PRENSA: El Ayuntamiento rescata el proyecto urbanístico del cerro de San Miguel
Se compromete a iniciar los trámites previos al plan especial para transformar la colina en zona verde que obligará a regular la situación de las cuevas
JAVIER MORALES en Ideal. Viernes, 23 octubre 2020
La asociación de vecinos del Albaicín lleva años advirtiendo de ello:«Es el mayor problema que tiene el barrio». Tras años de retrasos e intentos fallidos, el equipo de gobierno se comprometió el jueves a iniciar los trámites para solucionar la situación del cerro de San Miguel, que según el plan general de ordenación urbana (PGOU)de 2001 debía ser una zona verde desarrollada a través de un plan especial. La situación bajo la ermita, sin embargo, es bien distinta. Los residentes de la zona denuncian que es un foco de irregularidades, con caminos, cuevas, suministros o riegos ilegales y ‘okupas’ que residen en las cuevas al margen de la ley.
En una reunión entre representantes de la asociación de vecinos, técnicos, el concejal de Urbanismo, Luis González y el ‘alcalde de barrio’, Francisco Fuentes, los miembros del equipo de gobierno trasladaron su intención de poner en marcha los trabajos previos para iniciar ese plan especial. El compromiso llega después del agravamiento de la situación en el cerro en los últimos años y las continuas reclamaciones de los vecinos ante los problemas de convivencia con los moradores. «San Miguel es ahora mismo un sitio muy conflictivo, en el que el Ayuntamiento está perdiendo patrimonio», recuerda Pepe Bigorra, vocal de la asociación del Albaicín.
El Ayuntamiento tratará de analizar la situación de las cuevas, cuáles están ocupadas, si son privadas o públicas… También darán traslado de la situación a las empresas suministradoras de electricidad y agua, para que procedan a cortar los ‘enganches’ de las cuevas.
La tramitación de este tipo de proyectos no es sencilla y se puede dilatar durante años. Son muchos los frentes abiertos, como reconocen los propios vecinos: hay que hacer un estudio de la situación legal y urbanística de las cuevas, sin dejar de atender a la situación social de sus inquilinos.
No es el primer intento por regularizar la situación en el cerro. En 2014 se desalojaron y algunas de ellas fueron selladas, pero días después volvieron sus ocupantes. En 2018, el Ayuntamiento reactivó la maquinaria para restituir la legalidad en el cerro. Los técnicos localizaron 64 cuevas, de las cuales 7 eran de titularidad privada y el resto estaban ubicadas en suelo público. En 13 de ellas había obras ilegales. Se anunció el inicio de los trámites para obtener un permiso judicial de desalojo y tapar luego las cavernas. En marzo del pasado año se estaba ultimando un proyecto de intervención en las cuevas.
La situación, según los vecinos, ha ido a peor. Celebran el compromiso por parte del Ayuntamiento para reactivar la reforma que, según estaba establecido en el PGOU, debió comenzar hace ya más de una década.
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