No parece que exista otra forma de decir las cosas que emborrando las paredes de un barrio histórico y patrimonial. Unos valores que no son sólo de los monumentos, sino de las gentes que lo habitan. Y así se planteó a la Unesco antes de declararlo Patrimonio Mundial. Y así lo venimos reivindicando desde el Bajo Albayzín desde hace 20 años, luchando contra la especulación, la gentrificación, la turistificación, el abandono de las Administraciones, la carencia de infraestructuras o de empleo y vivienda para residentes.
No sabemos si creerán que con su pintada resuelven el problema, pero la mancha la dejan.
En la Cuesta San Gregorio, se les debió acabar la pintura, o tuvieron que abandonarla y terminarla al día siguiente:
Y el 19 de marzo las vuelven a completar, y añaden otras en la misma Cuesta de San Gregorio:
Al día siguiente dos operarios municipales limpian estas dos pintadas, y curiosamente dejan el resto, algunas a escasos metros, en la misma placeta de San Gregorio:
Y en la placeta de San Gregorio completan y sobreponen encima de la tapia saturada de pintadas:
También en estas mismas fechas la placeta Carvajales es objeto de estas y otras pintadas del mismo estilo:
También los «artísticos2 han empezado a llenar de gatos las paredes y fachadas:
En la calle Almirante:
En Callejón de las Campanas, esquina a María la Miel y placeta de las Minas:
Y siempre los que el garabato es puro arte (Grifos de San José, junto a Cuesta de San Gregorio):
También en San Juan de los Reyes, 5 en la tapia de un solar municipal que lleva tiempo con la puerta abierta:
O esta en la calle Limón, en las tapias del carmen de Torres Molina:
