Las obras del AlbaicínLola Boloix La Opinión, 29-07-2009 |
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Cuando el sábado 25 a las once y media
de la noche apareció una ambulancia tratando inútilmente de
atravesar la Plaza de San Miguel Bajo o de maniobrar sin éxito para
internarse por la única calle que parecía transitable, los pocos
vecinos que presenciamos la angustiosa escena nos reafirmamos en el
peligro y los efectos colaterales a los que el levantamiento del
empedrado y la demora en las nuevas obras nos estaban condenando.Que
tres profesionales de urgencias médicas tengan que detener la
ambulancia e ir andando hasta su destino, después de perder un
tiempo precioso en buscar el modo de acceder directamente, nos
termina de situar en la triste realidad:
La Gerencia de Urbanismo ha levantado la plaza y las dos únicas calles de acceso de vehículos, todo a la vez, y en las fechas más inoportunamente posibles. La información a vecinos y visitantes se produjo mediante unas cuartillas que pegaron en las paredes una semana antes de comenzarlas, y sin más explicaciones. Ni siquiera en la,por otra parte inútil, Junta Municipal de Distrito. El ingeniero jefe indicaba en su proyecto que las obras de la plaza iban a durar un mes, el de mayo, y el Carril de la Lona y Santa Isabel la Real terminarían en septiembre, por lo que la temporada de verano de los bares y terrazas,que es la única actividad económica de la zona,quedaba tocada de muerte por obra y gracia de la provisionalidad y la falta de coordinación.Es así como se combate la crisis económica en la ciudad de Granada. Los materiales y el tratamiento previsto para esta zona son similares a los adoptados anteriormente para la "modernización" del barrio, que ya optó por levantar empedrados tradicionales,con la afirmación errónea de la falta de indicaciones del PEPRI, e instalar las losas de granito con las que la Gerencia está uniformando Granada. Lo mismo les sirven para el centro, que el Realejo que el Albaicín. ¿Cuántas losas han comprado? Unas buenas losas de piedra antigua, colocadas en las calles peatonales, hubieran seguido dando al barrio su verdadero valor en vez del tratamiento de adosados periféricos decidido por la autoridad competente. Nadie se niega a mejorar pavimentos,pero sin perder su carácter histórico singular. Y más aún cuando Santa Isabel la Real, San Miguel Bajo y el Carril de la Lona, atesoran en su entorno una buena cantidad de BIC. La Puerta de Monaita y sus restos de Muralla,las Iglesia de Santa Isabel la Real, y la de San Miguel, por cierto cerrada por su lamentable estado, el Hospital de la Tiña, la entrada a Daral-Horra, la Casa del Corralón, etc. ¿No hubiera merecido este gran patrimonio un estudio histórico antes de esta intervención? Debería ser preceptivo. Por el contrario, nos ha invadido un verdadero pastiche de pavimentos: empedrado blanco playero, "piedrecitas" para la responsable, ladrillo rojo, losas de piedra de muy diferentes formas y trazados, adoquines nuevos muy mal colocados, y el presunto aglomerado asfáltico para mejorar la accesibilidad (de los coches) de dos calles y una plaza emblemáticas del barrio a las que en el proyecto municipal llegan a denominar "carreteras". Según declaraciones de la responsable, hasta ahora eran caminos para caballos, que es lo que deben ser los adoquinados, bien puestos, de París,Portugal, Amberes, Bruxelas, etc, y los empedrados de Trento, de Santillana del Mar y de tantísimos lugares donde se respeta,se restaura y se comprende el patrimonio histórico. Durante este último mes, el debate sobre las obras y los materiales más idóneos para el barrio morisco, patrimonio mundial, se ha instalado en la prensa y aquí esperamos que siga. Los ciudadanos, muy al contrario de lo manifestado por la delegada de la cosa, tenemos pocas posibilidades de opinar y participar de otro modo, debido a las malísimas prácticas y al déficit democrático que en los últimos tiempos se ha instalado en la Plaza del Carmen. La participación ciudadana se ha reducido al mínimo y la opinión única, municipal por supuesto, no permite ni matices. A la menor objeción,se pone en funcionamiento la pequeña, chiquita pero matona, red clientelar que desinforma y propaga descalificaciones y vetos. En resumen,sombras y más sombras de una intervención pública que, según los medios de comunicación, no contaba con el preceptivo permiso de la Comisión Provincial de Patrimonio. ¿Ahora se han dado cuenta? |