10 de marzo de 2016
¿Bye Bye Albayzín? A propósito del turismo y el barrio
Hay que elaborar políticas de protección ambiental, urbanística, de transporte, de vivienda, de empleo… y de conservación de barrios históricos con la vista y el oído puestos en sus residentes.
En una entrevista reciente la periodista y escritora Elizabeth Becker avisaba de que «siempre se analiza el turismo desde el punto de vista de la economía» para a continuación anotar que sin embargo «el turismo es un asunto de democracia» y así lanzar la pregunta: «¿A quién pertenece la ciudad?»
Esta cuestión de pertenencia y derecho es, tendría que ser, esencial para los gestores políticos de nuestras ciudades y así actuar en consecuencia. Una posible respuesta sería decir: la ciudad pertenece al conjunto de ciudadanos. Desafortunadamente, esta evidente y rotunda afirmación está muy lejos del interés gobernante. Basta con analizar sus actuaciones en los barrios históricos y entornos patrimoniales de interés turístico, en los que se están tomando decisiones y diseñando políticas enfocadas al turista antes que al ciudadano residente, y en consecuencia la ciudad está perteneciendo cada día más a quién la consume en un tiempo rápido y determinado que a quien la habita de forma cotidiana.
Desde la Asociación de Vecinos Bajo Albayzín llevamos algún tiempo atentos a noticias que nos llegan desde otras ciudades históricas, y así las vamos recogiendo en nuestra web y compartiendo en redes. Son casos de ciudades y barrios que, al igual que el nuestro, también se ven afectadas por el crecimiento paulatino de la actividad turística. Entre estos encontramos el documental Bye Bye Barcelona (Eduardo Chibás, 2014) que hemos proyectado en el ciclo de actividades «Vivimos el Albayzín». Este documental sobre los efectos negativos de la masificación turística en Barcelona nos sirve para ilustrarnos con el caso que muestra, pero sobre todo nos sirve para empezar a hablar e intentar que se hable del impacto del turismo en nuestro barrio. Por eso la proyección del documental se acompañó de un coloquio abierto en el que muchos de los asistentes expresaron su punto de vista. Como primera conclusión se reclamó que urge activar este debate en Granada, y que las medidas y políticas atentas a este asunto deberían ya formar parte de la agenda de la ciudad.
Hay que elaborar políticas de protección ambiental, urbanística, de transporte, de vivienda, de empleo… y de conservación de barrios históricos con la vista y el oído puestos en sus residentes.
Porque los ejemplos que encontramos y nuestra propia experiencia cuentan una historia similar a la que ya ha ocurrido en demasiadas ciudades turísticas. A la par que se procura el crecimiento del turismo masivo la vida vecinal languidece. Las casas se vacían y se lotean en apartamentos, se cambian los usos, se encarecen las viviendas, los comercios de cercanía y abastecimiento primario desaparecen, la actividad turística se convierte en monocultivo… el tejido social se va deshilachando progresivamente y con todo ello la población disminuye a favor del escenario vacío de cartón piedra.
La vida del barrio se suplanta unas veces por escenarios para el turista-consumidor, y otras por el abandono y decrepitud en aquellas zonas en las que o bien el turismo no llega o bien pone su interés el mercado inmobiliario especulativo y expectante. Como nos dice Chibás, el autor del documental BYE BYE BARCELONA «¿Realmente vale la pena perder todo esto?» Consideramos como también señala Becker que «no puedes preguntarte solo si el turismo es positivo o negativo (…) la pregunta es: ¿hasta qué punto está beneficiando a la ciudad este volumen de turismo?«
Asociación de Vecinos Bajo Albayzín
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