PRENSA: La lacra de las pintadas en monumentos protegidos de Granada
Una de las lacras más extendidas en las ciudades son las pintadas. En Granada es imposible dar un paseo sin cruzarse con cientos de ellas. Su erradicación es una de las reivindicaciones más frecuentes entre los vecinos y, sin embargo, pocas cosas eficaces se pueden poner en marcha para lograrlo.
A pesar de ello, el Ayuntamiento granadino ha incrementado el número de actuaciones ejecutadas contra este tipo de actos vandálicos. Según los datos facilitados por la Concejalía de Movilidad y Seguridad Ciudadana, durante el año pasado se llegaron a identificar un total de 33 personas en la ciudad, a quienes se les hizo responsables de grafitear fachadas y mobiliario urbano dentro del término municipal. Estas actuaciones policiales propiciaron 29 denuncias administrativas y cuatro judiciales. Diligencias que se abrieron debido a que algunas de estas pintadas se perpetraron contra lugares protegidos por su valor histórico y cultural, lo que contraviene la Ley de Patrimonio.
El Aljibe del Zenete, la plaza Victoria, la Parroquia de San Isidro o el Palacio de los Navas sufrieron la acción de los vándalos el año pasado. Y en 2018 corrieron la misma mala suerte la Catedral de Granada, la Casa de los Tiros o la propia fachada del Ayuntamiento. También por estos ataques se abrieron diligencias. Fueron otras cuatro que quedaron en manos del juzgado. De estas y las demás, lo único positivo es que la Policía pudo ‘cazar’ entonces a los supuestos responsables. Y esto no suele ser habitual, más bien todo lo contrario. Desde la concejalía calculan que por cada uno que cogen, seis se libran.
Sabido por todos es que durante el año pasado también se ‘mancharon’ lienzos tan emblemáticos como la Puerta de Elvira o el Arco de las Pesas. El día 21 de diciembre de 2019, en la calle Cruz de Arqueros, junto al convento de la Merced, se actuó contra una persona a la que se le acusa de hacer 13 pintadas en lugares de diversa protección, de las que dos son Bienes de Interés Cultural. La investigación de estos hechos se remitieron al juzgado el 7 de enero de 2020.
Se cree que el responsable de estos actos fue también quien dejó unos versículos bíblicos a spray en el Arco de Elvira después de que, precisamente, este lugar hubiera sido objeto de una limpieza específica contra las pintadas auspiciada por la Junta de Andalucía. Diez días duró intacto este arranque administrativo en forma de plan por el que se invirtieron casi 10.000 euros. Además de la de Elvira, se limpiaron otras puertas como la de Monaita y las Pesas.
Albaicín
Precisamente, este último enclave, ubicado en el barrio del Albaicín, sufre como pocos en Granada el embate de los grafiteros. En sus proximidades el Ayuntamiento instaló cámaras de videovigilancia al objeto de disuadir a los infractores. El problema es que estas no parecen resultar tan eficaces como en un principio cabía esperar. De prueba está que durante el año pasado este lugar fue presa de unas pintadas contra la turistificación que también afectaron a otros puntos concretos del Albaicín.
Otro de los ejemplos paradigmáticos es el Aljibe del Zenete, donde ha habido pintadas siempre y estas han continuado a pesar de que se instalaron cámaras allí en 2018. Tanto en dicho año como durante 2019 se han abierto diligencias por pintadas en este lugar, donde hasta llegaron a atacar a las propias cámaras en una ocasión.
Durante el confinamiento también se cortaron los grafitis. Pero la amenaza vuelve. El concejal de Seguridad Ciudadana, César Díaz, detalla que junto al incremento de unidades adscritas a la Policía Judicial, Medio Ambiente y las patrullas de Barrio, se va a redoblar la presencia policial en todos los puntos críticos en los que suele haber agresiones al patrimonio. «Ya tenemos mucha información sobre qué tipo de pintadas se producen, qué elementos son comunes entre la personas que agreden el patrimonio y hay unos patrones de conducta que nos pueden llevar a determinar el origen de estas pintadas para acabar con ellas», concreta el edil.
Vecinos de barrios como el Abaicín, uno de los más afectados, están hartos. Solicitan que se creen brigadas específicas para agilizar la limpieza de las pintadas para guardar la imagen del barrio. Algo que no resulta tan fácil, pues en los monumentos deben seguirse procedimientos de saneamiento específico para que el remedio no sea peor que la enfermedad.
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