13 de febrero de 2017
Estado de ocupación permanente
Una vez más denunciamos el estado de ocupación permanente que sufre Plaza Nueva por parte de los negocios hosteleros. En las fotos se aprecia cómo esta ocupación se perpetúa hasta cuando estos espacios no están en uso, produciéndose una verdadera usurpación de lo público, del espacio que es de todos.
Aún estamos a la espera de que se implementen las medidas anunciadas por el ayuntamiento para poner coto a esta ocupación (VER). Sin embargo nos preocupa que dichas medidas se consensúen exclusivamente con los empresarios del sector hostelero, y no se contrasten con las asociaciones vecinales y otros colectivos que han mostrado su preocupación por la ocupación descontrolada (VER).
Recordamos que, tal y como le hicimos saber a la Delegada responsable, que los espacios públicos no son mercantilizables. Son espacios de encuentro y sociabilidad, sin que necesariamente tenga que mediar una mesa de un bar para que se de el encuentro entre personas en los espacios de la ciudad ocurra. Es por ello que pensamos que los espacios públicos tienen que quedar despejados y libres de ocupación en su mayor parte, para que el encuentro entre vecinos, ciudadanos y visitantes se haga de manera libre, cómoda, segura y espontánea y se pueda circular por ellos con fluidez. Estos valores, el de la libertad y el del encuentro, que da el espacio público, son irrenunciables, por lo que la ocupación de la vía pública por parte de bares y restaurantes tiene que ser secundaria, medida y estar condicionada al tamaño de los espacios disponibles, ser proporcional al negocio y que siempre se debe priorizar la dimensión ciudadana.
La foto muestra por qué exigimos además que en caso de ocuparse limitadamente los espacios públicos, ésto debe hacerse sin ningún medio más que mesas y sillas, evitándose los elementos auxiliares como mamparas, maceteros, etc… Esos medios auxiliares, que nunca se retiran, acaban abarcándolo todo y hacen que la ocupación se convierta en algo permanente, en una cesión de facto de espacio público que impide la circulación, se uso y su disfrute siempre y a todas horas. Esto es inadmisible. Si se trata de controlar el espacio que ocupan las mesas, con que la ordenanza de ocupación incluya la obligatoriedad de colocar en un lugar visible dentro del establecimiento, junto a la puerta, de un plano aprobado y sellado por el ayuntamiento en el que figuren el número de mesas y su configuración en el espacio en función de la licencia concedida (y con realizar inspecciones periódicas), sería suficiente (y lo más transparente hacia todos los interesados). Además, evitaría que estos establecimientos dejaran de usar el espacio público como lugar de almacenamiento, lo cual es otro despropósito.
Han pasado siete meses desde que nos reunimos con la Delegada responsable en la que expusimos la problemática general, problemáticas concretas y nuestras propuestas para una futura ordenanza. A día de hoy no vemos resultados, ni a nivel general, ni a nivel específico.
Exigimos que se afronte ya la cuestión, de una manera eficaz, transparente y con la participación de todos los agentes implicados.
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