Intervención arqueológica en la calle Ceniceros nº 28, en 2005
La intervención arqueológica realizada en la calle Ceniceros 28, en el barrio del Albaicín en Granada, fue iniciada como resultado de un proyecto de restauración arquitectónica del edificio y fue planteada de manera global, integrando diversas estrategias de intervención: análisis estratigráfico de los paramentos en pié y excavación arqueológica. Gracias a esta actuación hemos mejorado el conocimiento sobre la manzana en la que se ubica el edificio y el entorno urbano perteneciente el barrio del Albaicín durante la época medieval y moderna.
CONCLUSIONES
Las informaciones extraídas de la intervención arqueológica en la vivienda sita en la C/ Ceniceros, número 28 del Albaicín (Granada), son muy modestas, aunque nos ha aportado datos acerca de cómo debía de estar organizada la manzana en la que queda ubicada esta vivienda, así como el lugar donde debía encontrarse el acceso a la vivienda. Por todo ello podemos concluir que con la
excavación arqueológica hemos alcanzado un alto grado de consecución de los objetivos propuestos.
La vivienda que actualmente existe y en la que hemos realizado este análisis arqueológico, es una parte de la vivienda “morisca” originaria que debió comprender también la propiedad situada a E de la vivienda. Los resultados preliminares de un análisis estratigráfico de las estructuras nos permiten observar las mayores dimensiones de esta vivienda originaria, y cómo las estructuras más al W de la vivienda pertenecerían a la crujía occidental de la misma, con una galería superior abalaustrada. Las habitaciones se dispondrían
alrededor de un patio, que debió ser de mayores dimensiones que el actual.
Por lo que se refiere al interior de la vivienda, el sondeo arqueológico nos ha permitido hallar dónde debió encontrarse la entrada originaria de la vivienda, en el NW de la misma. El área excavada, donde ha aparecido un pavimento de ladrillo en zig-zag, se hallaba junto a la entrada y debió ser utilizado, probablemente como zaguán.
En este zaguán quedó excavado un pozo, del que hemos hallado el brocal colmatado, que era utilizado por la unidad familiar que ocupaba la vivienda, pero que al parecer también debía de compartir con el resto del barrio, pues el brocal quedó bajo el muro perimetral W, dentro del espacio residencial, pero pudiéndose acceder a él desde el exterior a través de un arco abierto en el citado muro. Esta circunstancia nos permite proponer ciertas cuestiones acerca de la propiedad del agua en esta época.
