PRENSA: Los aparcamientos del Albaicín, sólo para residentes
El plan de Movilidad contempla restringir el acceso y estacionamiento en el barrio con una pegatina. Los vecinos, en contra de limitar los buses en Carrera del Darro
El Ayuntamiento propone limitar –aún más– la entrada al Albaicín para quienes no residen en el barrio. El plan de Movilidad para reducir el número de vehículos en circulación en la capital, y con ello mejorar la calidad del aire en una de las ciudades más contaminadas del país, contempla cortar la entrada por las calles Pagés, San Luis y Carrera del Darro, permitir el aparcamiento sólo a los residentes y cortar totalmente al tráfico la Carrera del Darro en determinadas franjas horarias durante fines de semana y festivos. Así se comunicó a principios de mes a la asociación de vecinos del Albaicín, que ve con buenos ojos las restricciones, salvo una:critican que los autobuses no puedan circular junto al Darro.
El proyecto para incentivar el transporte público y los desplazamientos a pie o en medios no contaminantes, como el patinete, es prioritario para el área de Movilidad. Los registros de contaminación en las últimas semanas han ratificado que los gases emitidos por los vehículos y las partículas generadas a causa del tráfico son responsables, en buena medida, de los altos índices de polución en una ciudad que durante el confinamiento se despidió de la ‘boina’.
De los 30 días de abril, la calidad del aire fue «muy buena» durante 27 jornadas, según el Índice Nacional de Calidad del Aire, una escala utilizada a nivel europeo. El año pasado fueron 19 los días de máxima calidad. Hace dos años hubo 12 días con el mejor aire respirable, y en 4 jornadas la calidad fue «mala».
Por ahora, el plan se ha traducido en el despliegue de carriles exclusivos para bicicletas, patinetes y transporte público en las vías más anchas de la ciudad. También contempla la peatonalización de parte de la ‘almendra’ central de la ciudad. Por ahora, la única decisión en firme es la limitación del tráfico en San Antón, pero el Ayuntamiento ha presentado durante las últimas semanas a las distintas asociaciones de vecinos las ideas para modificar la movilidad en los barrios. El objetivo es lograr el máximo consenso posible entre los residentes. Por ahora, las propuestas que hay sobre la mesa siguen abiertas a debate, según el concejal de Movilidad, César Díaz.
Los vecinos del Albaicín están de acuerdo con endurecer las restricciones. Las dos primeras –menos vehículos autorizados a pasar por las pilonas y aparcamiento sólo para residentes que tengan pegatina distintiva en su parabrisas– son una vieja reclamación en las juntas municipales de distrito y en los foros en los que se ha tratado el futuro del barrio. Sin embargo, se oponen a la tercera:el corte de la Carrera del Darro para todo tipo de vehículos cuando el volumen de peatones sea alto. El área de Movilidad quiere implantar un sistema de peatonalización inteligente para esta calle, cerrando el tráfico en los momentos de mayor afluencia sobre el empedrado durante fines de semana y festivos.
Sin taxis ni buses
Esto implica –así lo trasladó el titular de Movilidad, César Díaz, a los vecinos– que no circulen autobuses, taxis ni tren turístico. El presidente de la asociación de vecinos del Albaicín, Antonio Jiménez, considera esta medida un «grave error», y así lo han hecho saber al Consistorio a través de un escrito. Creen que perjudica al residente para beneficiar al visitante. En especial, asegura el colectivo de residentes, perjudica a «la habitabilidad de la zona del bajo Albaicín, donde viven sobre todo personas mayores y vulnerables que necesitan su transporte público para acceder a sus viviendas».
Los vecinos sugieren no cortar por completo la entrada de autobuses, sino reducirla a la mitad. De este modo, uno de cada dos pasaría por la Carretera de Murcia y el otro por la Carrera del Darro. Con respecto a los taxis, piden autorizar su uso para los residentes del barrio. Para el resto, proponen compensar a los taxis el ‘rodeo’ que supone entrar al Albaicín por la Carretera de Murcia, de tal forma que no se incremente el precio para el pasajero.
La asociación critica unas medidas que, si se aplican sin consenso, serán una «imposición» que recuerda –dicen en el escrito– a otras restricciones del transporte público que ya resultaron fallidas en el barrio. Durante las últimas dos décadas, la circulación por la Carrera del Darro y el Paseo de los Tristes fue objeto de varios cambios, que no consiguieron aunar la opinión de vecinos, comerciantes, visitantes, técnicos y políticos.
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