Nuevamente botellones en el Albayzín a pesar de la normativa que los prohíbe
Aunque nunca han terminado de desaparecer por el Albayzín los botellones en sus placitas, estos eran más pequeños. Sin embargo, este fin de semana los botellones en el Albayzín se han disparado, tanto en número como en participantes, por lo que a media noche ha sido habitual ver subir pandillas de 10 a 20 jóvenes con bolsas repletas de litronas, cubitos, paquete de vino para los calimochos, latas de cerveza,… y todo ello en una especie de competición de quien suelta la carcajada más fuerte, la voz más alta,… todos ansiosos de llegar a su destino para unirse a los otros grupos que hayan podido llegar antes que ellos.
No se trata de ocupar el espacio público, que para eso está, sino de la generación de molestias continuas por ruido, suciedad,… que motivaron una norma que impedía la práctica de esta actividad fuera del espacio habilitado por el municipio para ello.
Sin embargo son decenas, incluso cientos como en el Huerto del Carlos, los que se han congregado en Carvajales, San Nicolás, Cruz de Quirós, zona de Alhacaba, Elvira, Plaza Nueva, Lavadero de la Manchega (donde incluso llegan a pernoctar con colchones incluidos) o el Huerto del Carlos.
De nada ha servido que los vecinos del barrio o la Asociación de Vecinos hayan reclamado la presencia policial, o que el municipio tenga una ordenanza que prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública, este consumo se realiza con el mayor descaro, ostentando grandes vasos de plástico de un litro de capacidad que han adquirido en cualquiera de los múltiples establecimientos que hay en el barrio, incluso en algunos shawarmas o tiendas de “alimentación”, que no pueden vender bebidas alcohólicas, pero que lo siguen haciendo con total impunidad, o en litronas dentro de las bolsas de plástico del establecimiento, cómo si el estar cubiertas de este material, se hubiese transformado el líquido que contienen.
Ante esta situación reclamamos la intervención municipal y policial, que están obligadas a cumplir las ordenanzas.
De nada sirve que el Ayuntamiento siga aprobando ordenanzas, como la llamada de la convivencia, puesto que el problema no está en la falta de normas sino en la incapacidad de nuestras autoridades políticas y policiales para cumplir las normas existentes.
Por último lamentamos la respuesta de la policía local a algunos vecinos, justificando la presencia de los botellones, porque con el calor, qué van a hacer los jóvenes, y que si le molestan que no viva en ese lugar. Respuestas lamentables que enturbian la responsabilidad de unos funcionarios cuya obligación es hacer cumplir las ordenanzas municipales.
Granada a 28 de junio de 2009