PRENSA: Los vecinos de San Miguel levantan una ola de quejas contra el abandono
Alertan de la suciedad en el entorno del mirador y las acampadas ilegales en tiendas de campaña y con hasta una veintena de autocaravanas
La mejor panorámica de la ciudad atrae a los campistas desde hace años. Hacen noche en autocaravana, entre pinos y olivos, y nada más abrir los ojos ven cómo el sol recorta la figura de Sierra Nevada y baña desde la Alhambra hasta la Vega. Los granadinos prefieren el atardecer, y forman corrillos junto al mirador para celebrar el ocaso bebida en mano. Del paso de unos y otros por San Miguel Alto quedan montones de desperdicios y un cerro sin barrer.
En el aparcamiento del olivar había a primera hora de ayer, a menos de veinte metros de un contenedor, bolsas, latas, litros y preservativos. En las explanadas al pie de la ermita, donde hay tres papeleras, quedaban más de una decena de botellas de cristal, paquetes de tabaco, montones de colillas y plásticos de todos los colores. La basura aparece en cada matorral en cuanto la vista se desvía de la postal de Alhambra y Albaicín.
Harta de la «situación de decadencia progresiva» que está sufriendo el barrio –por la basura y otros muchos problemas–, una comunidad de propietarios ha difundido un escrito en el que pide a los vecinos de la zona que hagan llegar sus reclamaciones, a título individual, al Ayuntamiento. Esta batería de quejas que pretenden conseguir llegará por varias vías. En el documento llaman a repetir el mismo procedimiento una vez al mes: presentar una incidencia en la web o la aplicación Granada Mejora, tramitar una queja ante el Defensor de la Ciudadanía, enviarla a todos los grupos municipales y los correos corporativos de los concejales –en la carta incluyen todas sus direcciones–, hacer llegar esto a las asociaciones de vecinos y, por último, a todo el equipo de gobierno, alcalde incluido.
Más allá de las competencias municipales, mencionan a Emasagra para el cierre de accesos a la zona del pinar. Y hasta al Ministerio de Defensa, para que «presione al Ayuntamiento y Emasagra ante el peligro que puede sufrir el cuartel de transmisiones por un previsible incendio forestal en el pinar. Invitan a que todos los residentes –si hay más de un habitante por vivienda, también– lancen sus quejas.
Los vecinos de la zona describen el acceso «masificado» de «cientos de vehículos» cada fin de semana. «A veces a gran velocidad y con peligro para nuestros niños, de forma progresiva y desde hace meses». Ocupan el olivar que antecede a la ermita y el mirador, un espacio que debería de ser de paseo, para hacer botellones y fiestas «con música a altísimo volumen en la madrugada hasta el amanecer», con sus consecuentes molestias directas —el ruido– e indirectas —la suciedad que permanece en el perímetro el día después.
A este problema, el de los vehículos locales, se suma el de caravanas, autocaravanas y furgonetas camperizadas que han hecho de la zona un camping improvisado. Basta buscar en internet ‘estacionamientos de autocaravanas enGranada’ para encontrar el camino, señalado en un mapa, hasta el cerro de San Miguel.
Perros sueltos y hogueras
Los vecinos han llegado a contar una veintena de estos vehículos en el campo. «Se han instalado a vivir como si fuera un camping y se aglomeran entre los árboles y las explanadas, con profusión de perros sueltos, ruido nocturno y hogueras o fuegos de cocina al exterior, con el consiguiente peligro». Esto está prohibido. La ordenanza de la convivencia hace mención expresa: no está permitido acampar, sin autorización, en todo el término municipal, ya sea con caravanas remolcadas o autopropulsadas, tiendas de campaña, furgones u otras variantes. Infringir esta norma es motivo de sanción leve, desde uno hasta 750 euros. Ni las señales ni la cuantía de la sanción parecen disuadir a los campistas junto a la mejor panorámica de Granada.
Ante esta situación, el Ayuntamiento ha reforzado la vigilancia de San Miguel a través de unidades de la Policía Local que pasan cada fin de semana a disolver las acampadas. El asunto se trató en la última junta municipal del distrito Albaicín. El presidente de la asociación de vecinos del Albaicín, Antonio Jiménez, confirma que desde hace años «no para de haber caravanas grandes allí, que provocan que como no hay instalaciones para tirar los vertidos químicos de los vehículos, el cerro queda lleno de suciedad y horrible». Con respecto a las concentraciones de jóvenes al atardecer, también la queja es constante y los vecinos no dejan de llevar sus reivindicaciones a las reuniones con los responsables del Ayuntamiento.
Por otro lado, fuentes municipales aseguran que en cuanto reciben reclamaciones a través de la aplicación Granada Mejora, se gestionan para que los técnicos responsables se encarguen de resolverlas.
Otro asunto sobre la mesa es el problema de las cuevas ilegales, algunas de ellas, denuncia Antonio Jiménez, anunciadas incluso como espacios en los que se ofrecen espectáculos de flamenco. Una vecina del entorno de la Cruz de la Rauda resume: «Estamos cansados de decirlo todo en las juntas de distrito. Sobre las caravanas, la Policía viene y los echa, pero vuelven otra vez. Y sigue habiendo botellón, pedimos más presencia policial».
Contra las cuevas ilegales, el Ayuntamiento ha retomado el proyecto de crear un parque en San Miguel. Va aparejado de un censo, que ya ha comenzado, de las cuevas y sus habitantes, que pueden acabar desalojados –no sería la primera ocasión–. Los vecinos confían en que el plan de protección acabe, definitivamente, con las ‘okupaciones’ en la montaña. Por ahora, algunos residentes del barrio han levantado una ola de reclamaciones para acabar con el abandono en el mirador y el campo.
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