Un vecino había llamado para quejarse del ruido en la zona de Granada 10 y la actuación de los agentes terminó con la intervención de un instrumento musical y el arresto de su dueño.
Un hombre terminó detenido la madrugada del miércoles en el Centro de Granada tras enfrentarse con agentes de la Policía Local que intervinieron tras la llamada de un vecino que se quejó del ruido. Los hechos se sucedieron tras personarse varios agentes en la zona, en las inmediaciones de Granada 10, con el fin de que cesara la música y el ruido.
Según explica la Policía Local de Granada a través de sus redes sociales, fue a las 2:24 horas cuando se recibió la llamada de un vecino que alertaba de que en la puerta de la discoteca Granada 10 había más personas «de las que habitualmente se concentran en la puerta, además estaban cantando y formando tal escándalo que no permitía el descanso de ningún vecino».
«Varias unidades se presentaron en el lugar. Había una multitud congregada formando varios grupos dispersos junto a la puerta del local de ocio y a lo largo de toda la calle. Junto a la pared de la fiscalía, un grupo estaba en torno a un joven que cantaba y tocaba un güiro», añade el mensaje. El güiro es un instrumento de percusión.
«Una de las unidades que participa en la intervención, identifican al músico y le indican que deje de tocar el instrumento y que lo guarde. Además, le advierten que si vuelve a sonar el instrumento lo intervendrán», señala el comunicado sobre los hechos. «Aunque el joven dejó de tocar el instrumento, no atendieron la petición de los agentes de abandonar la zona y se quedaron en el mismo lugar. La música y el canto había cesado, así que la unidad se dirigió para intervenir con otro de los grupos que había a unos 20 metros», prosigue la nota.
Cuando los agentes estaban con el segundo grupo de personas, el instrumento «comenzó a sonar«. En esta ocasión era una chica. El hecho acabó con la intervención de un agente, que depositó el instrumento en el maletero del patrullero.
Pese a intervenir el instrumento, la actuación policial no se cerró. El dueño «no quedó conforme con la intervención y quiso recuperarlo», señala la Local. «La oportunidad para haberse marchado con su instrumento la había perdido, ahora tendría que esperar para ir por la mañana a recuperarlo a jefatura, previo pago de las correspondientes tasas».
«La actitud jovial del joven cambió. No quería marcharse sin su güiro. Su nivel de agresividad aumentó y comenzó a increpar a uno de los agentes hasta que pasó de las palabras a los hechos. Un fuerte empujón al policía que increpaba motivó que finalmente fuera detenido», añade la nota, que subraya que «la actuación en la zona finalizó en el momento en el que la unidad tuvo que dirigirse a comisaría con el detenido.». «Finalmente se consiguió que las molestias causadas por la gente en el exterior de la discoteca permitieran el descanso de los vecinos».
