Y para no quedarse atrás, es uno de los decanos del barrio, el Arco de las Pesas continúa con su papel de vergüenza mayor del Albayzín. Alguien ha recibido unos botes azul fosforito y los está probando en sus muros.
Como ya no queda donde, las pintadas y delitos se amontonan unos sobre otros, para desolación de unos pocos, ya que si fuéramos muchos, esto no estaría pasando. La excusa de las cámaras no se sostiene, ni ahora, ni antes.
Por cierto, la Ley de Patrimonio de Andalucía ¿para que sirve?
