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[PRENSA] 1990: El año en el que un exorcista chapucero mata a una albaicinera que se creía poseída por el demonio

Mariano el pastelero, a la entrada de la sala del juicio. / Juan Ortiz

Aquel suceso ocupó páginas y páginas en los periódicos y muchas horas en las radios y televisiones. Lo mismo que hay fontaneros que los llamas para que te arreglen un grifo y te provocan una inundación, hay exorcistas a los que llamas para que te saquen el demonio del cuerpo y te pueden provocar un desastre.

Granada Hoy [Andrés Cárdenas], 8-10-2023

Eso es lo que le pasó a una vecina del Albaicín llamada Encarnación Guardia, que pretendía que un pastelero del Zaidín y dos primas suyas le extrajera del maligno de su interior. Murió la mujer tras haber sido empalada y obligada a beber agua con ingentes cantidades de sal. Hasta tal punto aquella sesión fue una chapuza que cuando en el juicio una de las acusadas dijo que le habían extraído a la víctima una bola de carne del ano que se suponían que pertenecían al demonio, el fiscal le tuvo que aclarar que eran las almorranas de la supuesta poseída.

Los hechos sucedieron a finales de enero. El día 31 ingresaba en el Hospital Ruiz de Alda una mujer de 36 años moribunda porque la habían hecho tragar una gran cantidad de sal y bicarbonato, sufría heridas muy graves con múltiples desgarraduras en la vagina y en el ano, además de numerosos hematomas producidos por el exorcista y otras tres personas en un intento de hacerle expulsar el demonio del cuerpo.

Encarnacion Guardia, que murió en el exorcismo.

Encarnacion Guardia, que murió en el exorcismo.

El presunto exorcista había sido Mariano Fuentes, un tipo con el coeficiente intelectual fácil de superar, pero con un gran poder de manipulación. Era pastelero de profesión, de ahí el mote que lucía cuando se le nombraba. También intervinieron dos primas de la víctima. Por lo visto Encarnación Guardia estaba convencida de que había sido poseída por el demonio. Así lo creía desde que había regresado de Francia, donde había participado en algunas sesiones de magia negra. Y que por eso pidió ayuda al Pastelero. La sesión duró muchas horas. El 30 por la tarde las primas comenzaron a preparar el exorcismo. Le hicieron beber a Encarnación agua caliente mezclada con sal. Tantos vasos que Encarnación comenzó a vomitar. Creyeron que la cosa iba bien. Seguidamente la desnudaron y quemaron la ropa que llevaba puesta, se deshicieron de las joyas y alhajas que llevaba por decir el curandero que estaban contaminadas por el demonio. Después de ello la hicieron sentarse en el retrete con el fin de que expulsase el espíritu maligno de Satán o de Lucifer que la había poseído. Permaneció intentándolo al menos durante dos horas, hasta quedar extenuada. A todo esto, además de no dejar de darle vasos de agua caliente con sal, también le hacían beber un brebaje compuesto por zumo de naranja, agua, aceite, vinagre, sal y pimienta. Si la poseída decía basta, sus primas y el pastelero le daban golpes y la zarandeaban violentamente para que ingiriera el líquido. La mujer murió a las pocas horas de ser ingresada. Los médicos no pudieron hace nada para salvarle la vida. La sentencia fue pronunciada el 17 de marzo de 1992. El Pastelero y las dos primas fueron condenados a cinco años de prisión. El Pastelero moriría pocos años después totalmente convencido de que lo que había hecho era necesario para que Encarnación expulsara el demonio del cuerpo. Así de tonto era el pobre.

Categoría:Novedades, Portada, Prensa
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