[PRENSA] Sale a licitación la obra de 2,1 millones de euros para enterrar 900 metros de cable en el Albaicín
Los cables predominan en las calles del Albaicín. Foto de Ramón L. Pérez en IDEAL
Una vez más los habitantes del barrio vemos como se toman medidas para el turismo, aunque en esta ruta casi ni eso. Mientras quienes habitamos el barrio hemos de soportar ese mismo tema de cableados, antenas,… y otros muchos problemas, sin que las administraciones busquen soluciones para este barrio Patrimonio Mundial.
La junta de gobierno local ha aprobado la licitación de las obras de eliminación del cableado en la ‘Ruta Turística de los Miradores’ desde Plaza Nueva al mirador de San Nicolás. La reducción de la contaminación visual afecta a 17 calles y a seis plazas.
Granada se ha convertido, gracias a sus encantos y a su vastísimo patrimonio monumental, en uno de los grandes motores turísticos de la comunidad autónoma de Andalucía y de España. Y una ciudad que vende imagen no se puede permitir el lujo de que muchas de sus calles sean un auténtico pandemónium de cables y artefactos instalados sin ningún tipo de criterio estético. Un problema patente en buena parte del casco histórico de la capital, especialmente evidente en el Albaicín.
Pero parece que, por fin, las administraciones se van a tomar muy en serio este asunto. Tanto es así que la Comisión de Patrimonio, dependiente de la Delegación de Cultura, ya ha aprobado el ‘Proyecto de eliminación de antenas, conductores aéreos y adosados a las fachadas de los edificios existentes en la Ruta de los Miradores’.
El documento, redactado por los ingenieros Alfonso Marín y María Soledad Sánchez con la asistencia de la consultora Lindeo, contempla un gasto de 2,1 millones de euros en el Albaicín para erradicar el tremendo impacto visual de este laberinto de instalaciones. Una actuación que se llevará a cabo durante un periodo de diez meses y que se financiará gracias los recursos del Plan Alhambra, gestionado por la Junta. ¿Cuándo empezarán las obras? Una vez obtenidas las bendiciones por parte de Cultura, cuyo concurso es obligatorio al tratarse de una zona de especial protección ‘minada’ de edificios catalogados como Bienes de Interés Cultural, solo falta que el Ayuntamiento de Granada, como institución promotora en colaboración con la Consejería de Cultura, ponga en marcha el procedimiento de licitación, que no se puede dividir en lotes, ya que el presupuesto está formado por partidas asociadas. Aún no ha trascendido ninguna fecha. La inversión, muy reclamada también por colectivos vecinales y por entidades como las cofradías y hermandades de Semana Santa –hay un tendido en San Juan de los Reyes a poco más de un metro del suelo–, se desarrollará en 900 metros lineales de calles y plazas del Albaicín. En total, veintitrés vías desde Santa Ana hasta el Mirador de San Nicolás, el principio y el final de un itinerario por el que transitan a diario miles y miles de propios y extraños interesados en conocer el Albaicín y disfrutar de unas vistas impresionantes de la Alhambra y Sierra Nevada.
Hablamos de la calle Pisas, Convalecencia, la placeta de Benalúa, la calle Benalúa, la cuesta Aceituneros, calle San Juan de los Reyes, cuesta del Granadillo, la placeta Santa Inés Alta, Clavel de San Pedro, la cuesta Carvajales, la placeta Carvajales, la calle Rosal de San Pedro, Virgen del Carmen, la plaza Virgen del Carmen, la calle Almez, placeta Almez, Aljibe del Trillo, la cuesta del Aljibe del Trillo, la placeta del Comino, la cuesta de las Tomasas, la cuesta de las Cabras y, por último, la plaza de San Nicolás.El cogollo del Albaicín
En definitiva, el mismísimo cogollo del Albaicín, un barrio que parcialmente cuenta con el marbete de Patrimonio de la Humanidad. En este espacio encontramos varios BIC como la Muralla del Albaicín, las iglesias de Santa Ana, San Juan de los Reyes y San José, el Maristán nazarí y los baños árabes del Bañuelo.
Los trabajos consistirán, básicamente, en la ejecución de nuevas canalizaciones para los servicios existentes mediante soterramiento y empotramiento. Así, la red de alumbrado se canalizará a través de tubos de PVC y de acero inoxidable adosados a los paramentos verticales hasta los puntos de luz. Está prevista la sustitución de los cristales rotos de las farolas y el pintado de las mismas. Respecto a la telefonía, toda irá por debajo del suelo. Todas las tapas quedarán bajo el asfalto, a excepción de las que tengan unas dimensiones de sesenta por sesenta, que se podrán descubrir para la realización de mantenimientos periódicos. Los registros en los domicilios quedarán embutidos en las propias paredes. Respecto al gas, se ha propuesto la modificación de siete acometidas –el tapado se realizará con rejilla metálica–. Las antenas de televisión serán sustituidas por otras mimetizadas que permiten una disminución del tamaño de hasta el noventa por ciento.
La reposición de las tuberías será realizada por cada compañía suministradora, que firmará un convenio de colaboración con el Ayuntamiento, que recogerá que todos los cables y cajetines deben quedarse en perfecto estado y ocultos, sin ninguna afectación a las viviendas. Por último, se cambiará el asfalto existente en todo el ancho de las calles por un solado de piedras. Para ello se expandirá una capa de hormigón sobre la que se colocarán los cantos rodados previo vertido de mortero.
Demolición de muros
La intervención implica la demolición de dos muros de mampostería, en la placeta Almez y en el Aljibe de la Cuesta de las Tomasas, además del desmontaje de un banco de piedra, un dispensador de bolsas de excrementos caninos, papeleras, señales verticales de tráfico y bolardos.
La Comisión de Patrimonio ha exigido que las barandillas existentes en todo este área se quiten para colocar unas similares a las que hay en las inmediaciones del Palacio de Carlos V, «sin necesidad de adaptarlas a la normativa de accesibilidad; es decir, sin introducir los pasamanos superiores de cuarenta milímetros de diámetro», señala el informe emitido por este ente. En el caso de que las barandas no vayan ancladas a la pared, sino como elemento de agarre y ayuda al andar, se implementará un único pasamanos «con el objeto de que dicho elemento pase lo más desapercibido posible». «Su color –aclaran– debe ser marrón».
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