La playa improvisada de la Alhambra en el Darro
La orilla del Darro se convierte en estos días de calor en una ‘cala’ repleta de turistas tumbados encima de las toallas La Policía Local pone refuerzos para evitar los baños que están prohibidos.
Leer en Granada Hoy, 01-07-2015
Así como París se permite el lujo de convertir el embarcadero del Sena en una playa urbana, Granada no se queda atrás con su ‘cala’ improvisada en la falda de la Alhambra, justo debajo del Paseo de los Tristes. Todo vale para refrescarse cuando los termómetros empiezan a subir la barrera de los treinta grados y las aguas del Darro se han convertido otro año más en un foco de granadinos y turistas que extienden sus toallas a la orilla del río. Un entorno idílico para simular un lugar de Costa a la sombra del monumento nazarí y la frondosa vegetación que ayuda a combatir el sol. Si bien, este fenómeno que se ha extendido en los últimos veranos no es legal, puesto que la normativa impide bañarse en los dos ríos de la ciudad por cuestiones de higiene y de seguridad.
Esta situación obliga a las patrullas de Policía Local a reforzar la vigilancia en las zonas de baño de la capital. No obstante, siempre que no haya amenaza de ensuciar la ribera o de problemas de orden público se hace la vista gorda, ya que se ve como algo lógico el que la gente se tumbe a la sombra y quiera recibir la brisa del río con las altas temperaturas que se están registrando. «Está prohibido el bañarse en los ríos y contemplado en ordenanza ya que hay que velar por la seguridad de la gente», explicó ayer a este diario la concejal de Medio Ambiente, Telesfora Ruiz, quien identificó la parte más alta del Darro y el embarcadero del Genil-debajo de la biblioteca del Paseo del Salón- como los puntos más conflictivos. Además, la edil puntualizó que excepto en el caso del Genil, por estar más céntrico, es difícil enterarse donde se baña la gente porque suelen hacerlo en zonas alejadas de la población urbana.
Su sucesora al frente de la concejalía de Protección Ciudadana, María Francés, recordó que «la Policía Local hace un control específico y se refuerzan las patrullas porque evidentemente hay que tomar más precauciones». La edil conoce bien esta problemática por su como cargo de presidenta de la Junta de Distrito Genil, en cuyas reuniones es habitual el punto de debate sobre los baños en el río. Chapuzones que están penados con hasta 750 euros de multa y que en el Genil están prohibidos desde el 2006 tras un acuerdo entre el Ayuntamiento de Granada y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que finalmente es la que asume más competencias en los temas que afectan a Darro y Genil.
En cualquier caso, los problemas que conllevan los baños veraniegos en los dos ríos son diferentes. Mientras en el Genil la peligrosidad es más alta por la velocidad de la corriente y por los saltos acrobáticos desde el embarcadero, en el Darro preocupa el mantenimiento y la limpieza de un marco incomparable. Algo que por ahora no preocupa ya que, por ahora, el comportamiento de la gente en la ‘playa de la Alhambra’ es ejemplar.
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