[PRENSA] El Ayuntamiento de Granada trabaja en una propuesta para pedir a la Junta que reduzca el área de afluencia turística que afecta al comercio
En el anterior mandato, la Junta rechazó las alegaciones del gobierno local y amplió el área en contra de la opinión del sector.
El consejo municipal de comercio se reúne a mediados de este mes de diciembre para conocer el borrador de la propuesta en la que trabaja el equipo de gobierno local de Granada, del PP, para plantear a la Junta de Andalucía la reducción del espacio y de los meses que afectan al área calificada como de gran afluencia turística, que permite liberalizar los horarios de los comercios en la ciudad de la Alhambra, actualmente en todo el término municipal.
En declaraciones a Europa Press, la edil de Comercio de Granada, Elisa Campoy, ha explicado que en la última reunión de la asamblea general del consejo municipal del ramo expuso sus trabajos para redactar la nueva propuesta, que pasan principalmente por reducir su limitación espacial, tras ver, conforme a lo que indica la normativa y habiendo encargado un informe a una empresa externa acerca del tema, «por dónde se mueve» el turismo principalmente en esta ciudad andaluza, revisando las cifras relativas a alojamientos turísticos, hoteles o monumentos protegidos como Bien de Interés Cultural.
En Granada serán «los primeros en dar» el «paso» de solicitar el ajuste del área de gran afluencia turística, como pide el sector del comercio de cercanía, con esta nueva propuesta que se prepara para final de año para su presentación ante la Junta. A «Córdoba hasta febrero no le corresponde», ha detallado Campoy, que ha incidido en la importancia de que todo vaya planteado sobre la base de «datos fiables y oficiales», y no «supuestos», para cumplir con la normativa y poder tener la «documentación correspondiente para poder justificar» la petición en su caso.
En cuanto a la delimitación temporal, se trabaja en la línea de «justificar» que la Semana Santa es el periodo en torno al que se da una «afluencia turística mayor» para que, en vez de que sean marzo y abril los meses en que está en vigor la norma que rige para el área de gran afluencia turística, lo sea solo aquel en el que cada año «caigan» los días de Pasión. En mayo se propone limitarlo «exclusivamente» al puente, y en cuanto a agosto, en torno al que se viene viendo una «bajada bastante grande de turismo», se plantea «poder eliminarlo».
La propuesta vigente desde febrero de 2023, según publicaba en su día el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), consultado por Europa Press, tiene delimitada el área de gran afluencia turística a los meses de abril, mayo, agosto, septiembre y octubre, cuando se permite la libre apertura al público de establecimientos comerciales en domingos y festivos.
Se detallaba ya entonces que la vigencia de la declaración como zona de gran afluencia turística será indefinida «mientras se mantengan las circunstancias que motivaron dicha declaración», esto es, el aumento de las pernoctaciones en algunos periodos, ante lo que la norma pide actuar «en base a los intereses comerciales, turísticos y en beneficio del consumidor».
El BOJA indicaba, respecto de la presentación en la Consejería de Empleo, el 23 de diciembre de 2022, por el Ayuntamiento de Granada de alegaciones a la propuesta de resolución de la Dirección General de Comercio -las cuales pedían que se declarara la zona de gran afluencia turística, a efectos de horarios comerciales, «exclusivamente» a los sitios Patrimonio de la Humanidad (Alhambra, Generalife y Albaicín)- que no estaban «suficientemente» justificadas «con criterios y datos objetivos» para esa «restricción territorial solicitada».
En el marco de una línea de trabajo que pretende evitar que se puedan aducir motivos similares en esta ocasión por la Junta, Campoy ha explicado que los trabajos que lleva adelante el Ayuntamiento en este tema tienen como objetivo final «poder ayudar al comercio», que «es la vida de los barrios», desde el «consenso» con el sector.
«Si el comercio del centro de la ciudad se pierde, empieza a perder también vida» con «consecuencias» que van más allá de la «pobreza económica de los establecimientos», que, en el caso de los más pequeños, no pueden soportar como las grandes cadenas la libertad de horarios o la apertura en domingos o festivos.