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La “humanidad” del chófer de la Diabline

Manuel, el día del estreno de la Diabline, con el alcalde y varios concejales enntre el pasaje. GiM

Manuel, el día del estreno de la Diabline, con el alcalde y varios concejales enntre el pasaje. GiM

GranadaiMedia, 03-06-2014

Álvaro Calleja

Manuel ha pasado de ser el servicial chófer de la Diabline, aquel transporte tan denostado por los vecinos del Albaicín, a quedarse en el paro tras la desaparición del citado servicio, coincidiendo con la entrada en circulación del también cuestionado trenecito de la ciudad.

Paradojas de la vida. Aquel hombre que transportó en su primer viaje a la plana mayor del gobierno municipal, con el alcalde José Torres Hurtado a la cabeza, hoy está sin trabajo, en una situación complicada, según han podido saber los vecinos de la Plataforma SOS Albaicín.

Tanto es así que ellos mismos están recabando firmas de apoyo para solicitar su readmisión en Alhambra Bus de Granada, la empresa que cubre los recorridos por la Alhambra, Sacromonte y el Albaicín. Manuel consiguió ganarse a los vecinos con su “gran humanidad y paciencia”, ayudando a muchas personas del barrio con problemas de movilidad.

Desde que se adoptó la decisión de peatonalizar la Carrera del Darro, la Diabline fue el único servicio público que durante meses unió Plaza Nueva con el Paseo de los Tristes. La firme oposición vecinal obligó al Gobierno local a realizar concesiones. Primero dejó pasar a los taxis, luego permitió el regreso de las líneas de autobús 31 y 35. Por último, autorizó el paso de un tren turístico que, pese a los descuentos para los residentes, nadie utiliza.

Ahora se echa de menos la Diabline o, más bien, al solícito conductor porque la entrada en circulación de aquel vehículo siguen considerándola hoy “desacertada”. “Hizo posible que la gran penuria que pasamos fuera llevada de una mejor manera, y siempre nos alegraba con ese buen talante y sentido de humor con el que amenizaba al barrio. Manuel y Antonio [el otro chófer] se hicieron amigos del barrio y con sus brazos acarreaban los pesos de los carritos y de las bolsas de las compras, llegando a acompañar a mayores e imposibilitados a las puertas de sus casas”. “Nos ofrecieron una experiencia real de humanidad, un tesoro que ya no existe prácticamente en ninguna ciudad con transporte público”, explican en una misiva enviada a los vecinos del barrio. En la misma animan a los residentes a firmar las hojas que se han dejado en el bar ‘Rabo de Nube’, en el Paseo de los Tristes, “para devolverle, en parte, el cariño que él nos dio”.

Categoría:Novedades, Prensa
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