Un millón para dotar el Albaicín ‘inteligente’

El alcalde de Granada, en el Arco de las Pesas, en una visita al barrio del Albaicín. GiM

El Albaicín ha obtenido una subvención de 800.000 euros para desarrollar un proyecto de innovación que mejore la calidad de vida de los vecinos a través de las nuevas tecnologías. Hay vecinos que creen que “se vende humo”.

Leer en GranadaiMedia, 19-01-2015 

El gobierno municipal que preside José Torres Hurtado ha fijado de plazo 18 meses para convertir el Albaicín en el primero de los barrios ‘inteligentes’ de Granada mediante la implantación de las nuevas tecnologías. Con la subvención de 800.000 euros concedida por la empresa pública Red.es, dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el Ayuntamiento de Granada espera “mejorar la movilidad y la accesibilidad” de un barrio cuyas políticas miman más al turista que a los residentes, tal y como denuncian los propios vecinos que no acaban de creerse el proyecto.

‘Granada, Human Smart City’ se presentó hace precisamente un año como una “herramienta de participación para mejorar la calidad de vida de los albaicineros a través del uso de las nuevas teconologías”, recuerda la arquitecta y directora técnica de La Ciudad Accesible, Mariela Fernández-Bermejo, encargada del diseño y desarrollo de la idea. El proyecto se quedó fuera de los premios millonarios a la innovación que promueve la fundación del filántropo estadounidense Bloomberg, pero no se renunció a él.

El pasado viernes el alcalde José Torres Hurtado y el concejal de Economía, Francisco Ledesma, daban a conocer la aportación de 800.000 euros que concede el Ministerio para financiar el proyecto, al que el Ayuntamiento deberá contribuir con un 20% del coste total, que se cuantifica en un millón de euros.

El anuncio permitió al alcalde vender como un logro la subvención obtenida e insistir en que el Patronato de la Alhambra sufrague, con la subida de las entradas, otras intervenciones para rehabilitar las zonas más degradadas del Albaicín; una recurrente controversia a la que se agarrará el PP en la próxima campaña electoral.

La implantación del ‘Albaicín inteligente’ se realizará en dos fases: una primera parte de recopilación de información y de diseño de un mapa en 3 dimensiones del barrio, y una posterior que culminará con la creación de una plataforma web desde la que se obtendrá información a través de móviles, rutas adaptadas, paneles interactivos e informes de la movilidad y calidad ambiental del barrio.

El proyecto contará con un software de rutas , una herramienta informática que permitirá establecer una ruta desde un punto a otro en función a las necesidades del usuario; un software crowdfunding que atraiga el mecenazgo para proyectos del barrio, y la instalación de pantallas de cristal líquido (lcd) para informar de rutas, itinerarios y frecuencias del servicio de transporte público. 

“Cuento y humo”

La noticia ha sido acogida con recelo por la Asociación de Vecinos del Bajo Albaicín, que denuncia en su web “la falta de participación vecinal” y cuestiona que sirva para mejorar la accesibilidad. “¿Alguien puede pensar qué mayores del barrio necesitan una aplicación en el teléfono móvil para saber dónde tienen que ir, o por dónde? ¿Acaso no tenemos suficiente edad como para saber movernos por el barrio? ¿No será otra nueva estrategia de favorecer el turismo frente a unos residentes olvidados por todas las administraciones?”.

“Que no nos vendan cuentos, ni humo”, advierten los vecinos, convencidos de que sería más provechoso invertir el millón de euros en “mejorar la accesibilidad real” (transporte público, empedrado de calidad y espacios públicos).

No opina lo mismo la directora técnica de La Ciudad Accesible, Mariela Fernández-Bermejo, responsable del desarrollo del proyecto, convencida de que puede convertirse en una “herramienta interactiva que genere cambios para mejorar la calidad de vida de los vecinos”. La arquitecta explica que la elección del Albaicín no fue casual, conocedora de la “complejidad de su orografía y de los problemas de accesibilidad que han contribuido al despoblamiento”. “Creemos que el Albaicín es el lugar idóneo y, de resultar un éxito, será transferible no sólo al resto de la ciudad sino también a otras ciudades”. En esa primera fase se contemplaba el “intercambio de información” con los vecinos para “conocer sus demandas y volcarlas luego en la red para que sea lo más fidedigna posible”.

En el proyecto se incluye, entre otras detalles, tres puntos tecnológicos de recogida de información en los lugares más frecuentados por los vecinos: el Centro Cívico de la Plaza Aliatar, el Centro de Salud y una de las parroquias. También llama la atención que se apueste por el sistema de financiación del micro mecenazgo -como son las plataformas crowdfunding- para resolver todo tipo de problemas, incluidos los relacionados con el patrimonio.

Fernández Bermejo desconoce si la Ciudad Accesible se encargará de la ejecución de un proyecto que han concebido en base a experiencias que funcionan en otros países, si bien aclara que, como entidad social preocupada por la eliminación de barreras arquitectónicas, estará pendiente de que se lleve a cabo con “coherencia y respeto al patrimonio”.

El reto está ahora en convencer a los vecinos de su utilidad práctica.