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PRENSA: Una oportunidad para conseguir un verdadero Museo Arqueológico de Granada

Manuel Ramos Lizana será el nuevo director del Museo Arqueológico de Granada, te lo adelantamos en primicia en una información de Gabriel Pozo Felguera, que reflexiona sobre el pasado y la nueva etapa que se abre en la institución, a las puertas de cumplir en 2023 el centenario de su apertura.

El Independiente, 29-01-2022

Manuel Ramos Lizana va a ser el nuevo director del Museo Arqueológico Provincial de Granada. Es una buena oportunidad para enderezar una institución que el año que viene cumple el primer centenario de su apertura. Granada no puede seguir teniendo abierto un edificio histórico para enseñar de manera ridícula sólo 126 de las más de 20.000 piezas arqueológicas de que se componen sus colecciones. Cualquier museo arqueológico de pueblos medianos de la provincia de Granada le moja la oreja al que debería ser buque insignia de la Historia, la Arqueología y la Etnografía granadinas. No tiene comparación con los museos provinciales de todas las capitales andaluzas.

Visitar actualmente el Museo Arqueológico es todo un fiasco, un desengaño. El turista no dura en el edificio más de diez minutos. No tiene motivo para permanecer más recorriendo dos únicas salas en la planta baja. Eso sí, con una importante concentración de la esencia de nuestra Historia. Cualquier tarde está rebosante de turistas la Carrera del Darro, pero sólo un ínfimo porcentaje se decide por cruzar su dintel. El contenido resulta mínimamente atractivo a quienes entran; se entretienen más mirando el paisaje de la Alhambra desde los corredores altos que ante las piezas de las salas bajas. Ni un solo guía turístico de las decenas que atascan las calles históricas introduce a sus grupos.

Una ciudad como Granada, opositora permanente a Capital Cultural (sic), no puede permanecer de espaldas a lo más valioso de su pasado. Esos miles de piezas de enorme valor duermen cubiertas de polvo en varios almacenes. Para sí las querrían en otras regiones. El debate sobre un gran Museo de Granada nunca se ha abierto y por eso nunca se ha cerrado. Sencillamente, ha sido ignorado desde hace más de un siglo. Efeméride que ahora se dispone a cumplir el Arqueológico. (Para 2029 cumplirá los 150 años desde su creación en el Convento de Dominicos).

La Casa de Zafra, junto con su posterior ampliación a la Casa de la Torre, son magníficos edificios renacentistas. Pero desde el principio quedó claro que no era el contenedor más adecuado para el gran museo de Arqueología, Bellas Artes, Pintura y Etnografía que iba a necesitar la ciudad. Todos los directores que se han sucedido en este siglo de existencia lo han puesto de manifiesto, si bien unos con mayor contundencia que otros: los directores hasta ahora han sido Antonio Gallego Burín (1923-31), Joaquina Eguaras (1931-1967), Ángela Mendoza (1967-89), Eduardo Fresneda, Concepción Sanmartín, Carlos Vílchez e Isidro Toro (en tres ocasiones, la más larga la reciente, entre 2008 y 2021).

Gallego Burín y Joaquina Eguaras procuraron mostrarlo todo, casi como el revoltillo de un anticuario. En 1967 fue Ángela Mendoza Eguaras la que hizo una selección y afrontó un nuevo modelo. Entendió que el Arqueológico no era sólo una extensión para prácticas de estudiantes universitarios, sino algo más. Era una potencia para el turismo. En 1974 volvió a reinstalar buena parte de las piezas, ordenándolas en siete salas de manera cronológica y temática. Prácticamente así permaneció la exhibición hasta 2010. Un discurso que ya resultaba anticuado.

De por medio se sucedieron varios intentos de mejorar y ampliar las condiciones de la Casa de Zafra. Incluso en pleno franquismo se planteó la posibilidad de adjudicar la gestión de este Museo a la Universidad, pero no cuajó. En 1971 se quisieron unificar los museos Arqueológico, Bellas Artes y Casa de los Tiros; para ello, se inició el proyecto de edificios en la Huerta el Generalife. Ese sería el gran museo de Granada. Pero, sin saber por qué, el proyecto fue abandonado en 1985 y la obra quedó como servicios auxiliares de la Alhambra y almacenes de piezas. En 1995 fue retocado el discurso de las salas del Arqueológico; se denotaba el principio de su decadencia debido al incremento de los daños en el edificio por falta de inversiones para su conservación. Estuvo cerrado esporádicamente. Es propiedad del Estado, aunque gestionado por la Junta. Pero el uno por el otro, la casa sin barrer.

Vista de la Alhambra desde el corredor alto.

A principios del siglo XX, con Carlos Vílchez en la dirección y Manuel Ramos Lizana como conservador, elaboraron un ambicioso proyecto. Fue apoyado presupuestariamente por el Ministerio de Cultura. Pero, una vez más, aquello quedó olvidado y regado con agua de borrajas. Los políticos granadinos que han representado a esta provincia en las últimas décadas no se han molestado jamás en apoyar las reivindicaciones del personal técnico. Aunque algunos de estos directivos deben entonar el mea culpa por haber hecho seguidismo de sus siglas políticas.

Hasta que llegamos a 2010. El gran movimiento urbanístico de las dos décadas anteriores había ido desenterrando miles de piezas arqueológicas. También por las campañas de excavaciones de la Universidad y Diputación Provincial. Miles de esas piezas permanecen envueltas en sus cajas, sin catalogar y sin saber lo que realmente contienen. Solamente se ha sacado lo más destacable. Incluso el último director tuvo que echar el cerrojo a la recepción de tanta pieza. El Arqueológico no tenía capacidad operativa ni de personal para continuar adelante. Finalmente, ese año se decidió clausurar el edifico y acometer las obras para que no se apoderase la ruina total. Las obras de palacio han ido despacio, nada menos que once años ha durado el cierre. Se reabrió prácticamente a las puertas de la pandemia. Con sólo 126 piezas en dos salas.

En estos años, en los mentideros cercanos (no en los despachos donde se decide), se han barajado varias posibilidades para hacer un Museo Arqueológico o de la provincia en condiciones dignas. Granada quedó en evidencia cuando se abrió la Aduana de Málaga; con menos piezas, pero con más empeño es posible sacar adelante proyectos de envergadura. Granada está necesitada de un Francisco de la Torre y de un Elías Bendodo. Se ha barajado la posibilidad de diseñar un Museo Arqueológico dividido en varios edificios: Casa de Zafra, Rey Chico, Casa Ágreda… La otra posibilidad, todavía viable, era conseguir la titularidad de El Cubo de CajaGranada; este edificio fue regalado en una pésima negociación de fusión bancaria. Los que firmaron tal felonía tienen nombres y apellidos. Porque lo de construir un edificio ex novo en estos momentos queda fuera de toda posibilidad. Granada no tiene suficiente representación política cualificada y de peso en Sevilla y Madrid.

En fin, a ver si Manuel Ramos Lizana consigue más que sus inmediatos predecesores. Aunque no se lo van a poner nada fácil; a los gobernantes de la Cultura –tanto la local, como la autonómica como la nacional– que no les molesten con estas minucias de una ciudad que vive del turismo. El personal que trabaja en el Arqueológico ha ido desapareciendo por jubilación. Llegados a este punto, no se me caen los anillos para proponer la recuperación de la vieja idea franquista de adjudicarle el Museo Arqueológico a la Universidad de Granada. Es la única institución que marcha mirando al frente, con paso corto y decidido. La única que tiene claras las ideas. Y, lo más importante, se la dota de dinero. Quizás en el Hospital Real viva la salvación de esta cacareada y fallida Ciudad de la Cultura.

Rasgos biográficos el nuevo director del Arqueológico

Reproducimos algunos datos biográficos de Manuel Ramos Lizana de la web Museos de Andalucía.

Licenciado en Geografía e Historia (Opción Antigüedad) por la Universidad de Granada en 1986. Comenzó su andadura profesional como arqueólogo realizando intervenciones arqueológicas de urgencia mediante dos contratos de promoción de empleo en la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura en Granada.

Es funcionario del Cuerpo Superior Facultativo de la Junta de Andalucía (Conservadores de Museos) desde 1988. Ha trabajado como conservador (Asesor Técnico de Conservación e Investigación) en los siguientes museos: Museo Arqueológico y Etnológico de Granada, Museo de la Alhambra, y Museo de Málaga (desde marzo de 2005). Desde 2008 es conservador del Museo de Almería.

Manuel Ramos Lizana.

Es autor de numerosos artículos en Congresos (como los nacionales de Arqueología o las Jornadas de Museología de la Asociación Profesional de Museólogos de España), o en revistas especializadas sobre Arqueología y Museología (Revista de Arqueología, Cuadernos de Prehistoria de la Universidad de Granada, Bulletin de la Societé Prehistorique Française, Fundamentos de Antropología, Boletín del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, Mus-A, Museo, Museos.es). Asimismo, ha realizado publicaciones habituales en los museos: numerosas fichas catalográficas para exposiciones temporales, guías de exposiciones (Con pan, aceite y vino… La tríada mediterránea a través de la historia) o museos (Guía del Museo Arqueológico y Etnológico de Granada, publicada en castellano y en inglés, estando en preparación la del Museo de Almería). En 2007 apareció su monografía El turismo cultural, los museos y su planificación publicada por Editorial Trea.

Ha comisariado y coordinado numerosas exposiciones como conservador en los museos en que ha trabajado. Especialmente reseñable la que se realizó en el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada en 1997, dedicada a la tríada mediterránea, donde se trazó una exhibición que reunía por primera vez en Granada materiales etnográficos, arqueológicos y artes decorativas, una lectura transversal de la cultura material, una mixtura que –diez años después- se ha convertido en una auténtica moda. Ha colaborado en numerosos proyectos de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, tales como asesor en los procesos de redacción de los planes generales de bienes culturales, o redactor del Tesauro de Patrimonio Histórico del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.

Ha sido redactor de diversos documentos de planificación museológica para varios museos (de Almería, Granada y Málaga). Ha organizado importantes reuniones científicas como el “Seminario Internacional de Museos Locales” que tuvo lugar en Granada en 2006; o las II Jornadas de Museología (Planificación de Museos) para la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga. En la actualidad es conservador del Museo de Málaga, miembro de la Comisión Andaluza de Museos (comisión asesora del director general de Museos de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía) y de la Comisión Académica del Máster de Museología de la Universidad de Granada y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que se encuentra ya en su quinta edición y es uno de los más prestigiosos del país.

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