Casa Ajsaris se plantea irse de Granada
Juan Manuel Segura y Francisco Jiménez, los coleccionistas propietarios de Casa Ajsaris.
Es la mayor colección de arte en manos privadas. Sus propietarios han recibido una oferta en firme de una ciudad andaluza, que deben responder en breve.
IDEAL. JOSÉ ANTONIO MUÑOZ Granada Domingo, 16 agosto 2020
La colección de arte de Casa Ajsaris es, probablemente, la mayor en manos privadas que existe en la provincia de Granada. Una colección única, entre otros aspectos, por contar con cinco obras de Pedro de Mena, algo que no ocurre, bajo el mismo techo, en ningún lugar del mundo. Pero la colección de Casa Ajsaris tiene otras muchas particularidades. Una de ellas, el entorno en el que se halla expuesta: uno de los inmuebles más bonitos del Albayzín, con unas vistas privilegiadas de la Alhambra. Otra, el modo en que se ha ido construyendo, no a golpe de talonario (aunque su valor sea inmenso), sino por la paciente labor casi arqueológica de sus dos propietarios, Juan Manuel Segura y Francisco Jiménez, ambos confesos enamorados de una tierra a la que, en bastantes ocasiones, no entienden. Más que a la tierra, a quienes la rigen.
No es la primera ni la segunda vez que han tenido encontronazos con los gobernantes. No es ni la primera ni la segunda vez en que, según afirman, quienes toman las decisiones les han decepcionado. Por eso, están planteándose muy seriamente la posibilidad de que su colección abandone su casa para ir a otra. Y tienen varias ofertas: una, en firme y con los números sobre la mesa, de una ciudad próxima, con un pasado histórico muy importante y un espacio que, según afirma Juan Manuel Segura, sería más que apropiado para albergarla.
Casa Ajsaris, en la calle Zafra del barrio del Albayzín, tiene vocación de mostrar su colección: «La casa siempre estuvo abierta para quien quiso. En el Día de la Cruz y en Navidad pusimos nuestro Belén. Quien ha hecho tesis sobre artistas que están en nuestra colección ha venido cuando ha querido a vernos. Nunca se le han cerrado las puertas a nadie. Y llegó el momento en que se tuvieron que regular las visitas. Lo hemos hecho así, porque de un tiempo a esta parte hemos pensado en nuestro patrimonio como base para el futuro museo de la ciudad de Granada». Al principio, sin embargo, y según afirma Segura, «el objetivo era, simplemente, tener la casa decorada con pinturas del siglo XIX, que es nuestro periodo favorito. Pero, poco a poco, nos fuimos animando, y lo que empezó siendo un deseo de estar rodeados del arte que nos gustaba, se convirtió en una pasión de coleccionistas. Tuve la suerte de trabajar para una compañía multinacional que me permitía viajar con frecuencia, y gracias a ello, hice muchos contactos con galerías de arte, museos, coleccionistas y casas de subastas. Así, adquirimos conocimientos, porque el primer cuadro que compré en 1977, al llegar con él a Granada, me dijeron que era falso».
Afortunadamente, no lo era. «Recuerdo que fui a ver desolado a Marino Antequera, ya fallecido. Él me dijo que era auténtico, un Ramón Carazo que representaba al taxista que solía estacionar en la plaza de Mariana Pineda, y que se llamaba Paco. Desde entonces, siempre le consultamos». Muchas de estas vivencias primigenias aparecen contadas en el catálogo de Casa Ajsaris, un cuidado trabajo de edición con 266 páginas que muestran el patrimonio artístico en manos privadas más importante de Granada.
Préstamos
Fruto de esa apertura son decenas de préstamos a algunos de los mejores museos de nuestro país. «En este momento hemos prestado ‘La jaula’ de López Mezquita, al Museo del Prado, para una exposición temporal dedicada a la mujer. ‘Los esclavos’ de Morcillo, nos los ha pedido el Instituto Valenciano de Arte Moderno. ‘Odalisca’ de Joaquín Agrasot, va a estar en préstamo ocho meses para una muestra itinerante…». También han organizado exposiciones temáticas en diversas ciudades españolas, con gran éxito, como la que tuvo a Mariano Bertuchi como protagonista en la ciudad autónoma de Ceuta.
La colección de Casa Ajsaris supera las 700 piezas, incluyendo su completa colección de barros granadinos. En ella manda el arte del siglo XIX, pero hay piezas anteriores de gran valía, como los ya citados cinco Pedro de Mena –ni el Metropolitan de Nueva York, que acaba de adquirir una pareja de esculturas del autor, tiene esta cantidad– y dos tallas de Pablo de Rojas, por citar solo dos ejemplos. También pinturas de Juan de Sevilla, Atanasio Bocanegra, y un largo etcétera de maestros antiguos de primera línea.
¿Se plantean Segura y Jiménez llevarse este patrimonio fuera de Granada? La respuesta es sí, y las razones son varias: «Primero, porque podremos instalarlo en un lugar preeminente, con una adaptación que dirigiremos nosotros mismos. Además, han aceptado todas las condiciones previas que hemos planteado, sin poner ni un pero». ¿La decisión está tomada completamente? La respuesta es no, pero son pesimistas respecto a un cambio de situación que permitiera variar el rumbo de sus intenciones. El plazo para tomar la decisión va a ser, forzosamente, corto, ya que la obra en el lugar de destino de la colección llevaría años, «y jamás comprometeríamos una inversión como esa, hecha por un ayuntamiento que nos ha ofrecido todas las facilidades, para luego dejarles en la estacada».
Segura y Jiménez han estado, según afirman, años buscando una ubicación adecuada en Granada, no solo para su colección, sino para el museo de la ciudad. «Fuimos nosotros quienes le dijimos al Ayuntamiento que Casa Ágreda –luego protagonista de una historia complicada– y el edificio de Bermúdez de Castro eran propiedad municipal. Hemos sido parte activa en la búsqueda de una solución para que Granada cuente con un lugar apropiado para un museo acorde con la importancia de esta capital», asegura.
Condiciones
Los movimientos de los responsables de Casa Ajsaris para que su colección se integre en el patrimonio cultural de Granada vienen de antiguo. Tanto, que se remontan a los tiempos de Antonio Jara como primer edil de la capital. «En la época de Quero no se hizo nada. Fermín Camacho, que fue concejal de Cultura en la época de Gabriel Díaz Berbel, quiso que tuviéramos el Palacio de los Patos, hoy hotel. Luego, con García-Royo vimos la posibilidad de Casa Ágreda, e incluso convencí a las monjas para que se trasladaran donde hoy están, encantadas por cierto. Pero luego la Casa se otorgó a una fundación de origen incierto, con el resultado de todos conocido».
¿Hay un lugar adecuado aún y con disponibilidades para albergar la colección y en el futuro el museo de la ciudad? Segura no duda en la respuesta: «El Convento de la Concepción». Las vecinas dependencias del Convento de Santa Inés están ocupadas por el Instituto Municipal de Formación y Empleo en un edificio restaurado por la Fundación Albayzín, que la ciudad tiene en concesión por 75 años. Afirma el coleccionista que es factible comprar el vecino edificio del Convento de la Concepción, «porque los religiosos quieren desprenderse de él», y ambos están comunicados por un pasadizo subterráneo. En total, serían más de 6.000 metros cuadrados disponibles. La Casa Ágreda completaría un triángulo de edificios que serían, dice Segura, un lugar más que apropiado para albergar el museo. «Habría espacio para una colección permanente, y exposiciones temporales». Al mismo tiempo, asegura que la colección de Casa Ajsaris debería ser la espina dorsal de ese espacio, «ya que tenemos la mejor nómina de obras de Granada, incluyendo el Museo de Bellas Artes, excluido Alonso Cano y Sánchez Cotán. Bellas Artes no tiene casi nada del XIX». También echa en falta la visita de algún delegado de Cultura de la Junta: «De todos los que han ejercido el cargo, ninguno ha pasado por aquí».
El futuro de la colección de Casa Ajsaris es la creación de una fundación que gestione el patrimonio. Y encontrar un lugar donde se pueda exponer con garantías de relevancia y conservación. Eso es lo que quieren sus propietarios. Si no, dicen, se marcharán.
Rincón de Casa Ajsaris con dos obras de Pedro de Mena. / PEPE MARÍN
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