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PRENSA: La reinvención de la iglesia de San Nicolás

La intervención, valorada en 1,5 millones, ha supuesto la rehabilitación integral del templo y la reinterpretación de la bóveda destruida en el incendio de 1932 con una estructura de láminas de vinilo.

Ideal, 14-03-2022

La tensión era máxima. El 10 de agosto de 1932 el general Sanjurjo protagonizó un fallido golpe de Estado que fue el detonante de disturbios callejeros. El día siguiente hubo tiroteos en Granada y algaradas anticlericales que terminaron con la quema de varias iglesias, entre ellas la de San Nicolás. El templo, cuyo techo se desprendió tras ser pasto de las llamas, había quedado malherido, si bien es cierto que hubo una reconstrucción posterior en 1984 y que estuvo reabierto hasta 2006, cuando se desprendió un trozo del tejado. La buena nueva es que San Nicolás vuelve a lucir ahora incluso con mayor esplendor que hace noventa años. Después de un lustro cerrada a cal y canto por una ambiciosa restauración que ha supuesto una inversión de 1,5 millones de euros, el pasado viernes fue el primer acto de culto de su ‘nueva era’, un rezo por la paz en Ucrania.

Partiendo de la base de que ninguno de los materiales de la cubierta se podían reutilizar y sin entrar en valoraciones estéticas, la ‘reconstrucción’ de San Nicolás se ha convertido ya en un verdadero hito en la recuperación del vasto patrimonio de la Iglesia en Granada. El Arzobispado ha sufragado los 1,5 millones de euros que ha costado la intervención –mano de obra, materiales, licencias, etcétera– merced a la concesión de un préstamo que está devolviendo gracias a la recaudación de las visitas a la torre. Se estima que en torno a 200.000 personas ya han vivido la experiencia de subir al campanario y disfrutar de unas vistas sin parangón de la Alhambra y la Sierra cubierta por un impresionante manto de nieve, y de Granada y toda la Vega.

Nada más entrar en el templo, los ojos se dirigen directamente hacia la bóveda diseñada por el arquitecto Antonio Marín, autor del proyecto de rehabilitación, y por el artista granadino Jesús Conde. Aunque antes de continuar conviene hacerse una pregunta sin respuesta. ¿Por qué San Nicolás, una de la veintena de parroquias que se fundaron en Granada en 1501, cuenta con cúpula si está realizada en estilo mudéjar? Las interpretaciones son variadas.Hay quienes hablan de que es un guiño al gótico que trajeron los Reyes Católicos y hay quienes buscan una explicación en el lugar simbólico en el que se halla San Nicolás, en lo alto del barrio donde nació Granada y donde se otea todo el horizonte.

La cuestión es que nadie pone en tela de juicio que ahí hubo una preciosa bóveda porque los arranques subsistieron a la devastación de 1932, porque en la propia construcción se aprecian otras huellas de lo que hubo allí y porque hay una acuarela de Gerald Palmer, fechada en 1920, donde se observa perfectamente cómo era aquella San Nicolás de principios del siglo XX.
La estructura se compone de veintiocho láminas de vinilo impresas en un plóter industrial, previo diseño a ordenador realizado por Jesús Conde, que impregna esta obra de su particular percepción del color y de símbolos perfectamente reconocibles. La iluminación se filtra a través del propio tejado gracias a canales de vidrio y que se refuerza, si es preciso, con un alumbrado led.
Todo es nuevo en San Nicolás. Se han repuesto los tejados. Se han reparado todas las fisuras de un edificio erigido en su día a base de tapiales –hay poca piedra–.Los materiales facilitaban la aparición de humedades que en algunos muros alcanzaban los cinco metros de altura. Se ha instalado un sistema de climatización de frío y calor radiante que se puede accionar por sectores –al igual que la iluminación–, a fin de lograr la mayor optimización energética. El suelo es de mármol italiano noble que mantiene los tonos cálidos del barro originales, aunque en las capillas sí se mantiene el de Sierra Elvira. Los bancos son nuevos y se ha colocado un moderno sistema láser de detección de fuego.
Discurso artístico

Aunque, sin duda, lo más interesante del nuevo San Nicolás es el discurso artístico de sus frescos. Hay previstos ocho, uno en cada capilla, de los que tres ya están finalizados. Quedan pendientes para los próximos años los dedicados a Santa Catalina, San Nicolás –que llevará un altar–, la Virgen de Guadalupe, Armenia y Asia. Pero vayamos con los que ya se pueden observar.

La composición del mural del altar mayor no tiene análogos en las pinturas sacras clásicas sobre pared, al combinarse en el mismo conjunto ‘La Resurrección de Cristo’ y ‘San Nicolás y las escenas de su vida’. La dificultad estribaba en la ‘fusión’ de ambas representaciones, que normalmente se ubican en diferentes lugares de las iglesias, aunque en este caso se valoró que no había necesidad de seguir el orden clásico y, dada la importancia de cada una de ellas, era apropiado disponerlas en la misma narración. Los autores son los ucranianos Ivanka Demchuk y Arsen Bereza.

En el centro está la representación del ‘Descenso a los infiernos’. Se basa en una composición clásica. Se muestra al Cristo Resucitado que acaba de redimir a la humanidad y que libera a los progenitores Adán y Eva. Hay dos círculos alrededor del Señor. El interior, en forma de almendra, significa la luz del Salvador, y el exterior, redondo, es un símbolo del cosmos y las esferas celestiales.

A la derecha hay una imagen de ‘San Nicolás y las escenas de su vida’. En un gesto de oración, el santo se vuelve hacia Cristo, que sostiene el rollo de la sabiduría divina. El gesto con las manos extendidas se interpreta como intercesión por los humanos ante el Señor.

Girémonos a la izquierda. El icono tríptico de esta capilla, titulado ‘Pentecostés siríaco’, está escrito en la tradición siro maronita contemporánea y ha sido realizado por el sacerdote libanés Abdo Badwi. En la parte central se ve Pentecostés circulando por cuatro santos patrones, San Marón (Iglesia Maronita), San Efrén (Iglesia Siríaca), San Charbel (Líbano) y San Nicolás (iglesia de San Nicolás). En los laterales están el Árbol de Jesé y la Navidad, y a la izquierda, la Anunciación de la Virgen y la Visitación de la Virgen María a Isabel.

En el extremo contrario, el icono tríptico es el ‘Símbolo de Santa María’, que incluye un marco de madera tallado a mano y escrito en la tradición cristiana etíope por el artista Adefris Geletu Wolde. En la parte central se puede ver a la Virgen María con su amado Hijo en brazos. Está flanqueada por los arcángeles San Miguel y San Gabriel con las espadas levantadas y que sostienen una cortina brillante. A ambos lados están los doce apóstoles. Debajo, los sacerdotes etíopes que interceden por la Humanidad. Las imágenes de los laterales representan las siguientes escenas del Antiguo Testamento: Adán y Eva y la tienda de Abrahán, la escalera de Job y la zarza ardiente de Moisés.

Categoría:Novedades, Prensa
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