Pregón de las fiestas del Albayzín 2007

Remedios Murillo (Mujeres por Granada y Ciudadanos por Granada)

PREGÓN DE LAS FIESTAS DE S. MIGUEL

 

Barrio del Albaicín

Septiembre 2007

 

 

Queridos vecinos: Nunca tuve dudas de que era este un barrio singular. Hoy he afirmado esta idea, porque a sabiendas de que cualquier granadino importante, estaría feliz de venir a pregonar estas Fiestas de S. Miguel, de tanta tradición y tipismo, habéis tenido la idea de invitarme a mí, una simple ama de casa, una ciudadana normal, cuyos únicos méritos son querer con locura a Granada y luchar con ilusión por ella, dedicándole un poquito de tiempo desde los Grupos, independientes de toda ideología política, “Mujeres y Ciudadanos por Granada”

            No esperéis, por tanto, un pregón al uso. No esperéis oír palabras poéticas, ni una pieza literaria, ni una lección de historia. Ni soy poeta, ni ninguna de las otras cosas, pero si Puedo y Quiero llevar a vuestro ánimo, el sentimiento y la Esperanza de que no estáis solos en vuestras reivindicaciones, en la, a veces, angustiosa responsabilidad de ser depositarios de un tesoro de nuestra historia que estáis obligados a cuidar, conservar y trasmitir a futuras generaciones.

            Queridos Albaicineros sois muy afortunados, tenéis la suerte , unos por nacimiento, otros por elección, de vivir en el barrio más bonito del mundo. Y digo bien, no de Granada, ni de Andalucía, ni siquiera de España. Bien supo la UNESCO declarar de forma oficial lo que todos sabíamos: que estas preciosas calles, estas casas moriscas que al viajero alemán, Jerónimo Munzer, le parecieron “preciosos nidos de golondrina” colgados del cielo de Granada, eran una herencia y una riqueza de toda la humanidad.

Ciertamente, no existe en el mundo un barrio medieval de estas dimensiones y de estas características. El conjunto de sus Murallas, y conventos – cargados de arte y espiritualidad, los huertos, los cármenes, los aljibes, los campaniles y alminares que, como tan preciosamente dijo Federico “ son tan sutiles y delicados que más parecen hechos para palomas que para colgar campanas”.Y unido a tantas bellezas, el telón de fondo de la gran ciudad palatina, con perfiles de nieves, hija de un poder que tuvo su inicio aquí, sobre el lugar que pisamos y que vio la grandeza del Rey Badis, porque vosotros albaicineros, tenéis la suerte de pisar cada mañana piedras que han visto pasar numerosas civilizaciones.

            Para vivir en el Albaicín habría que prometerse y comprometerse con él. Casi como una alianza de amor matrimonial. Con el compromiso de amarlo y cuidarlo cada día de la vida, porque usarlo sin amor, sería prostituirlo, para acabar matándolo. No es un barrio cómodo. La modernidad, la ostentación y la riqueza lo dañan; su dignidad está en la humildad de la cal, en el barro de la teja o en el empedrado. Los mármoles, el granito, el acero y los parques de diseño, no tienen cabida aquí , chirrían.

            Es un lugar para el silencio, el rumor del agua, de las acequias, de las fuentes...para pregones callejeros, los aromas del jazmín y los tapiales de celindas en primavera. Barrio para serenar el alma, para hacer crecer lo mejor de nosotros mismos, aquellos valores del espíritu que, a veces, chocan con una modernidad dura e implacable.

Por desgracia, todo este patrimonio, material y espiritual, está amenazado. Hay carencias, hay especulación, inseguridad, mil manipulaciones y mil triquiñuelas que abren portillos para conculcar la legalidad. Y para todo esto una sola solución: la que salga desde dentro, del corazón del barrio Hoy albaicineros somos todos. Todos nos sentimos responsables del futuro de este barrio, de nuestro barrio, porque también  entre los que sobrevivimos en el agobio de la ciudad de “abajo”, entre ruidos y tubos de escape, estamos muchos granadinos dispuestos a luchar hombro con hombro para que nada ni nadie destruya nuestro tesoro.

No podemos pedir que los políticos ( algunos ni siquiera granadinos) entiendan de todo. No posemos exigirles que olviden las cuentas de resultados , el estado de las arcas municipales, ni la materialidad de su función, pero si podemos exigirles, con toda firmeza y rigurosidad ¡QUE ESCUCHEN! Que atiendan la voz de los que viven, maman y se alimentan de las esencias de este lugar y que son difíciles de explicar.

Porque si este barrio vive y sobrevive es gracias a la unión de sus vecinos y, muy especialmente, por el sacrificio de sus vecinas, mujeres luchadoras que prefieren renunciar a una vida mas cómoda con tal de no contemplar su Albaicín desde la lejanía.

De aquí la importancia y el protagonismo que hay que dar a sus Asociaciones de Vecinos. No permitir que nadie venga desde fuera a gobernar lo que solo desde el amor se entiende. Hay que romper muchos zapatos por estas cuestas para tomar el pulso y el latido de estas calles. Hay que expulsar de ellas el miedo que está acabando con el ánimo de los albaicineros y alejándonos a todos de estos paseos únicos.

            Estoy convencida de que si las autoridades aprenden a escuchar a estos vecinos que conocen cada latido del barrio, si son capaces de poner coto a los desmanes urbanísticos y a la inseguridad ciudadana, pronto, muy pronto, el Albaicín será un barrio modelo, ejemplo a seguir.

Porque, ci como decía Garcia Lorca: Granada es un inmenso órgano, en cuyas calles el viento hace sonar su melodía...las lindas callejas del Albaicín, esas que asemejan cintillas de oro y plata ( Seco de Lucena), vibran al aire de Granada, creando la más maravillosa de sus sinfonías.

¡Felices Fiestas! Y que vuestro mejor vecino- el que ocupa la casa más alta del barrio- S. Miguel os siga protegiendo.