PRENSA: Diversión sí, pero con ciertos límites
La cara B de las despedidas de soltero la representan quienes no saben comportarse. Todo el mundo tiene derecho a divertirse pero con un límite.
Leer en Granada Hoy, 27-03-2016
Muchas de estas despedidas de soltero han acabado con populosas reyertas en vías emblemáticas de la ciudad como la calle Navas donde los empresarios han decidido tomar sus propias medidas para evitar las molestias. «En este establecimiento no se sirve a despedidas de soltero». Con este contundente cartel numerosos empresarios han decidido ponerle coto a amplios grupos de jóvenes en ocasiones en estado de embriaguez dados los perjuicios que supone este tipo de cliente: «Nosotros tenemos una clientela fija que debemos cuidar», explica la propietaria de uno de estos establecimientos de la calle Navas que prefiere no dar su nombre. Según explica, el hecho de que se siente un grupo suele expulsar a otro tipo de clientes que desean comer con tranquilidad. Por eso, ella se ha decantado por no servirles. «Lo decidimos el año pasado después de tener un incidente», detalló esta mujer que ha presenciado peleas en la citada vía.
El pasado verano, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Granada, anunció que convocaría una comisión especial para tratar el conflicto que también fue denunciado por la Federación de Hostelería y Turismo, consciente de que este tipo de visitante no da una buena imagen a la ciudad. Sin embargo, a día de hoy, esta reunión especial no se ha llevado a cabo, de momento, según confirmó ayer el portavoz de IU, Francisco Puentedura. Lo que sí se ha hecho, o al menos esta es la sensación de los trabajadores de los restaurantes de la calle Navas, es incrementar la vigilancia policial. «No sabemos si el Ayuntamiento de Granada ha tomado alguna medida en especial aunque es cierto que pasa más policía», detalló ayer Eduardo Silva encargado del establecimiento El Enganche y de otros cuatro restaurantes de la misma calle que recordó que con la llegada de la primavera se multiplican este tipo de celebraciones. En los establecimientos donde trabaja no se les atiende pero hay otros donde sí. «A partir del viernes ya empieza a verse gente disfrazada. Se llegan a juntar hasta diez grupos» lamenta Silva.
En otros negocios han optado por atender solo a algunas despedidas con una condición: «Que se comprometan a comer y a guardar un mínimo de compostura». Según explica Fran Suárez en general se les atiende salvo que vengan claramente bajo los efectos del alcohol o armando follón. Si hay un altercado, la policía se encarga de ponerle solución.
1 Comentario
O sea: ¿¿para asegurarnos los turistas del futuro tenemos que aguantar cada fin de semana esas pandillas de retrasados mentales?? Me parece un argumento fatal y además falso (seguro que la gran mayoría de los «jóvenes» – que casi todos tienen más de 40 – no han salido en toda su vida de su pueblo, menos para la despedida del amiguete, y no saldrán nunca más).