PRENSA: Una veintena de monumentos granadinos, en la ‘lista de la vergüenza’ del patrimonio. Tres de ellos en el Albayzín
La muralla zirí, las Iglesias de San Luis y San Nicolás, el Refugio Elorrieta o el Palacio de los Enríquez de Baza son algunos de los vestigios históricos que padecen el abandono de las administraciones
Leer en Granada Hoy, 08-02-2016
Granada puede dar ejemplo en conservación patrimonial, en preservación de monumentos y en cuidado de su legado histórico -ahí están la Alhambra y el Generalife, la Capilla Real o el Corral del Carbón, por ejemplo-, pero también posee una ‘lista de la vergüenza’ en la que figura más de una veintena de monumentos que se encuentran en estado de abandono y en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. La asociación Hispania Nostra, una entidad sin ánimo de lucro que se dedica a la defensa del patrimonio cultural español, recoge desde 2007 en su Lista Roja del patrimonio aquellos elementos que sufren el abandono de las administraciones, con el objetivo de darles visibilidad y, sobre todo, de llamar la atención sobre su estado para que se tomen medidas.
En esa Lista Roja, Granada ocupa un lugar destacado. Obviamente, las zonas con mayor riqueza patrimonial están más representadas en la lista, y Granada es la segunda provincia andaluza, después de Jaén, con más patrimonio en situación de riesgo. En la provincia hay al menos 23 monumentos abandonados, que tienen un lamentable estado de conservación a juzgar por la comisión científica que elabora el listado, que trabaja tanto de ‘oficio’ como a raíz de las denuncias públicas presentadas por asociaciones conservacionistas o particulares.
La muralla zirí o la Iglesia de San Nicolás en la capital; el refugio Elorrieta en Sierra Nevada; los yacimientos de Montejícar; o el Palacio de los Enríquez en Baza son algunos de los 23 monumentos incluidos en esa Lista Roja, elementos patrimoniales y culturales de gran valor de los que, lamentablemente, Granada no puede presumir.
La Lista Roja de Hispania Nostra incluye cuatro monumentos de la capital: las iglesias de San Luis y San Nicolás del Albaicín, la muralla zirí y el yacimiento de los Mondragones.
En el caso de la Iglesia de San Luis, Hispania Nostra destaca que se encuentra «en estado ruinoso», ya que tan sólo conserva hoy día los muros perimetrales y algunos arcos que fueron reconstruidos en 1937. De hecho, la asociación alerta del riesgo de derrumbe de los muros, que ya han dado más de un susto en los últimos años. El Ayuntamiento de Granada, propietario de la Iglesia, ha incluido en su proyecto de captación de los fondos europeos DUSI la restauración de San Luis para convertirla en equipamiento municipal, poniendo quizá fin a su deterioro.
Hispania Nostra alerta también de los «graves deterioros por abandono» de la Iglesia de San Nicolás, que sufre desprendimientos de escayola, fuertes humedades en el interior y el exterior y vigas de madera podridas.
La muralla zirí es quizá el elemento patrimonial de la capital que corre la peor suerte. «En degradación progresiva por abandono». Así reza la ficha de Hispania Nostra sobre uno de los monumentos más antiguos de la ciudad, declarada Bien de Interés Cultural. «Se encuentra invadida por la vegetación que, además de dañar a la muralla, conlleva un riesgo de incendio y de salubridad al acumularse restos y basuras. Es escenario de actos vandálicos como pintadas, extracción de material e incluso se ha producido algún incendio. Es normal ver grupos de gente subida a la muralla y especialmente a la Puerta Monaita, convertida en lugar de fiestas y botellones. Obra agresiva a medio hacer y paralizada desde 2007, con estructuras de hormigón que afectan al bien y su entorno».
Tampoco es nada positiva para las políticas de conservación del patrimonio de las administraciones públicas la ficha del yacimiento arqueológico de los Mondragones. Hispania Nostra recoge la polémica respecto al tratamiento de los restos, trasladados al Museo Arqueológico que sigue pendiente de abrir sus puertas, y asegura que la mudanza ha provocado «su descontextualización, así como la pérdida de información vital y el cese de un proceso arqueológico de gran riqueza patrimonial».
No sólo Granada figura en este listado, que no es exhaustivo -hay grandes ausencias, como el Maristán, por no ir muy lejos-, pero en el que «son todos los que están». Baza es uno de los municipios con mayor presencia en la Lista Roja, probablemente por la actuación de las asociaciones de defensa del patrimonio del municipio. Hasta 14 municipios bastetanos aparecen en la lista: la Torre de Espinosa; la ermita de San Sebastián; el Humedal del Baíco; la estación de ferrocarril; la Torre de las Cinco Esquinas; el Palacio de los Marqueses de Cadimo; el Palacio Episcopal; el Castillo de Benzalema; la Alcazaba; la Iglesia de San Jerónimo; la Casa de los Páez de Espinosa; el Convento de San Antón; las Torres de la Puerta de la Magdalena; el Palacio de los Enríquez; o los Baños de la Morería figuran en el listado de Hispania Nostra.
También aparecen en el listado del patrimonio en riesgo de desaparición el Refugio Elorrieta (la última incorporación); Fuente Santa de Loja; los yacimientos de Montejícar; el Castillo de Torres Pesquera de Algarinejo.
El vicepresidente ejecutivo de Hispania Nostra, Carlos Morenés, explica que la mayor presencia de Granada en el listado tiene que ver con «su riqueza patrimonial», que hace que tenga más opciones de entrar en la lista por el estado de conservación de algunos de sus monumentos. Con todo, desde la asociación sí que hacen una crítica a las administraciones, que «priorizan los elementos patrimoniales que les dan más votos» y abandonan los menos reivindicables. «Siempre es mejor rehabilitar una casita histórica en la ciudad que un monasterio perdido en el bosque», apunta Morenés, que asegura que esta situación se une a la «falta de presupuesto» de las instituciones. La conclusión es que, tanto en Granada como en el resto de ciudades españolas, «la situación del patrimonio es lamentable», ya que gran parte está «en abandono y en peligro de pérdida». El vicepresidente ejecutivo de Hispania Nostra apunta que el patrimonio que aparece en la lista, en gran medida desconocido para el gran público, sería «irrecuperable» si finalmente llega a perderse, y que precisamente la labor de la asociación es evitarlo a toda costa. «Queremos difundir ese patrimonio que la gente no conoce para intentar conservarlo. Si algo se conoce, la gente se preocupa y los vecinos lo revalorizan, lo que significa que se puede adecentar», asegura Carlos Morenés. Al menos, por intentarlo, que no quede.
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