Falta de seguridad en el Albayzín, por una policía de barrio de atención a la ciudadanía
Como cada verano, los vecinos y visitantes del Albayzín estamos sufriendo el incremento de atracos y asaltos con armas, mientras observamos a escasa o nula presencia policial, tanto nacional como local en el Bajo Albayzín. De este modo la impunidad de los delincuentes y la alta frecuencia de los mismos, raro es el día que no ocurre uno o dos en la zona, genera entre los vecinos una intranquilidad permanente, sobre todo en las numerosas personas mayores que habitan esta parte del Albayzín, y que sienten la intranquilidad de poder acceder hasta sus viviendas por las numerosas callejuelas del barrio, ante el temor a ser víctimas de esos tirones o asaltos que a plena luz del día se cometen en el barrio.
A todo esto hay que añadir, como ocurrió el pasado jueves sobre las nueve de la noche en Calderería, las agresiones y peleas con garrotes, navajas, hachas o pistolas, entre los vendedores de droga que con total impunidad realizan su venta en presencia de niños, o utilizando a sus hijos (escondiendo droga en el carrito de un niño pequeño), o incitando a su consumo a los numerosos jóvenes que pasan por esta zona típica de teterías. Estas peleas, como la del jueves, suponen carreras y persecuciones blandiendo las armas delante de las muchas personas, habitantes que van a sus casas o bajan a Granada, o visitantes de la zona o que suben al barrio, lo que provoca una gran alarma por el riesgo que supone en calles tras estrechas una situación de este tipo. El miedo a poder ser víctima de estas “guerras” internas entre los camellos, o el horror de quienes son testigos de las mismas, está generando que numerosos vecinos se vean obligados a cambiar sus itinerarios de acceso o a que una zona que podría gozar de un ambiente y una actividad económica tan importante para el barrio, vean perder clientela.
Desde la Asociación de vecinos venimos reclamando una actuación eficaz, tanto policial como judicial, que haga posible la convivencia y la seguridad de los vecinos, ya que si bien se trata de pequeños delitos, la sensación de inseguridad es enorme. En este sentido, venimos reclamando que durante el verano, el Albayzín, como zona que recibe miles de visitantes que atraen a estos delincuentes, sea considerado un lugar donde se incremente la presencia policial al igual que se hace con las zonas de playa, en vez de ver reducida la escasa presencia existente el resto del año. Así se le ha manifestado al Subdelegado del Gobierno, con quien mantendremos una próxima reunión; así como a los responsables municipales y Junta de Distrito.
Reclamamos una verdadera policía de barrio, con personal suficiente y estable, tanto en el número como en las personas, ya que las características de nuestra trama urbana, las calles peatonales, las numerosas callejuelas y rincones,… obligan a una forma diferente de actuar por parte de la policía. Una policía que recorra el barrio, que lo conozca, que hable con los vecinos, que se vea, que sepa los principales lugares de conflicto y actúe,… Y a los poderes judiciales se les reclama una acción que tenga en cuenta los derechos humanos de los delincuentes y su rehabilitación, que todos deseamos, pero también los derechos de las personas que se comportan cívicamente y que sufren de forma permanente la actitud prepotente de los delincuentes que saben que pueden cometer sus delitos sabiendo que sólo van a pasar unas horas, en el peor de los casos, en la comisaría o la cárcel, y que después van a estar en la calle. Los ciudadanos se sienten impotentes ante los atropellos de que son objeto, o sienten la tentación, no sabemos si alguien la desea desde las instituciones, de tomarse la justicia por su mano, convirtiendo la ciudad en una jungla.
Granada a 30 de junio de 2001
El presidente
Fdo.: Manuel Navarro Lamolda