar el uso residencial histórico de las cuevas o recuperar la Huerta Alta y los sistemas hidráulicos vinculados a la acequia de Aynadamar.
“Renaturalizar y considerar el Cerro como lo que es, parte de la ciudad, una unidad de paisaje que entra dentro de la ciudad, para uso y disfrute de granadinos y granadinas y de quienes nos visitan”, señalan en un comunicado.
El escrito se abre con una crítica al limitado proceso de participación ciudadana que ha puesto en marcha el actual equipo de gobierno del PP. Se ha optado únicamente por publicar un anuncio en la web municipal, en pleno mes de julio y sin ningún tipo de información adicional o actuaciones para promover y fomentar la participación de los vecinos del barrio ni del conjunto de Granada. Una decisión política que se ha limitado a cumplir el mínimo legal, demostrando que no existe una verdadera voluntad de escuchar a la gente y recoger sus opiniones y propuestas.
Esta crítica se acompaña de una petición para que se reabra y amplíe el proceso participativo, dando mayores plazos y promoviendo y fomentando de forma activa la participación de los vecinos del barrio y de toda Granada.
Las principales propuestas que se realizan desde Granada se Encuentra (GsE) se dirigen a recuperar y proteger este espacio para los propios vecinos del Cerro, del Albaicín-Sacromonte y de toda la ciudad. Poniendo en el centro su valor patrimonial, histórico, cultural y paisajístico, que forma parte esencial de la ciudad, dentro del entorno visual de la propia Alhambra.
El principal objetivo debería ser que el Cerro de San Miguel, como parque urbano, esté destinado principalmente al uso y disfrute por parte de los vecinos del Albaicín-Sacromonte y por supuesto de todos los granadinos. Hay que evitar los riesgos de la turistificación masiva o la conversión de este espacio en otra especie de parque temático, de un escaparate carente de vida normalizada porque se llena de usos hosteleros, comerciales o turísticos. Alternativa por la que parece apostar el Avance y que solo provoca la gentrificación, la expulsión de los vecinos de sus barrios. Una indeseable alternativa por la que parece apostar el documento de Avance.
Desde GsE se reclama la compatibilidad del uso residencial, respetando el derecho de propiedad y posesión de los residentes en el Cerro, cuya presencia histórica se data en el propio Avance como mínimo desde el siglo XVIII. «Por supuesto que siempre en viviendas regularizadas y evitando la infravivienda».
“Pero no tiene sentido gastar dinero en expropiar las cuevas (1,5 millones), expulsando a las personas y familias que llevan muchos años residiendo en el Cerro, para hundir esas cuevas o para después privatizarlas y destinarlas a usos comerciales, hosteleros o de souvenir… según el modelo recogido en el Avance”.
Como tampoco lo tiene pretender eliminar las cuevas-vivienda, con alto valor patrimonial, histórico y etnográfico, y sin embargo conservar edificios sin ningún valor patrimonial, construidos a mitad del siglo XX y que el Avance prevé destinar a uso hostelero.
«El propio documento de Avance reconoce que el Cerro constituye un hábitat troglodítico pero lo que propone es justamente hacerlo desaparecer, porque no existe tal hábitat sin gente residiendo en las cuevas. En una contradicción flagrante con la propia Ley 7/2021, de impulso para la sostenibilidad del territorio de Andalucía (LISTA), que recoge específicamente la definición de los denominados hábitats trogloditas, a los que reconoce, pretendiendo su “ preservación y protección en los ámbitos tradicionales de casas-cueva”, algo que se refuerza aún más en su Reglamento, donde le dedica el Título IX (artículos 419 a 430), También estaría en contradicción con el actual PGOU que reconoce y asume todas las edificaciones residenciales consolidadas en suelo no urbanizable».
Según GsE, en este espacio siguen viviendo familias que excavaron las cuevas en su inicio, Angustias Ruiz Navarro, «La Mona » referencia cultural internacional del baile flamenco de esta ciudad; familias que llevan 30-20 o 15 años teniendo ahí su hogar, que están empadronadas, que pagan impuestos y tasas municipales que fijan habitantes a esta ciudad y menores en nuestros colegios y que han cuidado el barrio para la ciudad frente a la dejadez de todos los equipos de gobierno.
En su defensa del patrimonio y el paisaje del Cerro, GsE plantea la necesidad de recuperar el huerto histórico (Huerta Alta), “vinculado a la ermita”, “cuatro bancales principales”, identificables aún y que llegaron activos hasta hace apenas unos decenios. Se propone incluirlos en la red de huertos urbanos de la ciudad. Y rechazan su conversión en una “pradera mediterránea con un poyete para sentarse” y ver las vistas, como propone el Avance.
Y asociado a los huertos se propone la posibilidad de recuperar el sistema hidráulico histórico, sus vínculos con la Acequia de Aynadamar, el Aljibe histórico, el canal o la alberca junto a la ermita, que se mencionan en el documento de Avance, pero sin proponer nada concreto.
Respecto al aparcamiento previsto desde GsE proponen evitar la contradicción de fomentar el flujo de vehículos privados a una zona de alto valor patrimonial y paisajístico. Por ello proponen un pequeño aparcamiento fundamentalmente para vehículos de personas con movilidad reducida y el transporte público.
