EL ALBAYZÍN INSPIRACIÓN DE PINTORES

 

Presentación del libro el 5 de mayo de 2004 en el Carmen de los Geranios.  

 

        - Texto de Manuel Navarro. Presidente de la Asociación de Vecinos 

 

        - Texto de Francisco Jiménez Rodríguez. Secretario y responsable de la edición

   

 

Manuel Navarro Lamolda

Presidente de la Asociación de Vecinos Bajo Albayzín

 

   Hace un año convocaba esta Asociación de Vecinos Bajo Albayzín unas Jornadas de debate y reflexión sobre “El Albayzín que queremos construir” a propósito de la redacción del nuevo Plan Especial.

Una semana en la que fuimos pasando revista con ayuda de numerosos conferenciantes, profesionales y vecinos a las múltiples facetas que influyen en este barrio, cuna de la ciudad de Granada.

Fue una mirada que se inició en el rico subsuelo, en la arqueología, paso por la historia remota y próxima que ha ido configurando este barrio en su dimensión humana y espacial, y culminó en un recorrido por los aspectos sociológicos, sociales, culturales, económicos, y como no, por los arquitectónicos y urbanísticos.

 

Estas Jornadas nos volvió a poner de manifiesto la compleja realidad de un barrio, que por diferentes causas va sufriendo los acosos y el deterioro de la desidia, el abandono o la especulación.

También sirvieron para hacernos más conscientes de que no somos, ni debemos ser sólo un paisaje, una bonita vista a la Alhambra o desde la Alhambra, o a la ciudad y desde la ciudad. Con ser ello un componente fundamental en este barrio que desde la ladera es observado y es observatorio inigualable. Pero hay demasiado llanto, demasiado dolor, demasiado sufrimiento en la configuración del Albayzín como para olvidarnos de todas esas gentes y terminar siendo una bella postal en cualquier rincón del mundo.

 

Y es cierto, como dice Ganivet, y se recoge en la introducción del libro, que contamos con unas características que nos hacen reconocibles.

 

“En muchas exposiciones extranjeras he encontrado cuadros que me han hecho pensar sin vacilación: esto es Granada. No porque reconociera el lugar representado por el artista, pues a veces los artistas descubren rincones ignorados o ven las cosas desde puntos de observación originales que las transforman, sino porque en aquellos cuadros leía yo de corrido, como un libro nuevo de un autor de quien ya conociera todas las obras publicadas. Y en efecto he buscado los catálogos y he visto que eran cosas de Granada; y lo que he encontrado con más frecuencia, aparte de las reproducciones de la Alhambra, a las que aquí no me refiero, son las calles estrechas, quebradas, las casas de planta baja con parral a la puerta, con enredaderas en las ventanas, con tiestos en el balcón,…                                                                    

 

El Albayzín es un paisaje natural y humano en una conjunción de siglos, tal como reflejan los pintores en las imágenes de este libro, y que hacen que este renombrado barrio sea Patrimonio de la Humanidad. Este libro quiere ser prueba y homenaje de esos valores artísticos que han dado a este barrio ese renombre universal, que han servido por sus características peculiares y singulares como inspiración de artistas, poetas,... conformando un Patrimonio que debe ser preservado.

 

Sin embargo, cuando uno se adentra en esos mil rincones que esconde, y observa sus heridas, no deja de reclamar acciones que lo protejan y nos hace pensar cuan desagradecidos y torpes son quienes dejan que se pierdan esos valores. Unos como autores materiales y otros porque las permiten, ambos responsables principales de esta situación, pero, y por qué no, otros, ya que no sabemos defender adecuadamente este patrimonio humano, social, cultural, histórico y urbanístico que es el Albayzín.

 

Por eso este libro no es sólo una joya en la que se recogen a modo de catálogo más de cien inspiraciones de pintores de diversas épocas y estilos, en las que han sabido plasmar en ellos lo inaprensible la luz, el olor, el ambiente y el sabor de este barrio, como bien dice José Fernández Castro (17):

 

“Los pintores son los que más luchan con la continua fiesta de contrastes de Granada. Su luz es inaprensible. A la verde sinfonía de la vega y del bosque, así como a la penumbra de los pequeños jardines, llegan los duros reflejos que rebotan de los montes pelados y de las plateadas cumbres de Sierra Nevada. Hay pintores que pasan años queriendo aprisionar el secreto huidizo de la luz de Granada, llena de una vital excitación y que, sin embargo duerme abrazada a los torreones y los cipreses”

 

Y al igual que él otros muchos escritores, nos han prestado su visión y su palabra para acompañar esas imágenes.

 

Este libro es también un testigo que nos debe alertar cuando la picota, el abandono, desahucio, los intentos de conseguir la ruina, el ladrillo o el cemento se convierten en la ley del más fuerte ante la que sucumben pobladores y sus familias, jardines con sus olores y colores, casas con encanto centenario, vistas que no dejan de asombrar pese a su mirada cotidiana.

Como dice Juan Mata  (18):

           

“Hay vecinos del Albayzín que desdeñan las ventajas de la línea recta y se arriesgan a un retraso para pasar por alguno de los miradores y darse el gusto de mirar la Alhambra unos minutos, y no porque la hayan mirado poco, sino justo por lo contrario.”

 

Un testigo de ese barrio que se ha ido formando y en el que el saber popular ha ido conformando, no sólo la belleza de un rico patrimonio, hoy en muchos casos cerrado, o desafortunadamente restaurado (P. Almirante), deteriorado o ruinoso (San Luis, San Miguel,…) sino una arquitectura popular que supo combinar las necesidades de una época con la integración en un espacio más amplio.

Lo contrario de ciertas tendencias arquitectónicas y urbanísticas que tratan de imponer sus “modernidades” desintegrados del conjunto y que sólo sirven para romper la armonía de este barrio. Armonía que es la que da sentido a la formación de ciudad y que Ganivet reflejó en este texto (PAG.149)

           

“Plazas, calles o paseos de una ciudad deben adquirir un aire propio dentro de la unidad del espíritu local y para dar a éste más fuerza.”

 

Este libro queremos que sea una pieza más para sensibilizar y concienciar en los valores que han ido formando el barrio que conocemos. La contemplación de estas espléndidas imágenes, la lectura de los textos que las acompañan serán nuestros mejores aliados para intentar parar el éxodo de vecindad, detener la destrucción, evitar la reconversión, recuperar la convivencia,…facilitar la integración de los servicios actuales.

 

Somos conscientes de que una ciudad es una construcción, pero no podemos partir de nada en el caso del Albayzín, para eso hay otros espacios. Queremos construir sobre los valores que se plasman en este libro (Balcón de los pintores). Valores que no tienen que sonar a utopía, Y si así fuera, por qué no podemos aspirar a mantener lo que tantos ciudadanos queremos. ¿No es esa la verdadera democracia?

 

Queremos sensibilizar al Ayuntamiento y a todas las administraciones para que se respete la normativa y las ideas que la inspiraron, evitar la especulación, favorecer una rehabilitación integral que favorezca el mantenimiento de sus pobladores, tanto antiguos como los que deciden por elección hacer de este Albayzín su bario, dispuestos a pagar los peajes que conlleva la vida en un barrio histórico.

Sensibilidad para mantener y mejorar los espacios públicos y equipamientos,… que permitan seguir viviendo en él y no ser poco a poco expulsados por la presión del dinero, las actividades inadecuadas, la ocupación y privatización mercantil del espacio público,… Porque el Albayzín para seguir siendo inspiración de nuevos pintores y escritores necesita una población estable que mantenga esa cultura, estos espacios, y este paisaje.

 

Sensibilizar a los promotores y profesionales que rompen el juego y equilibrio frágil de alturas y volúmenes y vistas, para no terminar convirtiendo el Albayzín en una urbanización de playa.

Sensibilizar a los ciudadanos que nos visitan para que asuman que no pueden llegar con sus vehículos privados a cualquier parte del barrio, que deben respetar el patrimonio que en él se encuentra, que pueden compartir con los vecinos,…

Sensibilizar a los propios vecinos para mejorar algunas conductas que tampoco son ejemplares, para mantener el ornato y limpieza de calles y casas, la convivencia y la unión necesarias para mantener esto que tanto queremos.

 

Como dice Rafael Guillén (PAG. 138)

 

                                                Noche de oscuros jardines.

                                                En las cancelan conversan

                                                Los duendes de los aljibes.

 

queremos disfrutar paseando de esas noches de oscuros jardines sin miedo a ser asaltados, atracados o heridos.

 

Queremos mantener ese conservar esa intimidad que nos da un espacio lleno de vericuetos y callejuelas que nos asombran a cada paso.

Como apunta Javier Egea  PAG. 121

                                               

                                                “Todas las plazas tienen olor de espera,

                                                todas las plazas abren un respiro fingido,

                                                adornado con árboles en poda, lluvias interminables

                                                por donde el corazón se tambalea

                                                y va dejando huellas de cigarros,

                                                pisadas sin amor

                                                restos de soledad sobre bancos públicos

                                                y que sin embargo ofrecen reposo, intimidad…

                                                mientras algún chillido de un pájaro alarmado anuncia

                                                la presencia del río,

                                                las oscuras espumas,

                                                sus orillas con gatos que huyen

                                                hacia los negros sumideros de la ciudad.

 

Queremos conservar ese Albayzín tan poco adecuado a la línea recta y al imperio del motor. Como ya recogía García Lorca  PAG. 97

           

“…calles estrechas, dramáticas, escaleras rarísimas y desvencijadas, tentáculos ondulantes,… extraños senderos de miedo,.. casas colocadas como si un viento huracanado las hubiera arremolinado así… medrosos aljibes en donde el agua tiene el misterio trágico de un drama íntimo,… calles en que viven gentes antiguas de espíritu… calles en que hay conventos de clausura perpetua, blancos, ingenuos, con sus campaniles chatos… calles de serenata y procesión… Albayzín hermosamente romántico,…”

 

 

El que hoy podamos presentar este libro para el que hemos contado con la colaboración del Ayuntamiento a través del IM Rehabilitación, a quienes agradecemos su colaboración económica, que ha permitido la edición del mismo, queremos verlo como el inicio de esa sensibilización para conseguir que sigan siendo realidad las palabras de Alejandro Dumas  PAG. 15

 

“Empiezo a pensar que hay un placer todavía mayor que el de ver a Granada, y es el de volverla a ver”

Con la esperanza de que a ese placer de volver a ver Granada, se una el de vivir en Granada y su Albayzín, y que esto sea así por siempre.

 

Por último agradecer a los compañeros del Grupo de Cultura de la Asociación, Paco Jiménez, Lola Bolix, Juan Manuel Segura, Loli Santos,… que han hecho posible con su esfuerzo y tesón, este proyecto colectivo.

 

Esperamos que podamos seguir realizando en el futuro estas obras, serán el símbolo de que hemos sido capaces de mantener y construir el Albayzín que a todos nos inspira.

 

Gracias a todos por su presencia en este acto.

                                               

EL ALBAYZÍN, INSPIRACIÓN DE PINTORES

Francisco Jiménez Rodríguez

Secretario de la Asociación de Vecinos

   Como responsable de la edición, y en nombre del grupo de personas que ha trabajado en su elaboración, deseo manifestar los siguiente: Tenemos en nuestras manos un libro de múltiples lecturas. Conjugamos pintura y literatura, historia y costumbres, arquitectura y urbanismo, luz y color, y en definitiva, mostramos un modo distinto de vida.

   Ojeando o leyendo este libro vamos a realizar un recorrido por el barrio morisco por medio de la pintura, esencialmente granadina de los siglos XIX y XX. Para quine nos tache de poner nuestros ojos sólo en la pintura de esa época -costumbrismo y paisaje- nosotros ya tenemos el "pero" preparado, como en las cruces de mayo celebradas recientemente, y anunciamos una próxima publicación , en la que ya estamos trabajando, dedicada exclusivamente a pintura contemporánea.

   El Albayzín lo inmortalizaron pintores granadinos como Gómez Moreno, Larrocha, Isidoro Marín, Martín Rebollo, Ruiz Guerrero, Ruiz Morales, Arroyo, Latorre, Gómez Mir, Bertuchi, Enrique Marín, Capulino Jáuregui, López Mezquita o Rodríguez Acosta. También forasteros de la talla de Fortuny, Muñoz Degrain, Regoyos, Sorolla, Iturrino, Anglada, Camarasa o Zuloaga; viajeros ingleses y franceses atraídos por el orientalismo que se desprendía desde los torreones de la Alhambra hasta el viejo barrio moro, o esos otros que al principio eran extranjeros, pero luego se convirtieron en granadinos e incluso albaicineros como Sollmann, Apperley, Geoffrey Wynne o Alan D. Clark. Y sin olvidar a granadinos contemporáneos como Francisco Izquierdo, José Ortuño, Antonio Moleón, Juan Vida, Gurrea, Ricardo Vellido o Miguel Hita.

   Y hablaron o se inspiraron en él escritores como Alejandro Dumas, Ángel Ganivet, Lorca, Francisco Ayala, José Fernández Castro, Rafael Guillén, Javier Egea, Juan Mata, Luis García Montero, José Carlos Rosales, Julio Alfredo Egea y tantos otros cuya cita sería interminable.

   La temática de la publicación, este Albayzín que atrajo y atrae a pintores locales y foráneos, nos permite hoy perdernos por sus calles y rincones, deleitarnos contemplando sus cármenes, iglesias, aljibes y casas moriscas, y también numerosos lugares relacionados con nuestras vidas: la casa donde vivimos nosotros o nuestros padres y abuelos, la calle donde jugamos o por donde íbamos al colegio, aquella vista que compartimos cuando éramos novios, aquellas fiestas,... y también lugares por donde hoy discurren nuestros días.

   Por eso queremos que las imágenes del libro sean testimonio de un Albayzín perdido, aunque algunas desgraciadamente lo son, sino también la muestra de ese "Albayzín que queremos", título de las Jornadas celebradas por esta Asociación el año pasado y donde nació la idea de su publicación. y queremos ese Albayzín desde la modernidad. no pedimos ir de nuevo a recoger agua a los aljibes, pero si reivindicamos su caserío urbano, las puertas, ventanas, cubiertas, alturas, vistas o jardines que asoman por sus tapias, como lo vemos en las reproducciones de este libro.