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¿Tenemos que aceptar la especulación? Respuesta a las declaraciones de un promotor |
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Carta a los medios de comunicación:
He de reconocer que he seguido con verdadera preocupación las noticias publicadas en diversos medios de prensa local y nacional en relación a las acusaciones vertidas por dos conocidos promotores inmobiliarios granadinos contra el actual concejal de urbanismo del Ayuntamiento de Granada.
En una sociedad que pretende defender los valores democráticos entiendo que la crítica nunca debe verse como algo negativo; muy al contrario, es uno de los pilares sobre los que se asienta la labor de control de los poderes públicos; los cuales, no olvidemos, que han sido nombrados por los ciudadanos.
Por eso, la crítica, entendiendo esta como la reprobación de determinadas políticas llevadas a cabo, proponiendo modelos distintos o mejoras sobre las aplicadas, no debe llevarnos a ningún tipo de actitud recriminatoria ni escandalosa, ya que es sana y sin duda fortalece la democracia en que todos nosotros vivimos.
Pero una cosa es esa discusión, más o menos dura en función de calendarios electorales u otras circunstancias, y otra muy distinta es, simple y llanamente, denunciar públicamente que un servidor público, en el ejercicio de su cargo, ha cometido o está cometiendo un delito. Y esto es lo que se ha venido a decir del concejal de urbanismo de nuestra ciudad, el cual fue nombrado, en su momento, gracias a los votos de la mayoría de los ciudadanos. No se puede acusar a ninguna persona de chantajista ni de prevaricadora, ni mucho menos a un servidor público en el ejercicio de sus funciones, y no acudir de inmediato al juzgado a depositar la correspondiente denuncia; y a partir de ahí dejar que la Justicia actúe.
Por mi parte, conozco y me considero afectado por uno de los proyectos inmobiliarios llevados a cabo en el Albayzin por uno de los citados promotores. Concretamente, el que afecta a 3 inmuebles colindantes situados en las Calles Horno del Vidrio, Espino y Monte de Piedad. Por lo tanto he tenido contacto y relación con la Comisión de Seguimiento del Plan Especial Albayzín, por lo que quisiera puntualizar algunos de los comentarios vertidos sobre la misma.
Como vecino del barrio del Albayzín vengo defendiendo para el mismo un modelo urbanístico que prime por la recuperación del barrio para sus habitantes, al mismo tiempo que preserve los valores universales del mismo, gracias a los cuales ha sido nombrado Patrimonio de la Humanidad.
Bajo esa premisa, parece razonable que cualquier actuación urbanística llevada a cabo en el mismo, y especialmente si la misma se desarrolla sobre casas moriscas catalogadas, se haga acorde con todas las salvaguardias legales, que permitan, por un lado, rehabilitar ese patrimonio común, ponerlo en valor y, cómo no, al mismo tiempo hacer compatible esa protección con la viabilidad del proyecto empresarial en sí.
El proyecto presentado ha sido reiteradamente criticado por, entre otros, los vecinos de la zona. No estábamos conformes, entre otros aspectos, con las alturas planteadas, que sobrepasaban la de los inmuebles actualmente existentes, la ubicación del aparcamiento propuesto, y, a nuestro criterio, el tratamiento dado a las dos casas moriscas catalogadas sobre las que se pensaba actuar. En base a los citados argumentos, se presentó en su momento las correspondientes alegaciones al proyecto, alegaciones que se incorporan al expediente que obra en poder de la Comisión.
En Agosto de 2.004 observamos cómo unos obreros procedían a derribar el muro de una de las citadas viviendas, por lo que procedimos a comunicar dicha situación a las autoridades urbanísticas, que procedieron a paralizar dicha obra, iniciándose la controversia judicial entre el promotor y el Ayuntamiento en la que, que sepamos, todas las resoluciones judiciales dictadas hasta la fecha han sido totalmente favorables a la actuación llevada a cabo por el Area de Urbanismo y en general por el Ayuntamiento de Granada.
Lógicamente, el promotor inmobiliario que decida actuar en el Albayzín sobre inmuebles con un grado de protección reconocido debe ser consciente de que su proyecto urbanístico ha de ser sometido a la supervisión de la Comisión de seguimiento del Plan Especial Albayzín, la cual, dará su opinión, que no licencia, sobre el proyecto presentado.
Dicha Comisión está compuesta por profesionales y técnicos de muy distinto ámbito. Entre ellos se encuentran técnicos del área de urbanismo del Ayuntamiento, representantes de colegios profesionales del ámbito urbanístico, representantes del sector empresarial, profesores universitarios e investigadores del patrimonio histórico del barrio, representantes de distintos colectivos ciudadanos, etc.
Achacar “comportamientos profundamente antidemocráticos”, o que en su funcionamiento “se acepte como criterio unánime el de las minorías”, entiendo que no deja de ser una crítica gratuita y que, si de verdad se cree que en el funcionamiento de estos organismos democráticos se vulnera la legalidad vigente, pues que se acuda a los órganos competentes para formular las correspondientes demandas.
Otra cosa es que, en un momento dado, las resoluciones que pueda tomar la misma no concuerden con las expectativas empresariales de un promotor concreto, pero, parece razonable exigir que la filosofía que debe inspirar la actuación de dicha comisión sea la de que el interés general de la sociedad, manifestado en la conservación de los valores urbanísticos del Albayzin, ha de prevalecer sobre el interés puntual particular.
Por último, me gustaría manifestar que resulta bastante extraña la respuesta; o mas bien, la falta de la misma, llevada a cabo por el resto de responsables políticos del Ayuntamiento de nuestra ciudad, ante las acusaciones recibidas por uno de sus concejales. Entiendo que aunque sólo fuera por la más mínima salud democrática deberían haber salido al paso ante tales acusaciones dejando bien clara cual es la actitud de la corporación municipal ante las mismas.
Jorge Gavilán Chacón.
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