Papel mojado
No hace falta que el PP lance sus panfletos a través de una cancela a un carmen del Albaicín y que se mojen al regar para convertirlos en papel mojado. Lo eran desde el principio.
Quienes conocemos en profundidad la realidad del barrio, ya sabíamos que el actual equipo de gobierno y su partido cierran su mandato con un balance pésimo de su gestión en todas las materias que conciernen al Albaicín, desde las que afectan a la vida cotidiana del barrio hasta las que tiene que ver con sus aspectos culturales y patrimoniales y que lo hacen un barrio excepcional de la ciudad.
El maltrato del PP al Albaicín se escenificó una vez más el martes pasado, con la marcha de Juan García Montero del debate organizado por la AAVV Bajo Albayzín y AAVV Sacromonte-Valparaíso. Que solo se sentara en la mesa con el resto de los representantes de partidos participantes para lanzar su propuesta y marcharse, porque tenía otro acto, sin participar en el debate e intercambio posterior, dice mucho. Que el PP no fuera capaz de programar para enviar a un sustituto, lo dice todo.
Y la forma en que se marchó escenificó el esperpéntico nepotismo y la falta de conocimiento con el que el Partido Popular ha gobernado en el Albaicín. Con su marcha, que podríamos calificar de huída, quedó demostrada la absoluta vacuidad de sus «propuestas» para el barrio. Sin proyecto ni compromiso global y con la única fijación—que los vecinos sabemos bien es una operación puramente mediática— de medrar con las finanzas de la vecina Alhambra para buscar fondos, sin destino claro, para el barrio, el Partido Popular demuestra que no ha sabido, ni le ha interesado gestionar con el rigor y cuidado que requiere el Albaicín como barrio vivo de la ciudad y patrimonio de la humanidad.
Tras 12 años en el gobierno de Granada, es probable que PP haya perdido la oportunidad de llevar a cabo tan fascinante tarea. Ahora nos toca a los vecinos del Albaicín decidir si es hora de encomendársela a otros.
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