PRENSA: La inseguridad, el enemigo público número 1 del Albaicín
Los vecinos organizan una serie de protestas para reclamar soluciones mientras el gobierno local promete más vigilancia
La gente camina por la Carrera del Darro y el Paseo de los Tristes y contempla la belleza de Granada. Son turistas que ayer por la mañana llenaban los rincones del viejo Albaicín. Más abajo, en Plaza Nueva, Paco Bartolomé hijo atiende el quiosco. Su padre sigue ingresado en el hospital con unas cuantas costillas rotas y él tiene grapas en la cabeza. Dos personas les atacaron el pasado sábado y ha sido algo así como la gota que ha colmado el vaso de la paciencia del Albaicín. La inseguridad se ha convertido en el enemigo público número 1 del barrio Patrimonio de la Humanidad.
Si bien es cierto que hace tan solo dos años, el entonces equipo de gobierno del PP y Ciudadanos destinó cuatro policías locales al barrio del Albaicín tras las quejas por inseguridad y menudeo, la realidad es que no están operativos.
La consecuencia es que este mismo año, en torno al mes de febrero, surgieron las patrullas ciudadanas. Según los albaicineros, el objetivo de los ladrones había cambiado. Pasó de tener como objetivo los turistas, que desaparecieron por el coronavirus, a fijarse en los vecinos.
Con la normalización y la vuelta del turismo las patrullas ciudadanas albaicineras han desaparecido, pero permanecen activas a través de los grupos de Whatsapp. Y es aquí donde ha surgido la iniciativa de programar una concentración en Plaza Nueva con tres claros objetivos. Pedir una Policía de barrio estable, acabar con la permisividad en torno a los moradores de las cuevas y los indigentes y, por supuesto, solidarizarse con Paco Bartolomé padre e hijo y mostrarles su cariño. La concentración, que iba a realizarse esta misma semana, se ha retrasado a la espera del alta de Paco Bartolomé «en señal de respeto», confirman los organizadores.
Acto de solidaridad
Antonio Jiménez, presidente de la asociación de vecinos del Albaicín confirma que la inseguridad ciudadana es el principal problema que afecta a los vecinos. «Además, tras la paliza a los quiosqueros, están todos muertos de miedo». Razona entonces que necesitan apoyo municipal. «La mitad de los problemas en el barrio se arreglarían haciendo cumplir las ordenanzas que ya existen». Y, por supuesto, añade, «con la creación de una Policía de barrio de verdad, que se dedique a patrullar por todos los rincones, que conozca a los vecinos, que sea una Policía de proximidad y de acción rápida, porque están en el barrio y lo conocen. Y también a sus vecinos».
El presidente de la junta municipal de distrito del Albaicín, el concejal socialista Miguel Ángel Fernández Madrid, prefiere bajar un poco la tensión. «Obviamente, un hecho puntual no puede hacer que tomemos medidas especiales. Es verdad que lo hemos hablado en el equipo de gobierno y que vamos a tomar medidas. Pero lo primero es mostrar solidaridad con el quiosquero».
Al final, termina, «se trata de reforzar la presencial policial en el Albaicín. Vamos a aumentar la presencia policial y la coordinación con Policía Nacional».