Paradas de autobús en Gran Vía, una discriminación para muchos usuarios, entre otros los del Albayzín
Sueños húmedos ocasionó el proyecto estrella de aquel LAC que ha terminado estrellado en un discriminativo e incomprendido elitismo.
Las paradas de Gran Vía, ida o vuelta, siguen reservadas en solitario para el 4, desafiantes a un lado y otro de la calle mientras nos hacinamos los usuarios de las líneas 31, 32, 34, 33, 8, 21, entre la verja de la catedral, con sus turistas, sus paseantes y nuestros vecinos con las bolsas de la compra apoyadas en el suelo en la mitad del espacio, sin olvidarnos de las llegadas del enorme autobús del aeropuerto, enorme con sus viajeros y equipajes y enorme el desplazamiento de vecinos al lugar donde esperan los demás vehículos para poder recogernos, donde pillan.
El 4 cuenta con dos máquinas para validar billetes y una grande, general e informativa para todas las operaciones restantes, dos filas de asientos para 4 personas cada una con sus correspondientes techumbres, panel informativo de horario…
Las líneas 31, 32, 34, 33, 8, 21 y aeropuerto no cuenta con nada de nada, salvo con un indicador de horarios que no suele funcionar y un árbol pequeño para meternos debajo.
Como nos parece que los sueños, sueños son y que son del mismo grupo político antes y después del LAC no sabemos a que esperan para que TODAS las líneas paren en el espacio del LAC y dejen de considerarnos ganado en paradas inadecuadas e improvisadas, años y años mientras esperan, en sueños, que Granada siga aguantando despropósitos.
Los vecinos del 31 y el 34 no vamos en coche oficial, pero otras sí.