El Ayuntamiento elabora un escrito de respuesta al informe emitido por el Consejo Internacional de Monumentos, y dice que la actuación es prioritaria.
José Antonio Muñoz en Ideal, 11-12-2020
La urbanización del paseo de Romayla, situado a los pies de la Alhambra, es un proyecto que ha sido objeto de fuerte controversia en los últimos meses al ser considerado por algunas instituciones como la Real Academia de Bellas Artes de Granada y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid, y asociaciones locales como Opidum Eleberris, como lesivo para el entorno, por su excesiva intervención paisajística, la ocultación de la acequia original para superponer una de hormigón, la instalación de mobiliario urbano convencional y barandillas de acero y cristal, etcétera.
Ahora, dos nuevos documentos ahondan en la polémica. El primero, un informe del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), organización no gubernamental internacional asociada con la Unesco, y el segundo, una carta de la asociación privada Hispania Nostra, que tiene como finalidad la defensa del patrimonio. El ICOMOS envió el 27 de octubre un informe al Patronato de la Alhambra, Ayuntamiento, Junta y Ministerio de Cultura al que ha tenido acceso IDEAL, y en el que pide cambios sustanciales en el que el Ayuntamiento denomina como «urbanización de los Jardines del Reúma» en el propio proyecto de ejecución, actualmente en fase de licitación.
ICOMOS recomienda una intervención mínima y defiende que el tránsito por el paseo de Romayla sea «una experiencia única, que no es comparable a la que pueda vivirse en ningún otro espacio de la ciudad y que, por lo tanto, no precisa de mobiliario urbano estándar – bancos, fuentes, papeleras, hitos…– para disfrutar de la misma». A renglón seguido el Consejo asegura que «estos elementos la normalizan y vulgarizan de un modo que podría ser sutil si se integraran apropiadamente (lo cual dista de ser real en algunos casos, como el llamado ‘alumbramiento ornamental’), pero que afecta profundamente a su esencia y significado».
Papeleras para excrementos
El Consejo Internacional cita el propio pliego técnico y señala elementos como fuentes–bebedero, o ‘sanecanes’ –papeleras para recogida de excrementos de perros– «respondiendo la regulación de su presencia en el recinto a la que se aplica en el resto de los parques de la ciudad». Aquí, ICOMOS incide en la idea de que este parque no puede ser como los demás, teniendo en cuenta el entorno en el que se inserta, y recomienda que «a la par que se asegura su acceso y fruición patrimonial, se restrinjan al mínimo esencial todos los elementos de mobiliario urbano, pérgolas, escaleras, luminarias, barandillas, bancos, papeleras, sanecanes, hitos y fuentes, debiendo replantearse su diseño».
En cuanto a la iluminación, pide que sea tenue durante el día y prácticamente inexistente durante la noche, que se emplee separación vegetal sin barandillas, y que se estudien los jardines históricos para integrar en el diseño su traza y las especies originales. También pide que el pavimento sea de cantos rodados y que se realice un estudio arqueológico completo. Finalmente, el organismo demanda expresamente que sean tenidas en cuenta sus sugerencias y que se les informe de las medidas que se van a tomar al respecto.
Por otro lado, Hispania Nostra ha escrito una dura carta a la directora general del Patronato, Rocío Díaz, en la que le comunica que ha recibido «la solicitud por parte de ciudadanos de Granada para incluir dicha zona en la Lista Roja del Patrimonio». La asociación insiste en la necesidad de un proyecto arqueológico completo y señala que la Comisión Provincial de Patrimonio emitió una resolución favorable al proyecto sujeta a una serie de condicionantes que «a día de hoy parece que no se han subsanado».
El Ayuntamiento está elaborando un escrito de respuesta al informe de ICOMOS y el concejal de Urbanismo, Luis González, considera que «el proyecto tiene consenso social suficiente y es prioritario para la ciudad». La directora del Patronato de la Alhambra, Rocío Díaz, ha asegurado que está en manos del consistorio tomar las medidas oportunas puesto que es este quien redacta el proyecto y licita la obra. Afirma además que «creo en el diálogo, y siempre puede haber puntos de encuentro, por lo que vamos a seguir trabajando».
