PRENSA: Una empresa china de hoteles de lujo, interesada en los conventos del Albaicín
La firma, que desarrolla proyectos similares en otras ciudades de España, pretende que se modifique el Plan Albaicín para permitir el uso hotelero en San Bernardo
La empresa Lisong Investments SL, administrada por un arquitecto de origen chino y promotora de hoteles de lujo en otras ciudades españolas, está interesada en edificios de uso religioso del barrio granadino del Albaicín, especialmente en el Monasterio de San Bernardo. La sociedad ha impulsado, desde 2018, una batería de iniciativas de modificación del plan urbanístico del barrio que permitan el uso hotelero en éste y otros inmuebles.
El Ayuntamiento de Granada acaba de rechazar en su junta de gobierno la última innovación del Plan Albaicín propuesta por la empresa del arquitecto Tang Yinfeng, que permitiría un cambio de uso del Monasterio de San Bernardo (de 1683 y en plena Carrera del Darro, un enclave estratégico para el turismo) para convertir parte del equipamiento de culto religioso en una instalación residencial singular (hotelera). Los inversores habrían llegado ya a un acuerdo de compra con la orden religiosa, aunque condicionado al posible cambio de la normativa urbanística, que es imprescindible para sus fines.
La orden cuenta con una gran edificación que tiene en la actualidad poco uso por el escaso número de religiosas, por lo que dio el visto bueno a la operación para ganar recursos económicos. De hecho, ellas ya tienen siete habitaciones como hospedería, dos de ellas dobles y cinco simples, con “servicio incorporado, oratorio, comedor, lugar de reuniones y posibilidad de asistir, junto a la comunidad, a los actos litúrgicos si así lo desean”, recoge su web. Es una forma de tener ingresos junto a la venta de dulces.
Pero el portazo municipal no es para nada rotundo. En realidad el Ayuntamiento, siguiendo el criterio de la Junta de Andalucía ya expuesto en otra petición anterior, rechaza esta propuesta por tratarse de una modificación que solo afecta a un edificio concreto, cuando ya se está tramitando una innovación del Plan Albaicín en el mismo sentido, pero que tiene un fin más global, al afectar a todos los edificios cuyo uso religioso haya cesado con el tiempo.
Es decir, que la luz verde para convertir en un hotel el convento de San Bernardo (o una parte del mismo) debe esperar a que se avance en la tramitación de otro expediente ya iniciado en verano de 2018, a instancias de la misma empresa, y que afecta a más edificios religiosos del Albaicín. Son los conventos de Santa Isabel la Real, Santa Catalina de Zafra y de Santo Tomás de Villanueva (Las Tomasas), y de los monasterios de San Bernardo y la Concepción.
Según consta en los últimos informes técnicos y jurídicos del Ayuntamiento, a los que ha tenido acceso este periódico, esta petición de San Bernardo ha de ser rechazada porque «el mejor cumplimiento de los principios y fines de la actividad pública urbanística requiere una propuesta de actuación general respecto a todos los conventos existentes en el ámbito del PEPRI -Plan Especial de Protección y Reforma Interior- Albaicín (no solo de forma particular para este único convento)».
Esa «actuación general» ya ha sido promovida por la misma empresa, «encontrándose actualmente aprobada inicialmente y en tramitación del correspondiente procedimiento administrativo, a expensas de la resolución final», según expone el informe del técnico municipal. Esta tramitación, que comenzó en 2018 con su aprobación inicial en junta de gobierno, ya ha pasado el proceso de información pública, en el que varios colectivos vecinales presentaron alegaciones en contra.
Los siguientes pasos serían la aprobación provisional por parte del Ayuntamiento, una vez tramitadas todas las alegaciones; la petición de informes vinculantes a otros organismos afectados, y su aprobación definitiva, que tendría que pasar por el pleno municipal, según el informe jurídico municipal.
Pero la empresa de origen chino no se ha conformado con esperar toda esa tramitación que serviría para adaptar el Plan Albaicín al PGOU de la ciudad, el Plan General que sí permite en uno de sus apartados la implantación del uso pormenorizado de residencial singular en zonas de equipamientos religiosos que hayan cesado su actividad. Los inversores han pedido, además, y hasta por dos veces, otras innovaciones urbanísticas que afectan solo al Convento de San Bernardo y que, por limitarse solo a este inmueble, han sido rechazadas por el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía.
La primera propuesta de Lisong Investments tuvo entrada en el Ayuntamiento de la capital en marzo de 2018 y fue rechazada casi un año después (en febrero de 2019) por el gobierno socialista de Paco Cuenca. Al mes siguiente, los mismos interesados volvieron a presentar la misma iniciativa, que ahora acaba de resolver negativamente la nueva junta de gobierno de PP y Cs. En ambos casos el rechazo municipal es por motivos idénticos y los informes aluden a la tramitación de la innovación genérica que está en proceso.
La iniciativa de esta empresa que promueve otros hoteles de lujo en Mallorca o en Córdoba (también en una zona histórica con características que podrían ser similares) viene firmada por los arquitectos Ignacio de Teresa Galván, Ignacio de Teresa Fernández-Casas y Xianjun Zhou, «cuyo objeto es cambiar el uso característico del inmueble al hotelero con uso complementario de equipamiento cultural privado».
Los redactores del proyecto explicaban en su propuesta que «dada la actual situación que atraviesa el monasterio», podría tenerse en cuenta la posible compatibilidad de usos que permite el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad. De hecho, la idea sería mantener la capilla y el gran patrimonio artístico que tiene la congregación.
Según el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada, Luis González, Cultura denegó en su día el expediente y ahora lo hace el Ayuntamiento porque el Pepri impide la adecuación del cambio de uso hotelero y confirma que esta propuesta lleva varios años dando vueltas y que han sido varios los grupos interesados y los intentos en varios conventos del Albaicín y el Realejo.
González espera que se pueda llegar a un acuerdo entre administraciones para adecuar el ordenamiento autonómico (a través de la nueva Ley de Ordenación del Territorio) con el local y aunque no es partidario de convertir el barrio en un complejo hotelero destruyendo patrimonio, sí que se puedan llevar a cabo innovaciones y cambios de uso puntuales “con consenso” recogidos en la normativa autonómica y el nuevo Plan Albaicín.
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