PRENSA: Denuncian que el Ayuntamiento da «vía libre» para sustituir el empedrado granadino del Centro histórico
La Asociación Oppidum Eléberis ha denunciado que la Comisión Municipal de Urbanismo y Obras Municipales de Granada haya aprobado la «vía libre» para sustituir el adoquín de Sierra Elvira y otros tipos de empedrados tradicionales del Centro histórico.
Con esta medida, consideran en un comunicado, se puede «enterrar» bajo una capa de asfalto, un material mucho «más barato, sencillo y que además favorece al tráfico rodado».
Así, la asociación ha recordado que Granada ha tomado una determinación que va en contra de lo que están haciendo otras ciudades europeas, donde se está «conservando y recuperando» su pavimento tradicional en sus cascos históricos, además de «restringir y regular» el tráfico rodado.
A juicio de Oppidum Eléberis esta medida entra «en contradicción» de lo dispuesto en el Plan Especial Centro y Realejo (Pepri Centro) de «obligado cumplimiento» que solo permite el asfalto con carácter excepcional en calzadas de calles con mucha pendiente o zonas de borde del Centro histórico.
Considera la organización que que desde el Ayuntamiento de Granada «no se acaba de aceptar» que el Conjunto Histórico (Centro, Realejo, Albaicín, Alhambra y Sacromonte), está protegido como Bien de Interés Cultural (BIC), y que «no son las ordenanzas municipales las que cambían la normativa legal, sino que es la ley, en este caso del patrimonio histórico, la que obliga a todos aquellos municipios que tengan inscritos y catalogados sus Centros históricos, a adaptar su planeamiento urbanístico general o a redactar un Plan Especial de Protección del área afectada».
En los años 60 algunas de las calles de ́la ciudad histórica sufrieron «graves alteraciones» en su pavimento, especialmente las vías más amplias, soterrando su pavimento de granito bajo el asfalto, como un signo de modernidad, “todo para el coche y por el coche”.
«Ahora con esta ordenanza, se quiere completar el puzzle y asfaltar el resto del viario secundario, convirtiendo el cromatismo que le da su pavimento tradicional, en viarios grisáceos sin tono y sin melodía», añaden.
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