PRENSA: Territorio okupado
Medio centenar de personas se instalan en los senderos de la Fuente del Avellano camino de Jesús del Valle
Viven en cuevas, cabañas y tiendas de campaña
Se extiende el rumor de que es un territorio libre por ser «privado»
Leer en Granada Hoy, 16-04-2017
Las placas del camino del Avellano donde los poetas granadinos dejaron plasmados sus versos están tan deterioradas como el propio sendero. La zona, abandonada a su suerte desde hace años, se ha convertido en un entorno salvaje, casi mágico en torno a un río del que beben arbustos y plantas que crecen alrededor. Los mismos entre los que un grupo de personas ha montado un auténtico campamento. Una vivienda improvisada en tiendas de campaña, cabañas o excavaciones en la tierra visibles desde el barrio del Sacromonte.
Localizar a estos nuevos inquilinos que han tomado la zona es sencillo. Basta con echar a andar por el camino que parte del Rey Chico hacia Jesús del Valle. Un sendero de tierra por el que caminantes y habitantes se cruzan y se saludan con un simple «hola, qué tal». A pocos metros se encuentran las primeras cuevas que han sido desenterradas tras años de abandono. El día de la visita en las primeras que quedan situadas en el margen derecho del sendero no había nadie. Tan solo unos trapos tendidos en una cuerda y algunas cacerolas junto a los rescoldos de un fuego reciente. El mismo que quemó una de las cuevas dejando una mancha negra sobre la puerta de la vivienda sellada con un plástico.
Más adelante, un joven de aspecto extranjero se cambia de ropa. Ha acampado con su tienda con una chica y tienen las bicicletas atadas a uno de los árboles. Continúan con su actividad ajenos a quienes discurren por el sendero que, a la altura de la Abadía del Sacromonte, cuenta con más inquilinos. En este punto donde el camino se abre en una explanada hay ubicadas otras dos tiendas de campaña y un colchón tirado en medio del suelo. El área está limpia a excepción de alguna lata de cerveza aplastada y en fase de oxidación. De nuevo, los propietarios de estas tiendas de campaña tampoco se encuentran en este momento en la zona. Hay varias cacerolas y cenizas de haber cocinado en medio del suelo.
Muy cerca, tan solo visibles al dirigir la vista hacia el río, alrededor de diez personas se encuentran tumbadas en otro asentamiento repleto de mantas, bolsas y otros objetos esparcidos por el suelo. Están comiendo un bocadillo de chorizo y charlando. Son las doce de la mañana y el sol aprieta. No quieren hablar con la prensa aunque explican que llevan alrededor de siete días viviendo aquí. Un «conocido» les había dicho que el camino de la Fuente del Avellano es una buena zona para acampar. «Esto es una propiedad privada así que no pueden echarnos», explica una de las mujeres, que parece rozar la treintena y que reconoce que por el día se está bien pero por la noche la humedad cala los huesos. Dudosa, reconoce que ninguno es de Granada y que, si no viven aquí se mudarán a otra zona similar. Aunque insisten en que ni vecinos ni administraciones deben preocuparse/molestarse por su presencia. «No hacemos daño a nadie», remarca.
Desde aquí, y con un vistazo a la ladera es fácil hallar a otros inquilinos que viven en cuevas altas de caminos empinados y difícil acceso. Solo suena el silencio y los pájaros interrumpidos por las huellas de los habitantes y excursionistas que pasean por la zona.
Por el momento, la ocupación no es muy alta pero, ¿qué pasará si se corre el rumor y la ladera se convierte en un asentamiento ilegal? Esta es la pregunta que se hacen los vecinos del Sacromonte y del Albaicín que sienten cómo la ocupación de cuevas es peligrosa para el Valle del Darro y debe evitarse. Y así lo han hecho saber en las distintas juntas de distrito donde exigen medidas habitacionales para los moradores, así como acabar con la ocupación ilegal tanto en este entorno como en las cuevas de San Miguel Alto donde también hay un alto nivel de ocupación.
Un centenar de personas, entre las que se encontraban miembros de la asociación de vecinos del Bajo Albaicín, Ecologistas en Acción o la plataforma por la Vega de Granada visitaron la zona el 9 de abril para comprobar de primera mano el estado de abandono. «Lo que nos encontramos fue lamentable», explica la presidenta de la asociación de vecinos del Bajo Albaicín, Lola Boloix. Según cuenta, la zona está completamente abandonada, hay multitud de árboles caídos o pendientes de derrumbarse con el peligro que ello supone. El camino tampoco es accesible para dar un paseo. Hay que estar en plena forma física, pues hay senderos completamente deteriorados. «Los okupas nos dijeron que no podíamos pasar, que es una propiedad privada» se lamenta Boloix, que cree que las administraciones deben recuperar este pulmón verde de la ciudad cuanto antes.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, dependiente del Ministerio de Agricultura, también anunció en 2015 un proyecto para la renovación de la cuenca del río que por el momento no se ha ejecutado. El plan comprendía la recuperación de la vegetación en la zona con la plantación de olmos, rosales, zarcas, sauces, hiedras así como la limpieza del río. Además, el proyecto contemplaba obras de mejora en la cuenca con la construcción de diques en barrancos secundarios para retener elementos sólidos que discurren por el río así como la construcción de un gran corredor verde que combinará una vía peatonal con otra ciclista entre el camino de la Fuente del Avellano hasta la Presa Real donde mana el agua que bebe la Alhambra.
En cuanto a este proyecto, el delegado de gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, informó de que está pendiente de la realización de un informe de evaluación ambiental exigido por la Junta de Andalucía, una vez que finalizó el proceso de consulta pública y alegaciones. El objetivo fundamental de este proyecto es la restauración hidrológico-forestal de la cuenca del río Darro, pero también se han marcado otros objetivos derivados, como son la protección del suelo frente a la erosión y la regulación de la avenidas, de forma que disminuya el peligro sobre la población de Granada y su patrimonio histórico-artístico. Para ello, el gobierno tiene prevista una inversión de 6,5 millones de euros y un plazo de ejecución de 36 meses tras la expropiación de 56.000 hectáreas.
El pasado 15 de marzo el Valle del Darro se convirtió en Bien de Interés Cultural. Esto implica que el corredor verde que separa las zonas patrimoniales del Albaicín y la Alhambra a través de 23 kilómetros cuadrados cuentan desde ese día con la máxima protección. La zona declarada BIC se ubica entre los municipios de Beas de Granada, Granada y Huétor Santillán, aunando valores arqueológicos, arquitectónicos, paisajísticos e históricos que ponen de manifiesto las sucesivas formas de ocupación del territorio vinculadas al aprovechamiento de los recursos especialmente del río desde la época romana a la actualidad. «No nos explicamos que, tras esta declaración, la zona siga en este estado de deterioro», remarca la presidenta de la asociación.
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