El Albaicín y el Sacromonte, en peligro

Lola Ruiz Domenech Santos                                                Ideal, 19-02-2009

LOS barrios históricos del Albaicín y el Sacromonte llevan demasiados años esperando el Plan Especial de Protección que les permita mantener sus señas de identidad y proyectarse al futuro.
Han pasado cerca de cinco años desde que en marzo de 2004 el Partido Popular presentara a 'bombo y platillo' el avance del Plan y tres años desde que el gobierno municipal del PP recibiera un aluvión de alegaciones a dicho avance.
A pesar del tiempo pasado, del dinero público gastado, de las ilusiones y esperanzas puestas ante la inminente presentación definitiva de la Revisión del PEPRI Albaicín y del Primer Plan Sacromonte, la cartografía que ha servido de base para la elaboración de los mismos no refleja la realidad urbanística actual, sino la del momento en que fue redactada, es decir hace ¡dieciocho años! Granada puede optar a salir en el libro Guinnes de los Record al contar con un alcalde y un gobierno municipal del PP que ha redactado un plan sobre una planimetría errónea, donde al parecer ni se ha olido el barrio.
¿Serían ustedes capaces de encargar un vestido para su hijo o su hija que ya ha cumplido dieciocho años con las medidas que tenía recién nacido?
Esto es lo que ha hecho el alcalde y el gobierno municipal del PP: encargar la redacción, la revisión del PEPRI Albaicín y una nueva redacción para el Sacromonte, es decir de los dos barrios históricos más emblemáticos de nuestra ciudad (uno de ellos reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad), con los datos de hace dieciocho años, sin tener en cuenta las transformaciones urbanísticas que han sufrido, sin querer reconocer las irregularidades e ilegalidades urbanísticas, sin querer admitir las viviendas y/o elementos de interés, catalogados, que han ido desapareciendo, que se han perdido; sin querer ver los jardines que han desaparecido bajo el ladrillo y el hormigón; sin querer reconocer la conversión de terrazas con techumbres de chapa; sin querer analizar el catálogo de edificaciones, algunas ya desaparecidas, otras abandonadas y otras sobre las que pende la amenaza de la más fiera especulación, etc. etc. etc. Sin querer, en definitiva, sentar las verdaderas bases que permitiera, no sólo conocer los cambios sustanciales que han experimentado los dos barrios en estos últimos 18 años en que ha estado vigente el PEPRI anterio, sino que regulara y pusiera freno a la tendencia actual de incumplimiento y desorden.
Lejos de ello, las principales propuestas que se realizan tienen un marcado acento especulativo a la vez que se abren los barrios al tráfico privado. La pescadilla que se muerde la cola. Más viviendas que, según la política del alcalde de Granada y del PP, requiere adecuar los barrios al tráfico privado y. . más tráfico privado, con construcción de nuevas carreteras, que traerán más viviendas.
La urbanización de la parte baja del Cerro de San Miguel es el caballo de Troya del proceso urbanizador y especulador de dicho cerro, que el PP quiso colar en el Avance del PGOU y que no pudo. También está la nueva carretera que atraviesa el Sacromonte y el único valle virgen que nos queda, el de Valparaíso, con la conexión con la autopista bajo la Alhambra, que lo único que busca es abrir la zona a la posibilidad especuladora, además de inundarla de coches que aumentarán la contaminación acústica, lumínica y ambiental, que contradice las directivas europeas y del ministerio.
De nuevo, con este alcalde y el PP, Granada va a contracorriente y para atrás. Porque los problemas de accesibilidad del Sacromonte no se solucionan abriendo en canal el barrio al paso de vehículos privados sino, por el contrario, potenciando el transporte público, de modo que es ya inaplazable aumentar la frecuencia de paso de microbuses -que en la actualidad es de uno cada hora- para hacerlo, al menos, uno cada veinte minutos, además de crear una línea de autobús búho.
Están también los cambios en la trama urbana, tanto con el ensanchamiento de San Juan de los Reyes, demoliendo casas históricas como de otras calles albaicineras, con el único objetivo de hacer transitables las calles para los coches.
Propuestas que atacan al corazón mismo de los barrios y que lo único que hacen es consolidar la especulación y el tráfico privado, siguiendo las directrices políticas del PP que parecen buscar la especulación y la entrada del tráfico privado al barrio.
Propuestas que contradicen cualquier intento de llevar a cabo proyectos y actuaciones en defensa del Medio Ambiento y que demuestran que el Plan de Acción de la Agenda 21, aprobado en el pleno pasado con los únicos votos del PP, es un papel mojado.
Una auténtica sin razón y un auténtico sin sentido.
La lluvia de alegaciones ha inundado el Ayuntamiento de Granada. Vecinos y vecinas del Sacromonte, escandalizados por la propuesta de carretera que lejos de proteger sus vidas y su hábitat, lo atacan. Vecinos y vecinas del Albaicín que comprueban como el Plan lejos de proteger el barrio lo abre, aún más si cabe, a la especulación y depredación. Gentes de la ciudad que no queremos asistir al entierro definitivo de nuestras señas de identidad y de nuestra historia, sino que por el contrario queremos contar con un auténtico PEPRI Albaicín-Sacromonte, para la protección, conservación e impulso de estos dos barrios, que suponga la rehabilitación, la conservación del patrimonio, el conocimiento y mantenimiento de los restos arqueológicos, con un Plan Director para las murallas, la defensa del medio ambiente, de la población que lleva toda su vida viviendo allí, para conseguir que el Sacromonte siga siendo un barrio vivo y con proyección hacia un futuro basado en sus raíces culturales y sus señas de identidad. Todo ello con la participación ciudadana, porque es imprescindible contar con los vecinos y vecinas, además de posibilitar la existencia en el barrio de una oficina de seguimiento que permita informar sobre las normativas, que vigile, controle y haga el seguimiento del Plan.
El alcalde no puede hacer oídos sordos, una vez más, al clamor ciudadano. Tiene el deber, no sólo de escuchar, sino de rectificar. Lo que significa que en un plazo no superior a tres meses lleve a cabo un trabajo de campo que termine con una planimetría real para reelaborar el PEPRI incluyendo todas las alegaciones. Y, aunque esto suponga prolongar la aprobación definitiva del texto (retraso que se unirá al que ha venido acumulando desde su presentación a bombo y platillo en marzo de 2004) en ningún caso, es imputable ni a la ciudadanía ni a esta oposición, ya que está motivado por la ineficacia en la gestión y la incapacidad del alcalde y del gobierno del PP para poner en marcha un verdadero plan de protección de estos dos barrios históricos que se base en una planimetría correcta y que, por supuesto, no atente contra sus señas de identidad, ni suponga la especulación y el tráfico privado en el horizonte.
El peligro acecha en el horizonte. Las aves de rapiña del ladrillo y el hormigón quieren hundir sus fauces y asestar la herida definitiva a los barrios del Albaicín y del Sacromonte. No se lo permitamos.