Los vecinos de la calle Quijada, en el bajo Albaicín, llevan meses con el cableado de telefonía descolgado de las fachadas de las viviendas que se encuentran en la confluencia con la calle Tiña. Consideran que el ovillo de cables no sólo es un riesgo para los transeúntes sino que también resulta antiestético.
El problema se ha puesto en conocimiento de la Asociación de Vecinos del Bajo Albaicín para que traslade la queja al gobierno municipal quien, a su vez, deberá dirigirse a las compañías suministradoras del servicio de telefonía para que arreglen el desaguisado. Si no es posible soterrar la madeja de cables como se ha hecho en otras calles, al menos se solicita que se fije a una altura prudencial, fuera del alcance de las personas.
No es el único lugar donde el cableado aéreo afea las fachadas y las calles del Albaicín, pero sí un ejemplo más de que al Ayuntamiento y las compañías de electricidad y telefonía tienen aún mucho trabajo por hacer en el barrio.
