Actuación arqueológica preventiva mediante sondeo en c/ Camino Nuevo de San Nicolás , 10 en 2019
… … En lo que respecta a la fase Altomedieval (Emiral-califal) y en la línea de los registros documentados que asociamos a este momento, aunque hay que reconocer las dificultades con las que se ha encontrado la investigación arqueológica al respecto. Para referirnos a esta fase altomedieval nos vemos abocados inevitablemente a recurrir a las fuentes andalusíes, sobre todo Al-Razixv e Ibn Hayyanxvi, ambos refieren a Yusuf Al-Fihri que en el año 756 abandona Córdoba para instalarse en Granada, aunque la capitalidad de la Cora de Elvira sigue estando en Medina Elvira.
El primer núcleo urbano de época islámica existente en Granada y en concreto en el Albaicín vendría a coincidir espacialmente con el área que abarcaría el antiguo oppidum ibero-romano, desarrollándose entre la plaza de San Miguel Bajo y el mirador de San Nicolás. Este primer asentamiento se haría reaprovechando parte de los materiales constructivos, como se ha podido concluir en diferentes excavaciones, y constituiría lo que se denomina en las fuentes árabes Hisn Garnāta.
En esta fortaleza se atrincheraron los árabes de Sawwār b. Hamdun durante la primera fitna, en el último tercio del siglo IX, quienes doblegaron en múltiples ocasiones a los muladíes de Madinat Ilbira, y por ende quedaría grabado en el subconsciente de los elvirenses como un lugar inexpugnable. Por lo tanto, vemos posible y no tan descabellado plantear una serie de conclusiones al respecto, a través de nuestro inicial acercamiento tanto a las fuentes escritas
como a las arqueológicas, que la Granada islámica prezirí se limitaba a este hisn (al menos el grueso de la población), y que por ello, el traslado de los ziríes sumado a la población de Elvira supone la refundación de una nueva ciudad, ya que el aporte cuantitativo, que no estamos en disposición de precisar, y la coordinación por parte de la nueva autoridad suponen el salto
cualitativo suficiente para el paso de un hisn a una madina. Se trataría de un castillo o hisn de los siglos VIII y IX dependiente de la cora de Elvira. Se levantaba en la cima del monte del Albaicín sobre las murallas romanas y visigodas de la ciudad de Elíberis de cuya existencia dan fe capiteles, lápidas funerarias y piedras labradas, aparte de restos de construcciones exhumadas junto a una muralla aparecida en estos últimos
años en la Calle de las Minas, por frente del lienzo de muralla árabe exterior que va de la Puerta de las Pesas a la de Monaita, aquélla supuestamente del siglo VIII, según Roca Romeuns, Moreno y Lizcano. De la Granada del siglo X nos habla el Muqtabis V de Ibn Hayyan: expediciones de Abd al-Rahman III a Granada y Medina Elvira, “fortaleza de Granada y de la capital Elvira”, menciona gobernador de la primera y en 930 un visir de los distritos
granadinos. Estas citas no acaban de casar con lo que nos ha llegado de fortalezas del Albaicín, datables tal vez de la primera mitad del siglo XI.
La controversia historiográfica y arqueológica al respecto del espacio ocupado por las primeras poblaciones andalusíes y sobre todo la delimitación de este primer recinto emiral está por documentar, aunque desde los registros recuperados tanto estructurales como materiales en la parcela objeto de estudio, se plantean nuevas cuestiones en torno a esta controversia. La
presencia de una doble estructura realizada con la técnica de la tapia, en este caso se trata de un tapial calicastrado, que recorre el solar de Este a Oeste que asociamos a estos niveles iniciales. Se trata de una construcción de envergadura hecha con la técnica de tapia consistente en una línea continua de dos muros de tapial que discurren en paralelo dejando entre ambas una especie de cámara rellenada con mampuestos. No tenemos conocimiento
hasta el momento de otros ejemplos en Granada.
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VALORACIONES FINALES
La intervención arqueológica preventiva sito en Camino Nuevo de San Nicolás 10, ha permitido documentar una secuencia cultural amplia en la línea de la documentación arqueológica obtenida a lo largo de la geografía albaicinera y en consonancia con lo que ya venimos planteando en la contextualización de toda el área donde se inserta el solar. Los contextos materiales recuperados marcan una secuencia amplia y en parte corroboran resultados de intervenciones recientes en el entorno del solar.
Hay varios hechos que avalan estos resultados y que están plenamente documentados en la intervención objeto de este artículo; mientras que observamos también importantes ausencias a nivel secuencial, que tienen que ver con todos los procesos post-deposicionales que venimos poniendo en énfasis a lo largo de estas líneas. La falta de registros relativos tanto a un
horizonte ibérico pleno como a las fases iniciales del horizonte romano [republicano/alto-imperial] debe entenderse desde el prisma de las transformaciones que se producen sobre los registros arqueológicos.
En primer lugar la presencia de niveles ibéricos se reducen a las fases iniciales, los únicos registros documentados pertenecen a una fase proto-ibérica y a un ibérico antiguo, registros asociados a unidades estructurales y facies estratigráficas concretas, en definitiva se trata de contextos primarios que no se han visto muy afectados por la dinámica deposicional posterior.
Destacar para esta fase la existencia en el sector B restos de la muralla, documentada igualmente en el solar que linda inmediatamente al oeste.
En segundo lugar podríamos afirmar que la acción antrópica sobre este espacio mediante aterrazamiento se dará en este momento inicial del asentamiento y así queda reflejado en el salto de cota que vamos a tener entre los sectores A-D y B; y con respecto a la documentación
obtenida, observamos cómo los contextos primarios recuperados no se proyectan en una deposición en plano horizontal sino que se desarrollan sobre planos escalonados fruto de una instalación en distintas terrazas.
En tercer lugar, se puede decir que la ciudad sigue funcionando durante la Antigüedad Tardía en base a la documentación de unidades estructurales asociadas a esta fase junto a registros cerámicos que vienen a encuadrarlas en un marco cronológico concreto. Quizás la pervivencia de esta fase explique la falta de registros alto-imperiales que podría deberse a una destrucción de los mismos para un reaprovechamiento de los materiales o una nueva reorganización de espacios.
En cuarto lugar, la presencia de la cerca formada por una doble línea de muro de tapial [GE 03] que recorre en su totalidad de este a oeste la mitad sur del solar. Este complejo estructural supone un elemento de controvertida interpretación e invita a una reflexión a propósito de su funcionalidad y a una revisión en las lecturas que se han hecho de la evolución espacio-temporal de la trama urbana de la ciudad, y más en concreto del Albaicín como el espacio
primigenio de ocupación humana. Todo ello aporta otro elemento de análisis para el conocimiento del proceso urbano de Granada. Asimismo se ha podido conocer mejor la geomorfología del cerro del albaicín en su ladera meridional y las posibles implicaciones que ha tenido en la ocupación de este espacio.
Otra de las aportaciones de esta intervención ha sido la presencia en el sector C de una zona no asociada a ningún ámbito doméstico, posiblemente se trate de restos relacionados con algún espacio de transformación artesanal, por los condicionantes de cota del proyecto de obra no se ha llegado a concluir su excavación. Esta área productiva quedaría amortizada por la construcción del Carmen.